Wanda M.
Natalia descansa su rostro sobre mi pecho mientras duerme. Una de sus manos envuelve mi cintura. Ella decidió quedarse en ropa interior y recostarse a un lado mío en el sofá, pero acabó dormida. Supongo que ambas en algún punto quedamos dormidas.
Miró el reloj. 7:45 A.M, voy extremadamente tarde para el trabajo.
Debo quitármela de encima, pero me asusta tocarla, me asusta arruinar su aura de paz. Tiene un ojo semiabierto, y sé que me ha babeado tan solo un poco, no puedo evitar reír. La observó y mi día ya ha iniciado genial.
No creo haber compartido la cama con alguien antes sin que acabase en un encuentro comprometedor.
Pero creo que esta sensación es mejor.
— Hey... Nat...
La rubia se remueve en mis brazos arrugando los ojos.
— No me llamaste "señorita"
— Oh, señorita Nat... Debo ir al trabajo.
Ella sonríe aún con los ojos cerrados.
A los segundos se levanta y se encamina hasta la habitación de baño.
Escucho la regadera abrirse.
— ¿Te unes? — Natalia ha sacado el rostro tan solo un poco por la puerta, pero puedo notar que está desnuda debido a su costado expuesto.
Esa es una imagen extremadamente deseosa.
Es decir, si... Podría unirme, pero... Wandito.
Natalia da un paso fuera del baño dejando más piel a la vista, me volteo estirando mis pantalones con disimulo, no, no ahora. Demonios.
Observo mi saco en el perchero, sí. Lo tomo y envuelvo en mi mano izquierda cubriéndome con naturalidad.
— Lamento decepcionarla, señorita, pero debo ir al hotel por ropa limpia, voy tarde al trabajo...
Mis ojos se pierden por accidente en el camino hacia sus senos. Pero no, no, mierda, Wanda... No seas boba.
— ¿Cuándo te volveré a ver?
— Hoy debo viajar a unas horas de aquí para resolver la recolección de unas declaraciones, pero, quizá mañana por la tarde... Le escribiré, ¿bien?
Natalia sujeta mi cuello y deja un beso sobre mis labios.
— Hmm, Nat... Esto... Esto es algo, ¿verdad? ¿Significa algo?
Ella sonríe de lado, pero no enseña los dientes.
No quiero que note que mentalmente suplico porque signifique algo. No quiero que se dé cuenta de que muero de miedo de que no vuelva a suceder.
— Lo descubriremos, Wanda —
Y entonces ella cierra la puerta enfrente mío.
Eso es suficiente para mí. Lo quiero creer.
///
— ¡Regresan la próxima semana, no...! De nuevo tendremos el despacho lleno de testosterona.
Foster va a mi lado en los asientos delanteros del automóvil que la empresa tiene de transporte. Tras nuestro están los residentes que nos acompañan en el caso para aprender.
— ¿Cómo sabes?
Tomó su móvil en mis manos y leo el correo enviado. Mierda, están de regreso.
— No terminaré el año aquí, estoy pensando en Boston 's... Creo que es lindo, hay buena pizza.
No sé qué responder. ¿Quiero terminar el año aquí? No, no era la idea inicial.
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"Postales de amor." - Wandanat (g!p)
RomanceDonde Wanda Maximoff ha conseguido un lugar en el sello jurídico más importante de Europa, y Natalia Romanoff es esposa del presidente. (Wanda g!p) Para ti, siempre.