Reunión de la Interpol
-52 personas en solo una semana - anunció uno de los policías. - Todas sufrieron un paro cardíaco. Y todas eran criminales buscados o internados en centros penitenciarios. También hay asesinos cuyo fallecimiento no ha podido ser confirmado.
-Entonces, ¿puede que se haya superado el centenar de víctimas? - Preguntó otro policía.
Los agentes comenzaron a rumorear entre ellos.
-Pero todos eran criminales que merecían sobradamente la pena de muerte - intervino uno. - Quizás no tendríamos que esforzarnos tanto en...
-¡Idiota! - Gruñó uno de los policías, golpeando la mesa. - ¡Aunque todos fueran criminales a punto de ser ejecutados, matarlos es un asesinato!
-No sé cómo se ha llegado a la conclusión de que han sido asesinados - contestó otro.
-¿¡Cómo van a morir más de cien tipos un ataque al corazón por que sí!? - Preguntó molesto. - ¡Claro que han sido asesinados!
-Pues dígame cómo se puede matar a tanta gente casi simultáneamente en zonas tan distantes del mundo - pidió con una sonrisa condescendiente.
-Nuestra hipótesis se basa en el plan de una gran organización - intervino otro de los agentes.
-Pues grandes organizaciones capaces de algo así... solo se me ocurre su FBI y su CIA - comentó otro.
-¡Repite eso! - Gritó levantándose de la mesa.
-¡Basta! ¡Basta! - Exclamó otro - ¡Es absurdo que nos peleemos entre nosotros! Ahora, lo prioritario, es saber si se trata de casualidades o de asesinatos.
-Pero si todas las autopsias coinciden en que murieron de un ataque al corazón - contestó otro. - ¿Cómo vamos a investigar eso?
-Si hubiesen sido apuñalados, al menos podríamos tirar de algún hilo - suspiró su compañero.
-Llegados a este punto, creo que no nos queda otra que ponernos de nuevo en manos de L - contestó.
Los policías volvieron a hablar entre ellos.
Matsuda se giró para mirar a su superior.
-Jefe, ¿quién es ese tal L? - Preguntó.
-Ah, es verdad, que es la primera vez que vienes a estas reuniones... - murmuró Soichiro. - Del llamado L, no se conoce ni su nombre ni su rostro ni su ubicación, pero es un hombre capaz de resolver cualquier caso. El único que puede resolver enigmas que han llegado a un punto muerto, el último as en la manga.
-Corre la voz de que L es un caprichoso engreído que solamente acepta hacerse cargo de los casos que llaman su atención - dijo uno de los hombres.
- Exacto, y encima es imposible ponerse en contacto él - apoyó otro.
De pronto, apareció un hombre vestido con una gabardina negra que le llegaba a los pies. En las manos llevaba un ordenador con la letra L en la pantalla. Se colocó frente a ellos.
-Señores, L ya lo está investigando - anunció.
Los miembros de la OIPC comenzaron a murmurar.
-Watari... - murmuró Soichiro.
-¿Quién es, jefe? - Preguntó Matsuda.
-Es el único autorizado a mantener contacto con L, pero su identidad también permanece en secreto - contó él.
-Silencio, por favor - pidió el hombre. - Enseguida escucharán las palabras de L.
Se hizo el silencio en aquella sala. De repente, en una pantalla más grande que la del ordenador, apareció aquella L de color negro en caligrafía Old London sobre un fondo blanco.
-Amigos de la OIPC, les habla L - dijo el chico. - Este caso es de una dimensión y dificultad nunca vistas hasta ahora. Nos enfrentamos a un despiadado asesino en serie cuyas acciones no podemos dejar impunes. Para resolverlo, solicito que en esta asamblea se decida que la OICP y demás organismos dedicados a mantener la ley y el orden en el mundo, colaboren a todos los niveles conmigo y me ofrezcan su información y recursos. Solicito especialmente la colaboración de la policía japonesa.
Matsuda y Soichiro se levantaron de golpe.
-¿¡Eh!? ¿¡Por qué la japonesa!? - Exclamó Soichiro.
-Ya si estamos hablando de un asesino como de varios, hay muchas posibilidades de que sea japonés - contestó L. - Y aunque no sea de esa nacionalidad, hay probabilidad de que se encuentre en Japón.
-¿Por qué supone eso? - Preguntó Soichiro.
-Verá, muy pronto se lo demostraré mediante un duelo con el culpable o culpables - respondió L.
-¿Le retará a un duelo? - Preguntó el policía.
-Para empezar, solicito que la central de la investigación se encuentre en Japón - dijo L.
Casa Yagami
-Mira, Ryuk - le llamó Light. El Shinigami se acercó y miró la pantalla del ordenador. - Han creado miles de páginas web como esta.
-La leyenda de Kira, el Mesías - leyó Ryuk. - No está mal. ¿Kira eres tú? ¿Por qué te llaman así?
-Obviamente es una deformación del inglés "killer" que significa asesino - respondió Light. - Ese apodo no acaba de ser de mi agrado, pero ahora todo el mundo me conoce como Kira. Poniendo "Kira" en cualquier buscador aparecen infinidad de páginas de este tipo. En los periódicos y televisiones siguen hablando en términos de "los criminales más atroces siguen muriendo en extrañas circunstancias", pero la gente del mundo entero ya no duda de que existe alguien que se está dedicando a impartir justicia. Así es como son los humanos, Ryuk.
-¿Eh? - Contestó el Shinigami.
-En las clases de ética de la escuela jamás saldría a colación el tema "¿es lícito matar a gente malvada?" - destacó el chico. - Si lo hicieran, la gente actuaría como un buen samaritano y diría "por supuesto que no lo es", porque esa es la respuesta políticamente correcta. Es lo que se sienten obligados a decir a los demás si quieren que les consideren buenas personas, pero aquí está lo que sienten de verdad. Muchos son incapaces de reconocer mi existencia en público por miedo, pero amparados por el anonimato de internet, Kira está en todas partes. No lo expresan abiertamente pero todos saben que alguien está exterminando a la gente malvada que hasta ahora atemorizaba al mundo. Quienes tienen la conciencia limpia, gritan en su interior "ánimo Kira". En cambio, los que se saben culpables viven atemorizados esperando que el castigo caiga sobre ellos.
Light comenzó a reír.
-Así me gusta... todo está yendo exactamente como lo había planeado - murmuró.
De pronto, sonó el timbre.
Se levantó y miró por la ventana. Era Rinka. Bajó las escaleras y abrió.
Antes de que pudiera siquiera saludarla, la chica entró en la casa y fue al cuarto de Light. Él suspiró y fue tras ella.
-Al igual que la otra vez, estamos solos - dijo.
-Gracias por la información - murmuró Rinka. La verdad es que le daba bastante igual. - ¿Nos ponemos con el trabajo?
Ryuk sonrió.
"¿Haciendo trabajos de instituto?", pensó el Shinigami. "Qué estrambótica eres."
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HELL 👹 Light Yagami
Fiksi Penggemar«My turn to ignore ya Don't say I didn't warn ya All the good girls go to Hell 'Cause even God herself has enemies» «Es mi turno para ignorarte No digas que no te advertí Todas las chicas buenas van al infierno Porque incluso Dios tiene enemigos» 👹...