Wanda M.
Camino a casa pensé en dejar la primera postal en el correo, así Natalia podría revisarla al día siguiente.
Quizá fue demasiado intenso, o quizá se siente intenso por qué es lo que normalmente textearías después de una cita.
¿Había sido una cita? No creo que se pueda tener una cita con una mujer casada.
"Fue un lindo día gracias a ti. Quizá podamos repetirlo el miércoles... ¿A las 9? - W."
De vuelta a casa sé que algo ha cambiado.
Mamá llama y pregunta cómo marcha todo, le cuento que va increíble, pero me reservo los detalles de Natalia. Se que mi madre estará realmente molesta de saber que le escribo postales a una mujer casada.
/
Martes por la noche, después de un largo día de trabajo, estacionó el auto en la oficina de correos, justo antes de que cierren. Sé que mis manos tiemblan de la emoción por mirar la respuesta de Natalia.
"En el mirador a las afueras... Quizá puedas recompensarme el buen día con una buena noche. - N."
Me ahorro el chillido de emoción, pero conservó la postal en mi bolsillo. El trabajo y lo demás no importa, quiero verla de nuevo.
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N. Romanoff.
Han pasado 30 minutos más de la hora acordada. Puedo pensar en que quizá se arrepintió y me dejó plantada, pero he elegido ignorar el retardo fingiendo no tener noción del tiempo tras las hojas de un libro.
Es bueno, interesante. Una mujer que a lo largo de su vida tuvo 7 maridos, Yelena me lo obsequio y aun no entiendo porque la historia de alguien con 7 maridos sería de mi agrado.
— Señorita... Lo lamento mucho, lo lamento tanto, lo lamento de verdad...
Wanda tenía una mueca de preocupación en su rostro.
— ¿Y ese pastel?
No pude evitar alzar una ceja al hacer la pregunta.
— Oh, es mi... Manera de decir 'lo siento' por llegar tarde... También compré una rosa, pero probablemente eso esté de más — note que se puso nerviosa pues la dejó a un lado en el césped y me tendió el pastel.
Me levante de la banca para colocarme de puntillas y poder saludarla. Es alta, me gusta eso, que se mire inalcanzable.
Dejo un beso en su mejilla que la hace suspirar, finjo que da lo mismo, pero permanezco lo suficientemente cerca para poder embriagarme de su aroma y perfume. No es posible que alguien huela así de increíble, pero Wanda lo hace.
— Puedes decir que pensabas no venir porque soy aburrida pero que te arrepentiste de dejar a una pobre mujer plantada así que arreglaste todo de último minuto... La rosa no me parece estúpida.
Wanda río recogiendo la rosa entre manos, después se acercó a tomar asiento a un lado mío, estamos cerca, nuestras piernas chocan, nuestros brazos igual. Pero me gusta, me gusta su cercanía.
— Supongo que me descubrió, señorita Romanoff... El no saber cómo darle una gran noche provocó que me acobardara.
Lo dijo mirándome a los ojos mientras me tendía la rosa. De manera fija, pensé que podría acabar hipnotizada ante su mirada, me pareció que la hipnosis no era tan falsa después de todo.
— Trajiste un pastel, creo que sabes cómo dar buenas noches a las mujeres.
Su sonrisa se transformó en picardía. Eso me enojo, pensar en que Wanda podía darle noches increíbles a cualquier mujer me hizo enojar, no tendría que enojarme.
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"Postales de amor." - Wandanat (g!p)
RomanceDonde Wanda Maximoff ha conseguido un lugar en el sello jurídico más importante de Europa, y Natalia Romanoff es esposa del presidente. (Wanda g!p) Para ti, siempre.