Desde que Jotaro Kujo despertó su habilidad Stand, su vida fue condenada por el destino a no volver a ser la misma. Primero comenzando por encaminarse a un largo viaje de cincuenta días por todo el mundo con el fin de salvar la vida de su madre, y g...
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Habían pasado varios días desde que los demonios habían formado una alianza temporal con Xenovia e Irina con la finalidad de destruir las espadas sagradas Excalibur. Mientras que ellas buscaban hacerlo para evitar que los ángeles caídos hicieran sus movimientos, sus aliados sobrenaturales lo hacían con el propósito de que Kiba pudiera cumplir su objetivo de vengarse y finalmente estar en paz con su pasado.
Durante esos pocos días en los que han trabajado en conjunto con las enviadas de la iglesia, los demonios que actuan desde las sombras evitando que Rias Gremory y Sona Sitri supieran sus movimientos, han estado vagando por las calles de la ciudad vestidos como sacerdotes, cuyo propósito de eso era atraer la atención del exorcista renegado, Freed Sellzen, quien estaba cazando a todos los que intentasen investigar el problema de las espadas robadas.
Pese a eso, no habían obtenido ningún resultado o pista alguna que les diera indicios del lugar donde podría estar escondido ese sujeto. Parecía que esta vez iba a ser mucho más complicado hallar a sus enemigos en esa gran ciudad. Todo apuntaba a que esta vez iba a ser un día más de tiempo perdido hasta que el caballero Kiba, se detuvo en seco.
—Yūto-senpai... —Koneko se detuvo al mismo tiempo y le advirtió a su superior que algo andaba mal con una simple mirada seria, la cual todos fueron capaces de interpretar.
—¡Miren arriba! —exclamó Saji logrando que todos siguieran su indicación solo para ver como descendía en plena caída al enemigo que buscaban, Freed.
El joven peliblanco de sonrisa desquiciada, había saltado desde la parte más alta del tejado de un edificio para atacarlos usando una espada, ataque que fue repelido por un choque de espadas de parte de Kiba, quien lo había interceptado haciendo uso de su velocidad como Caballero. No habían pasado ni dos minutos y el combate ya se estaba llevando acabo, siendo Kiba el protagonista de esa batalla ya que él quería derrotarlo con su propio poder para cumplir su venganza.
A pesar de que el combate se mantuvo reñido durante un tiempo, habían algunos cambios, como la participación de Saji para detener el paso de Freed y drenarle su energía a través de la línea aferrada a su pierna proveniente de su Sacred Gear, Absortion Line. También, Kūjō se había unido al combate usando la habilidad de su Boosted Gear que había adquirido en su entrenamiento, el cual era transferir su poder acumulado a alguien.
Jōtarō comprendía muy bien que el combate debía ser librado solo por Kiba, porque de lo contrario, lo más probablemente es que no se iba a sentir satisfecho venciendo a un portador de una espada sagrada Excalibur como la que tenía Freed. Por esa razón se abstuvo de intervenir directamente y acabar con todo en menos de un abrir y cerrar de ojos, cosa que podía hacer mediante la detención del tiempo, por lo que únicamente se limitó a solo transferirle poder.
El muchacho de gorra no le fascinaba ni tenía algún interés en particular en pelear usando el Boosted Gear, pues sentía que su Stand era más que suficiente para confrontar a todas las amenazas que se le hicieran presente. No obstante, eso no significaba que no pudiera usarlo para otras cosas como servir como un soporte para sus compañeros. El compartir todo su poder, sin duda era una acción altruista para alguien altruista como él.
