Wanda M.
- ¿Te vas? ¡No nos dijiste que te irías!
- Si, me voy... Lo siento, es que, no lo había procesado, pero presenté mi renuncia y.... ni siquiera he aceptado mi oferta con Starforce... solo, me fui y ya.
- ¿No nos vas a extrañar? - pregunta Darcy.
- Hey, si...- me acerco para acunar su rostro en mi cuello, ella emite un sonido de tristeza - las extrañare... muchísimo, pero, ustedes hablaron sobre regresar a New York alguna vez, y si es así, mi casa estará abierta. Aunque es nuevo para mí... no estuve ahí antes, o en ninguna parte de América.
- Quiero irme, pero no quiero dejar el bar solo... es parte de la poca diversión que tienen las mujeres en este país - dice Mónica.
- Yo sé, lo que haces es hermoso...
- Planeo estudiar astronomía.
- ¿Astronomía, Dar? Pensé que te habías graduado de GAStronomía.
- Si, ya sé, no me dejaron estudiar otra cosa. Quizá haga lo que siempre quise, quizá te visite dentro de poco, Wands...
- Lamento no decir nada, chicas... igualmente jamás me hubiese ido sin despedirme.
Ambas me miran serias, se que lo entienden, no hace falta aclarar más.
- Iremos con Jane, y por bebidas, tienes algo pendiente, ¿no es así?
Mónica apunta tras de mí con la mirada, después de que ellas se marchan observó a Natalia quien se encuentra de pie a varios metros, luce hermosa, pero su expresión no es nada linda.
En realidad, ahora mismo siento miedo.
Antes de acercarme a ella busco a Steve con la mirada, pero no lo encuentro. Eso es bueno, supongo.
- Te veo en la biblioteca detrás de tu oficina – murmura al pasar por mi lado.
Ella desaparece del lugar, unos minutos después emprendo mi camino hasta el lugar con el afán de que nadie sospeche.
Al entrar encuentro todo apagado, apenas unas luces de noche se divisan en el inmenso cuarto, ella descansa sobre uno de los muebles.
- Nat...
- ¿Sabes quién me dijo que te irías?
Niego.
- ¡EXACTO! NADIE.
- Yo, bue-
- No, pasé el día entero escuchando a Steve y a mi padre discutir sobre dos bajas significativas en el despacho, y honestamente me negué de manera imbécil a pensar que tú serías capaz de tomar una decisión tan remota como esa sin decirme nada al respecto. Aparentemente si eres capaz, ¿no?
La miro sorprendida. No creo que Nat haya alzado la voz con un tono tan grosero al discutir conmigo alguna vez.
- No había encontrado el momento adecuado para hablar contigo... no, no quiero pienses que soy una mentirosa porque no lo soy.
- ¿Entonces qué fue lo que hiciste?,¿Cómo quieres que lo llame... esconder la verdad? Se supone que tu y yo somos honestas, se supone que mentimos a los demás, pero nunca entre las dos. Wanda, no soy la mejor persona para jactarse del concepto honestidad, pero me hace sentir como una mierda pensar en lo fácil que es para ti decir adiós a todos, me hace sentir como una mierda que te sea tan fácil decir adiós si eso incluye dejarme a mí.
- ¿FÁCIL? – Un grito escapa de mi garganta, automáticamente doy varios pasos hacia atrás, odio gritar - ¿Fácil?, ¿De verdad crees que algo es mínimamente fácil para mi desde que llegué a este lugar? ¡Sorpresa, Natalia! No lo es, nada es fácil, ¿sabes cual es la única verdad? Me siento miserable la mayor parte del tiempo, Natalia, me siento sola, asustada, me siento hundida.
- ¿Es culpa mía? – Pregunta.
Sus ojos se encuentran cubiertos por una capa fina de lágrimas, sus labios se presionan entre sí violentamente tratando de suprimir un sollozo que igualmente sale, obligándola a bajar la cabeza.
-No, no es tu culpa... - Digo, la contradicción en mis palabras no ayuda – yo soy responsable de mis decisiones. Yo te elegí por sobre todas las cosas, y a veces puede ser difícil, y doloroso. A veces tomaré decisiones que no te van a gustar, y lo lamento, pero, diablos, Natalia, por primera vez desde que te conozco intento ponerme a mi misma por delante, porque sé que si me quedo detrás no podré continuar con vida. Esa es la verdad, incluso si suena dramático.
- ¡¿Y qué es lo que siento yo?! ¡¿Eso te importa un carajo?!
- ¡No lo sé, Nat! ¿Ves el problema? Nunca dices nada... tu, te marchas, y regresas... y por unas semanas vivimos la mejor historia de amor del mundo, ¿luego qué? Me llamas de números de personas que no conozco, actúas raro, ¿Cómo sé que puedo confiar en ti?, ¿Cómo sé lo que sientes? Lo único que he hecho es cuidarte, procurarte, he sacrificado mi propia felicidad por ti, ¿entonces me importas un carajo? No es justo.
- ¡Genial! Soy una cretina ahora, ¿no? Eso es lo que parece... si, Wanda, ¿sabes? Lo entiendo, así es como se ve. Crees que quien hace todo en esta relación eres tú, yo solo disfruto la vida, solo me divierto... ¡Es obvio, si!
Intento acercarme para sujetarla, pero ella me empuja y se aleja aún más, comienza a carcajearse de manera sarcástica mientras lágrimas recorren su rostro.
— Tu has sido para mí un puto juramento mientras que para ti yo no he sido más que un simple secreto. Es de esa manera, Natalia, simplemente es así.
Mi corazón duele. De la manera más ridícula en que se puede entender, duele.
Nunca antes permití que alguien rebajara mi dignidad y valor como Natalia lo ha hecho.
Dejé todo por ella, todo lo que podía proteger a mi corazón de los golpes lo hice a un lado para que mi amor no le pesará tanto.
La observo frente a mí con el rímel corrido, y los labios hinchados. Odio verla de esta manera, llena de lágrimas y tristeza. Pero también odio sentirme así de rota, ninguna de las dos lo merece.
Sé que no podré soportar despertar un día más con este dolor en mi pecho.
Natalia se acerca de manera apresurada, esconde su rostro en mi cuello...está suplicando 'quédate', puedo escucharla. Empuja mi cuerpo contra el suyo, y lo estruja, y llora, y yo lloró también.
Ya no hay más gritos... solo dos mujeres en medio de un salón repletas en lágrimas.
Dos mujeres que se aman bajo las leyes de un mundo lastimoso y cruel, bajo las leyes de un mundo injusto.
Dos mujeres que decidieron hacer equipo en el juego más peligroso de la historia con la esperanza de ganar, y si dios existe, él sabe que en las mejores películas de superhéroes los dúos favoritos jamás completan la misión juntos, siempre uno se pierde en el camino.
No hay marcha atrás.
Hoy no se quien soy, me aterra la idea de un día despertar y no tener idea de quien algún día fui.
"Solo el amor lastima así", es lo que dicen, pero yo difiero.
Mi intención jamás ha sido lastimarla, ni siquiera un poco.
ESTÁS LEYENDO
"Postales de amor." - Wandanat (g!p)
RomanceDonde Wanda Maximoff ha conseguido un lugar en el sello jurídico más importante de Europa, y Natalia Romanoff es esposa del presidente. (Wanda g!p) Para ti, siempre.