Sábado 1 de noviembre.
Octubre se pasó volando las vacaciones de Navidad estaban a la vuelta de la esquina exactamente algo más de un mes para que papa Noel repartiera regalos. El frío se hacia notar más de lo normal estos días, algunas ráfagas de viento al ir a la UNI en las mañanas caminado me lo hacían recordar... Recordad que el invierno ya había llegado al pueblo.
Dejé salir el aire por mis fosas nasales pesadamente mirando la ventana que estaba al lado de mi mesa pensando en todo pero a la vez en nada. Mi "agradable" compañero de asiento por suerte todavía no había llegado lo que me hacia estar más tranquila. En el aula todavía faltaban bastantes personas desde el trío insoportable de brujas hasta uno de mis compañeros de trabajo Alex.
Después de unos minutos empecé a escuchar por el pasillo bastante gente hablar, reír y gritar entre otras cosas. Gire mi cabeza para mirar la puerta y el gran cúmulo de personas que estaba haciendo ruido hace unos instantes en el pasillo entro por la puerta haciéndome fruncir el ceño.
¿Qué?
Eran mis compañeros de clase lo cual hablan de algo que no llegaba a entender por lo que pude oír era algo de una fiesta o algo parecido pero no estaba segura. Detrás de ellos estaba Dietrich caminado con la maleta en uno de sus hombros con una mano en uno de los bolsillos de su pantalón negro.
Aquí estaba el idiota pueblo.
Volví a girar mi cabeza para organizar algunas cosas de encima de mi mesa y mientras lo hacía podía sentir como Dietrich dejaba su maleta a un lado y tomaba su silla para luego sentarse.
- Buenos días sheriff.
A si era como usualmente me llamaba desde esa noche. Cuando supo que mi padre era policía se tomo la el lujo de ponerme ese mote el cual cada vez soportaba menos. Y si os preguntáis que paso esa noche pues resumiendo y omitiendo algunas cosas básicamente Dietrich no llamó a nadie paso allí toda la noche el muy estúpido me pidió el cargador de teléfono el cual no le di ya que se negaba a llamar a nadie y pues a si lo hizo. Nadie vino.
No se la razón por la que Dietrich no llamó a nadie pero se me hace raro pensar que nadie de su familia se preocupará donde estaba o donde pasaría la noche Dietrich pero para ser honesta no era asunto mío y tampoco iba a indagar más en ello.
Rode mis ojos con cansancio y deje salir un leve suspiro de mis labios.
- Deja de llamarme a si - dije para apollarme en el respaldo de mi silla, cruzar mis brazos y enfocar mi vista en una mesa que había delante nuestra -
- Ya, cuando me des ese sitio eso se hará realidad - dijo adoptando la misma pose que yo -
Gire mi cabeza un poco para echarle una mirada a Dietrich. Este al notar mi mirada en él giro también un poco su cabeza para devolverme la mirada lo que hizo que por unos segundos nuestras miradas se conectarán y admirara sus profundos ojos negros. Aparte mis ojos de él para hacer un gesto de cansancio.
- Este sitio jamas será tuyo Dietrich.
- Algún día lo será.
- ¿Te crees que es un trono? o ¿Qué?.
- ¿Recuerdas? En este juego yo soy el Rey.
Sonreí de medio lado al recordarlo dejando salir un poco de aire por mi nariz dando a entender algo de sarcasmo.
- Pues sumagedtad lamento decirle que el trono es mío.
Puede ver por el rabillo del ojo como Dietrich sonreia un poco intentando cerrar su boca para esconder su sonrisa.
Las horas pasaban lentas y eso me desesperaba pero no más que estar en..
- Joder, Alex ¡Asi no!.
Gire mi cabeza para ver que Verónica quién quitó de la mano de Alex un trozo de pared de la maqueta de la casa que estábamos creando.
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𝓘𝓷𝓶𝓪𝓻𝓬𝓮𝓼𝓲𝓫𝓵𝓮
RomanceLiv Cooper una chica criada y enjaulada en la perfección de sus padres se muda a un pueblo pequeño donde comenzará la universidad. En su camino se cruzaran todo tipos de personas pero solamente una dejara una verdadera huella en ella. ¿Sera la per...