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Wanda M.

Hemos pasado un buen rato simplemente sobre uno de los muebles del lugar, abrazadas, en silencio, le ha dado tiempo de arreglar el maquillaje que arruine al hacerla llorar.

Nat se levanta y comienza a hurgar en uno de los estantes de limpieza.

— Me llamaron... De New York...- comienzo a explicar - Es un sello nuevo que promete bastante.

-Starkforce.

- Si – aseguró.

— ¿A qué te refieres con que te llamaron? ¿Pará saludar, ver como estas o-

— Me hicieron una propuesta de trabajo. La mejor que he recibido hasta ahora.

Natalia no se molesta en observarme, ha encontrado un rociador de agua y ahora las plantas gigantes que decoran el lugar tienen toda su atención.

— Eso es b-bueno, cariño. Lo mereces - su voz suena premeditada – lamento no haber dicho eso desde un inicio. Pero, lo mereces.

— Me cubren absolutamente todos los gastos de mudanza, y el contrato es por al menos la mitad de lo que resta de mi vida. Es algo que no se consigue todos los días, Nat. Me llamaron dos meses atrás, y me negué.

— ¿Por qué hiciste eso?

— Por qué tú no aceptarías venir conmigo, y lo sé. Pero me han hecho una segunda propuesta, y eso definitivamente tiene que ser el universo mostrando que debo aceptar.

- Ese tal Happy...

-Si

- ¿Te inventaste lo de sus pronombres?

- No... - rio – juro que así le gusta que le digan.

- ¿Cómo te encontró?

- No, no se. No conozco al jefe, se que se llama Tony Stark, es todo. Happy es su secretario o algo así.

- ¿Han sido insistentes, uh?

- Me temo que sí, Nat...

- Bien... entonces, eso es todo. Es tu vida, son tus sueños, sabes que me alegro, sabes que es así.

- Tomaré el riesgo de hacer la pregunta... ¿Vendrías conmigo?... – Ella suelta el rociador y toma asiento frente mío – eso es todo lo que no me he atrevido a decir antes, todo lo que no me he atrevido a cuestionar ni siquiera en mi cabeza.

— ¿No te gusta tu trabajo aquí, cierto? Es evidente.

Algo en el ambiente de la situación comienza a molestarme. Quizá la manera en que ella pretende no entender nada, literalmente acabamos de gritarnos consecutivamente por las mismas razones.

—Extraño mi hogar y la estúpida y genuina sensación de libertad que solía tener, y quiero que vengas conmigo... No, no como una orden – aclaró- sino como una invitación. Te estoy invitando a que seas parte de mi vida, con lo que sea que eso signifique, puede venir tu hermana, o tus padres... O quienes sean, o a quien necesites, Rusia no te está haciendo bien, no creo que esté lugar haya sido bueno para ti alguna vez.

Y temo estar mintiendo, temo estar jurando supuestas verdades al aire, y que acaben siendo más que mentiras.

Temo estar dando por sentada una vida desconocida de alguien a quien amo.

Natalia se acerca hasta la encimera en donde las botellas descansan, con la mayor prolijidad desenrosca una que está llena por encima de la mitad, no puedo percibir cuál es su contenido, pero a juzgar por la facilidad con la que el líquido recorre su garganta sin provocarle una mueca en el rostro, puedo decir que no es más que Whisky, ella ama esa bebida, también adora el vino... no quiero entrar en conversación sobre el vodka.

"Postales de amor." - Wandanat (g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora