Capitulo 40

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Rápidamente Alex y yo subimos las escaleras y fuimos directamente a la habitación. Una vez entramos vimos a Dietrich tirado en el suelo al parecer se había caído de la cama.

Nos acercamos rápidamente para incorporarlo y hacerlo volver a la cama. Por lo que pudimos observar Dietrich ni se preocupo por su caída ya que al dejarlo otra vez en la cama se volvió a dormir como un bebé.

- Espero que mañana este de mejor humor.

Fruncí mi ceño al notar claridad entrar por mi ventana. Abrí levemente los ojos y pude ver que ya era de dia, con los ojos medio cerrados me incorpore en la cama y frote un poco mis ojos. Tomé mi teléfono que estaba encima de la mesita de noche y mire la hora eran las diez de la mañana. Dejando salir un suspiró pesado me levante de la cama y fui al baño para lavar mi cara y dientes.

Una vez ya lo hice baja las escaleras y fui a la cocina. Una vez ya estuve en ella vi a Alex y a su madre desayunando algunos cereales y dulces.

Entonces lo recordé.

- ¿Y Dietrich? - pregunte observandolos-

- Si buenos dias a ti también- comentó sarcástico Alex - ¿Ves? Le gusta - dijo mirando a su madre a la cual se le escapo una pequeña sonrisa-

- Alex - amenace-

- Dietrich se fue nada más se despertó.

- Y...- no sabia como preguntarlo -

- No no estaba enfadado y no se si acuerda de algo.

Yo tragué saliva algo ¿desanimada?.

- Ven vamos a desayunar- comentó Larissa dando palmaditas en la silla que tenia a unos de sus lados -

El sábado transcurrió normal se podría decir que era un sábado algo aburrido. Sentada en la silla de mi nuevo escritorio sin saber que hacer comencé a dar golpecitos con uno de mis dedos en la mesa marcando un ritmo inventado. Cansada de no saver que hacer visualice mi teléfono a un lado apagado y sin saber se me paso la idea llamar a Dietrich pero eso entre nosotros sería raro y no quería incomodarle ya que al parecer no estaba tampoco de muy buen humor.

Suspire frustrada al no dejar de pensar en él.

¿Qué me pasaba joder?.

Derrepente mi teléfono comenzó a sonar dandome un poco de esperanza de que fuera él pero al ver quien me llamaba mi esperanza desapareció.

Mi padre.

- ¿Si? - conteste de mala gana-

- Por fin tomas la llamada - dijo con tono sarcasmo -

- ¿Qué quieres? - fui al grano-

- Vuelve a casa Liv - se escucho más como una orden que a una súplica-

- No puedo.

- ¿Como que no? - preguntó irónico- ¿Sabes la vergüenza que nos estas haciendo pasar? - escuche un risa falsa de su parte - Vuelve a  casa Liv.

- ¿Vergüenza? - deje salir una risa falsa- Solo os importa lo que piensen y digan los demás.

- No es cierto.

- ¡Si, si lo es! Siempre estáis mirando que no haga nada que os pueda dejar en ridículo por eso siempre nunca me dejáis tomar mis decisiones, nunca.

- Liv vuelve a casa o las cosas se van a volve...

- Papá tengo que colgar, adiós- mentí y rápidamente corte la llamada-

De mala gana deje el teléfono encima de la cama ya que si lo dejaba el la mesa pobrablemente ya no tendría teléfono. Deje salir todo el aire que retenía en mis pulmones cansada de siempre escuchar lo mismo.

𝓘𝓷𝓶𝓪𝓻𝓬𝓮𝓼𝓲𝓫𝓵𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora