HELL 👹 Light Yagami

52 👹 superioritas

Noche

-Siento que hayamos tenido que quedar tan tarde, Amane - se disculpó Takada. - Pero no puedo salir hasta que terminen las noticias.

Takada y Misa ya se habían sentado a la mesa y les habían servido una copa de vino en lo que esperaban a que Rinka llegase en algún momento.

-No pasa nada, si yo soy como una criatura de la noche - respondió Misa, sirviéndose más vino del que le habían puesto.

Lidner estaba apoyada en la pared, detrás de Takada.

Un par de minutos después, Rinka llegó. 

-¡Hermanita! - Gritó Misa.

La chica se acercó y se sentó al lado de su hermana.

-Rinka, este restaurante es muy elegante, no puedes venir en chándal - la regañó por lo bajo. - Además, llegas tarde.

-No te quejes, que me he tenido que tapar todos los tatuajes para poder entrar - respondió Rinka. - Además, me había surgido una gran oportunidad antes de venir que no podía desperdiciar.

-¿Qué oportunidad? - Preguntó Takada.

-Me entraron ganas de cagar - contestó Rinka. Cogió su copa de vino y le dio un trago. La dejó de nuevo sobre la mesa y miró a la mujer. - A ver, ¿qué quieres?

-Qué pregunta más directa me haces - murmuró Takada. - Tu novio parece muy ocupado últimamente... ¿Puedes verle a menudo?

Misa abrió los ojos sorprendida. Rinka sonrió y se cruzó de brazos.

"La madre que la parió", pensó Misa. "Sabe que ahora ella puede quedar con Light mucho más que Rinka."

-Pero bueno, espero que os vaya bien... - murmuró Takada. 

-Hay algo que quiero contarte ya que trabajas en la tele - sonrió Misa. - En la fiesta de fin de año pienso anunciar que mi hermana se va a casar con él.

Rinka la miró.

-¿Y él... lo sabe? - Preguntó Takada después de una pausa.

-Pues claro que lo sabe - rió Misa, volviendo a llenar su copa. - Dos no pueden casarse si uno quiere. ¿No te parece? Además, fue él quien se lo pidió a mi hermana.

Rinka le dio otro trago a su vino.

-¿No crees que el programa se animaría un montón si tú misma lo anunciases, señora presentadora? - Preguntó Misa.

-Espero que puedas casarte... - murmuró Takada. - Rinka.

-¿¡Cómo que esperas que pueda!? - Preguntó Misa cabreada. - ¿¡Acaso piensas impedirlo!? ¿O a lo mejor es que pretendes hacer que Kira la mate?

-Imposible, él es el único que decide a quién hay que eliminar - respondió Takada. - Yo no tengo nada que ver en sus juicios. Además, te considero como una amiga, al igual que a ti Rinka y, por eso, lo que acabas de decir me ha dolido. Y yo nunca he sentido impulso de matar a nadie. Ni siquiera la persona más odiosa.

-Pues tú verás... A mí, en realidad, Kira me cae bien, pero seguro que Light lo atrapará muy pronto - dijo Misa antes de coger directamente la botella y darle un largo sorbo. La soltó y sonrió. 

-Es cierto, atraparán a Kira - murmuró Rinka. Takada la miró. - Y, cuando lo haga, no creas que saldrás muy bien parada. Seguro que tú también serás... ejecutada - dijo pasándose una mano por el cuello.

Takada se asustó y tiró su copa de vino. Misa miró a su hermana.

-Señorita Takada, ¿se encuentra bien? -Preguntó Lidner.

Takada sollozó, tratando de no llorar.

FLASHBACK

-Lo entiendes, ¿verdad? - Preguntó. - Yo soy Kira.

(...)

Light se acercó a ella, puso una mano en su mejilla y la miró a los ojos.

-Quédate conmigo y te convertiré en la Diosa del Nuevo Mundo - murmuró él.

FIN FLASHBACK

Takada sonrió ligeramente al recordar a Light.

-¿Sabéis, Misa, Rinka? - Preguntó ella.

-¿¡Qué!? - Respondió Misa molesta.

-No estoy de humor - dijo Takada.

-¿¡Qué!? ¡Ni yo tampoco! - Gritó cabreada.

-Me temo que tendría que haber esperado a que fuerais un poco más mayores y tuvierais más educación antes de invitaros a cenar - contestó Takada. - Misa, aún eres una niña caprichosa. Y tú, Rinka, te comportas como una pandillera marginal de secundaria.

-Bueno, como entenderás, tu opinión me da igual - respondió Rinka. - Así que, si te vas a sentir más a gusto, di lo que quieras para calmar tus estúpidas inseguridades.

-¿¡Cómo!? ¡Pero si soy mayor que tú! ¡Y Rinka también! - Rió Misa, ignorando a su hermana. Takada se levantó de la mesa y Lidner le puso su abrigo de piel. - ¡Estúpida! A mí me parece de menor educación levantarse de la mesa a mitad de una cena.

La chica negó con la cabeza.

-Takada - la llamó Rinka, levantándose ella también de la mesa. 

Takada se giró y, al verla, abrió los ojos sorprendida y asustada. Le había dejado ver su verdadera apariencia, tan solo por unos segundos, pero había sido más que suficiente.

La chica tragó saliva, asustada, con el corazón acelerado. Rinka sonrió con malicia.

-¿Decías algo, doña perfecta? - Preguntó Rinka. - Pareces asustada... ¿va todo bien?

-L-Lidner - murmuró Takada. - S-Será mejor que nos vayamos.

-¿Cómo te llamabas? - Preguntó Rinka. La chica frunció el ceño. - ¿Takada qué más? Bueno, no importa... Si necesito saber tu nombre, está en todas partes, ¿no? Eres famosa. Puedo buscarlo en internet, en los periódicos, revistas, la tele... En cambio, creo que Kira lo tendría más complicado para matarme. ¿Me estás siguiendo en lo que trato de decirte? Rinka Amane, en realidad, no es mi verdadero nombre.

Dio un par de pasos y se acercó a Takada. 

-Antes has dicho que somos amigas, ¿no? - Preguntó con una sonrisa. - Pues si tan amigas somos, te voy a dar un consejo. No te enfrentes a un enemigo que no conoces, ¿vale? Y menos si soy yo. ¿Por que qué tienes tú para presumir? ¿Que eres guapa, que tienes estudios o un buen trabajo? ¿Acaso crees que algo de eso me va importar? No, ¿verdad? Por eso te recomiendo que si necesitas la aprobación a través de la envidia de alguien, la mía no va a ser. Lo único que vas a conseguir es cabrearme y no te lo recomiendo. Acabas de ver qué es lo que pasa cuando alguien me molesta, ¿no?

Sonrió con malicia y la miró a los ojos. Takada tragó saliva.

-¿Crees que nos volveremos a ver? - Le susurró al oído.

Se separó de ella y fue hacia la entrada del restaurante. Misa se levantó de la mesa y fue tras su hermana.

-R-Rinka, me has asustado hasta a mí... - murmuró Misa.

-A esa tía había que bajarle los humos - respondió Rinka. - Yo soy pacifista, pero no aguanto a la gente que trata de cabrearme.

-¿Que eres pacifista? - Preguntó Misa, confusa.