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Natalia R-.

— Puedo entender muchas cosas, Steve Rogers es atractivo. Ligeramente amable si es la primera vez que lo conoces. Digamos que es un hombre al que muchas mujeres desearían justo ahora, tiene dinero, muchísimo... Pero es dinero tuyo, de tu familia, ¿cómo carajos dejaste que eso sucediera?

Nos encontramos en el hotel en donde Sylvie se está quedando, hemos revisado la cinta de grabación una y otra vez. Apenas e hizo alusión al accidente, es un poco de contenido, pero no para mucho, ¿cómo llevo eso con un juez? Si se lo enseñó a mi padre estoy segura de que Steve encontrará como arreglarlo.

Porque su voz tiene mucho más valor que la mía.

— Era joven, Sylv, ¿qué iba a saber yo de acciones y firmas? El me propuso matrimonio, le agrado a mi padre, cuando cumplí 21 y se hizo la audiencia para recibir la parte de mis acciones en la compañía—

— La mitad fue para él también porque estaban casados por bienes mancomunados — Sylv rompe su lápiz en contra del escritorio inconforme, yo asiento para después beber del whisky frente mío — pedazo de hijo de puta.

— En ese momento no me pareció la gran cosa, yo no tenía intención de trabajar en la empresa, él por su parte había estudiado derecho. Sarah, su madre, acababa de fallecer y el padre de Steve nunca lo quiso mucho. Alexei, de alguna manera, vio en él al hijo que siempre deseó y que nunca pudo tener.

— Tu padre es un jodido machista, Natalia, sin nada de respeto lo digo.

Durante toda mi niñez él se sintió principalmente frustrado por tener una hija. Cuando se enteró de que mi madre estaba embarazada, lo único que yo deseaba es que él bebe fuese un varón, quería que él estuviera feliz.

"¿Cómo podré ir al juego del viernes con mis amigos? Todos tienen hombrecitos, ¿qué es lo que hará Natalia, servir los vasos de limonada?"

Mi vida entera ha estado repleta de comentarios como ese.

Mi madre siempre lo regañaba por ser un insolente, pero él era honesto. No creo que yo haya sido la única que creció con dolor dentro de sí. Apuesto a que Melina se sentía de la misma manera. Ahora que soy mayor estoy casi segura.

No digo que mi padre no me ama, o que no me amo. Pero me hubiese amado y celebrado el doble si hubiese sido un hombre.

Cuando Yelena nació la única cosa que me preocupaba era que la hiciera sentir de la misma manera. Me aterraba que la hiciera sentir mal por ser mujer, que la hiciera sentir inútil.

Pero no. Yelena es su pequeña, la adora y cuida más que a nada en el mundo.

Tal vez sea cierto eso de que los padres se esfuerzan más con los hijos menores. Los cuidan, y protegen más. Tal vez sea solo remordimiento. Quizá a los mayores nos toca crecer y arreglarnos por nuestra cuenta.

Está bien.

— Se que lo es.

— ¿Y por qué te importa tanto? Yelena se irá en dos meses, puedes llevarte a tu madre contigo. ¿Qué más da? Ve y se feliz.

— Alexei quizá no sea el mejor padre del mundo, Sylv, pero... Es mi padre, supongo que lo es. Y está realmente enfermo, no quiero que sus últimos momentos en la tierra sean de completa soledad. No sé si podría hacer eso.

¿Se lo merece? Si, no, tal vez. No soy quien decide que merece que.

— ¿Alguna vez te dejo hacer algo que quisieras? ¿Elegir alguna carrera? Querías construir casas, dibujar te hacía feliz, ¿qué pasó con todo eso?

"Postales de amor." - Wandanat (g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora