"Postales de amor." - Wandanat (g!p)

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Wanda M.

- ¿No me dirás nada lindo?

- Oh, basta, ¿qué podría decir que no te hayan dicho todas las demás? Vas a ser brillante, eso lo sabes.

Yelena se despide deshaciendo sus brazos en mi cuello, y con una sonrisa camina lejos de sus amigas para encontrarse con su familia

- ¿Tienes trabajo?

Niego, y Darcy suspira aliviada.

- Mónica decidió no abrir el bar para el público hoy, solo nosotras.

- Genial, pero no estoy de modo para beber- Admito.

No sé si ese tal Happy es bueno en lo de la seguridad, pero, ¿marcando a mi número las 24 hrs del día? Seguro que lo podrían galardonar por ser tan bueno.

Aún no he tomado sus llamadas, pero igualmente he renunciado.

A veces no me entiendo ni a mí misma, a veces yo, y yo misma no nos entendemos, a veces hacemos cosas distintas, a veces las dos partes de mi cabeza no se ponen de acuerdo y discuten mientras yo observo la larga carretera y pienso cuál será el mejor momento para tomar malas decisiones.

- ¿Ni siquiera chocolate caliente?

- Dar siempre quiere conquistar a todo el mundo con su chocolate caliente - Dice Mónica.

- ¡Es asombroso! Apuesto a que te funciona, eh, Dar, ¿a cuántas has conquistado con esas tabletas y malvaviscos?

Noto nerviosismo en su rostro, antes de que ella pueda articular alguna palabra, Nat se adentra en el grupo separando de manera gentil a Darcy de mi lado.

- ¿Quién conquistará a quien, señoritas?

Mónica ríe ignorando su pregunta, ambas nos colocamos en fila y observamos a Yelena adentrarse al auto en el que viajará con su padre. No quiso la compañía de nadie más, su excusa fue que Alexei es de quien menos le dolería alejarse, a veces admiro su honestidad.

No puedo evitar preguntarme mientras los veo alejarse si para mi padre fue igual de sencillo alejarse de mí, no puedo evitar preguntarme si yo también fui de quien menos le dolería alejarse. El algunas veces intentó llamar a mamá durante mi adolescencia, nunca a mí.

Pero no es para tanto, mamá siempre supo querer por dos.

- Iremos tras ellos, andando.

Melina se enrolla en el antebrazo de Steve y de manera digna llama la atención de Natalia.

- No es lo que ella quería.

- Tu madre quiere acompañarlos, anda - Dice Steve.

- Me quedaré con las chicas, los veo más tarde en casa.

Steve expresa evidente incomodidad, escanea con la mirada a Mónica y a Darcy, finalmente hace contacto visual conmigo.

Quiero golpearte, si, lee mi mente, hijo de puta.

Natalia abraza a Mónica por la cintura, y disimuladamente aprieta la mía también mientras nos alejamos de la entrada.

- ¿Entonces, todas al bar?

Nat me da un vistazo y continúa su camino con Mónica.

Nos hemos escabullido detrás de las bodegas del supermercado más alejado los últimos días, eso significa que no he tenido que extrañarla más de lo normal.

- ¿Estás bien, preciosa?

Nat acomoda su rostro en el hueco de mi cuello y deposita un beso justo ahí.