Matrimonio Forzado | Jihan

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Mi panza crecía cada vez más, la ropa dejaba de quedarme y constantemente odiaba mi aspecto. El tiempo había pasado demasiado rápido; ya llevaba cinco meses y ya sabía el sexo de mi bebé, lo cual me llenaba de felicidad.

—Lamento no poder acompañarte en estos momentos —dije sinceramente a Dylan.

Anoche, Mariana había recibido una llamada que la alertó sobre la grave situación de una tía de ellos. Me hubiese encantado acompañar a Dylan, pero mi estado no me lo recomendaba.

—Solo promete que cuidarás pde ti, que no harás lo contrario a lo que te diga Seokmin y que tratarás de comer —me dijo mirándome, parecía que me estaba regañando.

—Lo prometo. Si tan solo prometes que me llamarás todos los días.

—Lo prometo.

Anunciaron su vuelo y él, junto a su tía, tuvo que abordar el avión. Seok me llevó hasta casa, donde pude descansar. Mis papás seguían sin saber nada del asunto y me ayudaba mucho recibir mensualmente mis ganancias de la empresa que maneja Jeonghan por los dos. No lo he visto desde aquella vez en que estuvieron todos los chicos aquí. Escuché a Seokmin hablando con su novio sobre un divorcio, pero bueno, creo que todos conocemos a más personas casadas.

—¿Tienes hambre? —preguntó Seokmin.

—No, gracias.

—Joshua, ¿qué hay con eso de que si comerías?

—Esta vez juro que no tengo demasiada hambre —hice un espacio en el sillón y le di unos golpecitos para que se sentara—. Ven, vamos a ver las carreras. ¿Hoy sale Mingyu? —pregunté.

Mi amigo tomó asiento a mi lado.

—Sí, hoy saldrá, aunque ya se había disculpado porque al parecer yo te cuidaría toda la tarde.

—Tampoco soy un bebé del que tengas que cuidar cada paso.

—Créeme, a veces lo pareces.

—Cállate —dije y ambos miramos las carreras.

A Mingyu y a Wonwoo les encantaban los carros; lo que más les fascinaba era correrlos. Hace poco habían comenzado a trabajar como corredores y siempre quedaban en muy buenos puestos gracias a su velocidad.

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Me encontraba en un lugar fuera de la oficina con Mark. Él aún no sabía de qué se trataba; estaba tranquilo fumando uno de sus cigarros.

—¿De qué querías hablar?

Antes de comenzar a hablar, saqué un cigarrillo y le pedí que me diera lumbre. Sacó su encendedor, que tenía algunos detalles dorados e inmensamente traía sus iniciales.

—Mark, quería decirte... Que cancelaremos la idea; la empresa no está para gastar en algo así. Pero muchas gracias por todo.

—Lo entiendo; gracias a ustedes —dijo para luego darse la vuelta y salir del parque sin más palabras.

Había sido tan fácil que aún no me lo esperaba.

Las semanas pasaron como de costumbre, es decir, demasiado rápido. Mis días poco a poco se hacían más miserables y peor aún: mi casa se quedó sola después de echar a Alexander de ella. Incontables veces he llamado a Joshua para saber cómo está o cómo va su embarazo, ya que estoy cien por ciento seguro de que el suyo es real; sin embargo, no he tenido éxito. Seokmin siempre dice que está en la oficina y cuando llamo allí para preguntar por ella, me dicen que no ha ido. Si por mí fuera, hace mucho hubiera ido por él, pero al parecer está con su "familia". Y pensar que si no hubiésemos sido tan testarudos nosotros podríamos estar formando una linda familia. Al igual que lo hace mi hermano Hyungwon, quien hace unos meses presumió ser futuro padre con su novia Anne; solo espero que le vaya mejor que a mí.