Wanda M.
Natalia tomó el borde de su blusa y la levantó junto con su sostén dejando su torso totalmente expuesto.
Sin esperar aprobación dirigí mis labios hasta uno de sus pezones, con una de mis manos libres comencé a masajear el otro sintiendo la suavidad de su piel en esa zona.
Natalia sujeta mi cabeza con fuerza sobre su pecho evitando que me separe.
Mis manos se deslizan a sus caderas, haciendo movimientos lentos provocando que su centro roce justo donde debe.
Natalia continúa restregándose encima mío hasta que la escucho soltar el primer gemido.
Mierda.
Podría llegar simplemente escuchándola gemir. Eso es un hecho.
Me levanto con ella en brazos y la colocó de espaldas al sofá, delicadamente deslizó sus prendas inferiores, cada centímetro de piel que comienza a exponerse al deslizar su ropa me va poniendo más y más.
—Est-estás muy dura...
Sonrío porque es cierto, lo estoy, ella realmente me pone, supongo que no puedo seguir estando avergonzada.
Hago un leve movimiento hacia al frente untándome en ella, eso provoca que ambas soltemos un fuerte suspiro.
Natalia se gira para quedar frente mío y después de levantar mi camisa, se acerca a tomar mis labios con desesperación.
Llevo mis besos hacia su cuello, amo ese lugar. Su cuello es mi lugar favorito, es suave, huele delicioso, puedo esconder mi rostro ahí por horas e ignorar el mundo.
Mis caricias se dirigen hasta su trasero, lo aprieto y amaso acercando su cuerpo al mío mientras que nuestras bocas no dejan de tocarse entre sí.
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Natasha R.
Wanda se coloca de rodillas, y lentamente va acariciando mis piernas, sus dedos recorren mi piel de arriba a abajo. En un momento inesperado siento su rostro acercarse a mi centro, ella deja un leve beso sobre la zona, y se siente bien, eso es suficiente para erizar mi cuerpo entero, suspiro pesado, casi gimiendo, y a juzgar por la mirada que me acaba de dar, sé que también le ha gustado.
Wanda toma mis muslos y los coloca sobre sus hombros, mientras que con sus manos masajea el área de mis caderas, con su lengua comienza a trabajar en movimientos circulares sobre mi punto sensible, por momentos muerde y juguetea con mi nervio de manera tan meditada que no me lastima en lo absoluto, pero es suficiente para hacerme temblar.
No se detiene solo ahí, con su lengua explora toda la zona, y contrario a la opinión popular, se siente extremadamente bien. Succiona justo en el centro, para después introducir dos de sus dedos en mí de manera cuidadosa.
Mierda...
Sus movimientos orales aumentan la velocidad, y sus dedos comienzan a moverse de una manera tan ágil dentro de mí a tal punto que no puedo mantener mi cuerpo quieto.
Es cuestión de minutos hasta que una sensación de emoción rellena mi cuerpo entero y se deja ir a manera de líquido caliente sobre la boca de Wanda.
Ella sonríe tomándolo gustosa, levanta mi cuerpo de lleno sobre el colchón, y se coloca en medio de mi separando mis piernas con ayuda de su rodilla. Con dos de sus dedos roza mi centro de arriba a abajo, amenaza con entrar, pero no lo hace. Su boca masajea el área de mis pezones, es justo cuando está por volver a introducir sus dedos que la detengo.
Sé lo que quiero, sé lo que quiero de ella.
Y se lo que ella quiere de mí.
Me enrosco en sus hombros, sintiendo rápidamente su agarre en mi cintura. Con el peso de mi cuerpo logró colocarme encima suyo y acostarla sobre la cama. Mi cuerpo desnudo choca contra la tela de su pijama que aún permanece puesto.
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"Postales de amor." - Wandanat (g!p)
RomanceDonde Wanda Maximoff ha conseguido un lugar en el sello jurídico más importante de Europa, y Natalia Romanoff es esposa del presidente. (Wanda g!p) Para ti, siempre.