"Postales de amor." - Wandanat (g!p)

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Wanda M.

- ¿De verdad tiene 46?

- Si - responde Nat a Carol - es una anciana atrapada en el cuerpo de una veinteañera, luce más joven que tú y yo juntas.

- Carol a ti te gustan todas, la maestra de inglés, la psicóloga, mi asistente y

- Tú mamá también.

- No puedo creer que digas eso mientras estacionamos en su casa.

Natalia se carcajea mientras baja del auto.

Carol se aproxima hasta la puerta y entra con cotidianidad.

- Quizá debí haber traído algo... Como un pastel, o, quizá un arreglo, si, dijiste que a tu madre también le gustaba la jardin-

- Nat, relájate... Ella está más nerviosa que tú, está por conocer a su nieto, y a... Bueno, por conocer a la madre de su nieto, mamá es buena, lo prometo. Si te sientes incómoda nos iremos, solo date una oportunidad.

- Sili diti ini ipirtinidid

Ahg... Claro que Lorna tenía que aparecer en el mejor momento.

- Hey, hermanita.

La pelinegra ríe enseñando los dientes y se acerca hasta quedar a centímetros de Nat. Es gracioso, mi hermana es más alta por bastante y Nat le lleva como 8 años.

- ¿Tú eres la que tuvo a mi hermana llorando y sin bañarse semanas enteras? Lo del llanto duró más que lo del baño, claro.

- ¿Fui yo? - pregunta Nat con nerviosismo

- ¿Fuiste tú? No lo sé, pero he querido encontrar a esa perra para decirle un par de cosas.

- Lorna... Déjala en paz, anda.

- ¿Un par de cosas? ¿Cómo cuáles?

Nat acomoda sus manos en sus bolsas traseras nerviosa pero no baja el rostro.

- ¡Broma! La verdad es que no me importa, eres muy guapa, supongo que eso explica porque le gustabas tanto. - Mi hermana ríe y saluda a Nat con un abrazo quien solo lo regresa algo asustada - ¿Y mi sobrino?

- Ayúdame a intentar arrancarlo de las hojas de Narnia, si le caes mejor que Aslan tal vez puedas saludarlo. - digo a Lorna.

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Natalia R.

Me alejo un poco del auto dejando a la levemente lunática hermana de Wanda con Wanda y los niños, y tomo un respiro antes de hacerme camino hasta la puerta del lugar.

Carol se posa en la entrada, y después Pepper, al verme, se acerca hasta mí con bastante prisa, y lo primero que espero es una mala cara, o un reclamo, pero no, sin pedir ningún permiso, me toma en brazos de la misma manera en que en las películas, las madres toman en brazos a sus hijas a quienes no han visto en mucho tiempo.

Pepper me abraza con cariño, y es bastante extraño, realmente extraño. No la he conocido en mi vida, pero me abraza con más fuerza y amor de lo que lo ha hecho alguien que no sea Wanda o Yelena antes.

- Hija, me alegro tanto de que estés aquí el día de hoy.

- ¿De verdad? - preguntó con timidez mientras me suelta.

- Has pasado por tantísimo... Y mírate, de pie, eres una mujer fuerte, tan fuerte... Aquí tienes un nuevo hogar, y una nueva madre si es que lo deseas.

De manera involuntaria, la abrazó por segunda vez y ella ríe con ternura sosteniéndome.

Es realmente extraño que algunas personas me traten con tanto amor sin siquiera conocerme. Pero lo agradezco, Dios sabe que sí, lo agradezco más que nunca justo ahora.