Matrimonio Forzado | Jihan

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Llevábamos diez minutos tratando de reanimar a mi madre, quien se encontraba en el sofá. Esa pequeña gran distracción hizo que mi padre no hiciera preguntas por el momento y se preocupara por su esposa, que estaba tendida en el suelo. Jeonghan colocó un poco de alcohol debajo de la nariz de mi mamá y esta comenzó a despertar poco a poco. Dijo algunas incoherencias mientras recobraba el sentido, pero en todas ellas mencionaba mi nombre o simplemente la palabra "bebé".

—¿Quién es el padre? —preguntó mi papá. Compartí una mirada angustiada con Jeonghan, esperando a que me ayudara.

Nos encontrábamos en la mesa principal de la casa, cenando comida china después del leve incidente con mi madre.

—Es mío, señor Juwon —dijo con voz firme Jeonghan. Di un suspiro interno de alivio.

—Al parecer no esperabas decirnos nada —comentó mi madre con un tono de reclamo.

—Sí, es solo que Han y yo queríamos mantenerlo en secreto un tiempo más, o más bien hasta que naciera el bebé.

—Tengo mucho que decirles a ustedes dos, pero solo por ser esta fecha tan especial dejaré el sermón para otro día. Solo queda pedir por ustedes y por el futuro que llevas en tu vientre —habló papá mientras levantaba una copa.

Todos seguimos su acción y la elevamos. Yo tomaba solo agua, pero eso no quitaba la acción ni los buenos deseos que se daban con el brindis.

El resto de la noche, Jeonghan estuvo conversando con mi padre y yo, con mi madre.

—¿Cómo te enteraste? ¿Cuánto tiempo tienes? ¿Ya sabes el sexo? ¿Qué tienes ya? —me bombardeó con preguntas.

—Me desmayé y Jeonghan me llevó al hospital. Tengo cinco meses; será un varón, ya tengo preparado todo el cuarto y sus primeras ropitas —respondí a todas ellas.

—Yo creí que tú y Jeonghan estaban peleados; él estaba casado. Ya sabes, soy amiga de Yeji; ella me contó algo al respecto.

—Es complicado —susurré—. Ven, te enseñaré el cuarto.

Llevé a mi madre al cuarto; no era porque quisiera enseñárselo, sino porque quería hablar con ella acerca del asunto. Es mi madre y posiblemente mi mejor amiga ante todas las cosas.

—Está bellísima la habitación —dijo emocionada.

—Mamá, necesito hablar contigo —hablé—. Necesito un consejo y es urgente.

Le conté todo a mamá, cada detalle; su consejo fue el que ya sabía: tenía que decirle la verdad de una vez por todas; él merecía saberlo.

La noche se iba haciendo más tarde y decidimos que ya era hora de dormir. Me dirigí a mi habitación con Jeonghan sin mencionar palabra alguna. Solo estoy buscando el momento adecuado para decirle; pero se lo diré.

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—¿Podrías acercarme el control de la tele? — le pregunté.

Mi estado ya había "empeorado", pues como falta menos tiempo para dar a luz, me agotaba más de lo normal. Mi vientre ya no era tan pequeño; de hecho había crecido mucho más aunque tratara de cuidarme.

Esta tarde le diría a Jeonghan sobre su paternidad. Sí, eso quiere decir que no le he dicho; he escondido el secreto casi tres meses. Solo quería que el momento del parto se aproximara. Lo invité a un día de campo en uno de los bosques abiertos al público; he preparado cada detalle, aunque lo único que no puedo preparar es su reacción. La verdad desconozco cómo reaccionará en estas situaciones.

—Me encantas —dije observándolo bien.

—Y tú a mí —susurró sobre mis labios.

Nos dimos un beso en el cual pude apreciar amor y creo haberle transmitido temor, tristeza y posiblemente despedida.

—¿Ocurre algo?

—Nada —volví a besarlo.