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Natalia R.

Ambas hemos permanecido en silencio por más de 5 minutos en la misma esquina.

- Debo irme ya, entraré por el cuarto de Yelena.

La verdad es que no quiero pasar más tiempo con Wanda dentro del auto, siento vergüenza de mí misma. Es vergonzoso que ella pueda imaginar eso de mí.

¿De verdad luzco como ese tipo de mujer? Oh, dios.

Antes de abrir la puerta ella sujeta mi cintura, y se siente bien, quiero pedirle que me sostenga el resto de nuestras vidas, pero, ¿con qué derecho?

- Nat, escucha, lamento lo que dije... estuvo totalmente fuera de lugar, yo.... Me preocupo por ti, ¿bien? Eso es todo, me preocupo por ti, porque te amo, y porque creo que eres una mujer maravillosa que solo merece cosas buenas, y también, porque si bajo cualquier circunstancia tu sintieras que te ahogas, que estás sola, o que no puedes más.... - ella sujeta mi mano y la coloca sobre su pecho, justo donde puedo sentir sus latidos - quiero que sepas que me tienes a mí, y que yo siempre estaré para acompañarte en cualquier batalla que sientas que debes pelear.

No sé en qué momento las lágrimas comenzaron a correr por mi rostro.

¿Ella acaba de pedirme matrimonio? Porque se sintió un poco de esa manera.

En general, que alguien me procure de manera genuina es algo a lo que no estoy acostumbrada en lo absoluto.

Dios, Wanda, ¿en qué momento de tu vida te fuiste a cruzar con una mujer tan dañada como yo?

Deposito un beso sobre sus labios y ella sonríe.

Sus últimas palabras han sido realmente personales y dañinas, incluso cuando sé que no ha tratado de dañarme. Ella no me ha dañado de una manera maligna, pero si pienso un poco en los miles de problemas que tendría que soportar estando conmigo, puedo llegar a una sola conclusión: No lo merece.

En este último año he llegado a conocerla tan bien que se lo que piensa respecto a casi cualquier cosa. Se lo que opina del amor, se lo que opina de nosotras.

Se que no es ella. Wanda no es esto.

Wanda no es un montón de postales con una firma anónima, Wanda no es un montón de besos robados en los callejones menos transitados, Wanda no es la angustia de sentir que podrías ser atrapada en cualquier momento, Wanda no es la mirada que una busca evitar cuando se adentra en una habitación repleta de gente que podría juzgarte.

Wanda no es quien suplica por un poco de amor, no es quien se esconde.

Wanda no es el tipo de mujer que esconde su dolor al sentir que el aroma que rodea mi cuerpo no es el mío sino el de alguien más.

Wanda no es quien sufre amando, y pretende que puede soportarlo.

Pero últimamente lo ha sido.

Algo que vive en mi cabeza constantemente es una frase que Loki, su mejor amigo, le dijo al observarnos juntas: "Te miro, y apenas te reconozco." Y ambas reímos, Wanda río, sí que lo hizo. Ella sujetó mi mano y alzó los hombros en respuesta.

Ser una desconocida para quienes la habían reconocido toda su vida no parecía inquietarle ni un poco en ese momento.

A mí me inquieta, me inquieta pensar que pueda estar perdiéndose a sí misma cada día un poco más con tal de salvar una parte de mí.

Porque Wanda no es eso.

Wanda es una promesa de amor que se grita a los cuatro vientos.

Pero en este momento no tengo voz, y estoy segura de que el viento me derribaría fácilmente si yo tuviera la maldita astucia de intentar ponerme de pie.

"Postales de amor." - Wandanat (g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora