Desde que Jotaro Kujo despertó su habilidad Stand, su vida fue condenada por el destino a no volver a ser la misma. Primero comenzando por encaminarse a un largo viaje de cincuenta días por todo el mundo con el fin de salvar la vida de su madre, y g...
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Las batallas de la Copa Azazel continuaban con normalidad, el equipo de Jōtarō, "Stand Proud", agregaba una nueva victoria más para su repertorio, esta vez tras haber vencido al equipo oponente en un estadio acuático. Como era obvio, Akira Otoishi tuvo que quedarse en la retaguardia, ya que si usaba su Stand en el agua, sería una gran desventaja para él.
El único que podía participar sin problema alguno era Giorno, ya que su Gold Experience Requiem no tenía debilidad alguna.
Sobre Giorno, aunque este era el guerrero más poderoso a disposición de Jōtarō, casi nadie podía darse cuenta de su verdadera habilidad de revertir todo suceso dañino a un punto inicial, antes de que siquiera pasara. Lo único que el resto de personas veían es como si su oponente no pudiera reaccionar justo a tiempo cuando Giorno estaba a punto de golpearlo, como si se quedaran atónitos porque su "realidad" nunca sucedió. Fuera de eso, Giorno también ayudó en la sanación de sus compañeros.
Jōtarō también estaba demostrando lo superior que era ante sus oponentes, usando a Star Platinum para masacrarlos a golpes siempre que estuvieran dentro de su rango.
Una de las estrategias que más se popularizó dentro del torneo para hacerle frente al poderoso Sekiryūtei era mantenerse fuera de un rango de dos metros para evitar acercarse a ese espíritu púrpura, potenciado con el poder del Boosted Gear, aunque esto casi no era efectivo, pues él se las ingeniaba para acortar distancias.
El ánimo y la moral en su equipo estaba en el punto más alto, gracias a las repetidas victorias que habían estado consiguiendo hasta el momento, sin embargo, por eso mismo no debían bajar la guardia, ya que en un futuro las cosas podrían complicarse y llevarlos a derrotas, las cuales iban a ser inevitables en un torneo como ese. Aunque perder unas cuantas veces no afectaba mucho si se mantenían con un puntaje alto para llegar a las finales.
El equipo de Jōtarō parecía tener gran carisma para atraer a la gente, ya que, aparte de sus fans, habían personas que querían unirse para participar bajo el liderazgo de Jōtarō Kūjō, tal como Elmenhilde Karnstein, una vampira de la facción Carmilla, alguien afectada por el ataque de los dragones malignos en su tierra natal, y desde que eso sucedió su actitud arrogante desapareció para tratar de levantar lo que una vez fue su mundo, recurriendo a la ayuda del resto del mundo sobrenatural; tanto fue así que incluso entregó información para que Valerie Tepes pudiera usar el Holy Grail sin ningún problema.
Cuando se anunció el siguiente gran partido que tendrían los Stand Proud, que se enfrentarían por un equipo conformado por ángeles reencarnados, fue el momento en el que Elmenhilde vino para pedirles formar parte de su equipo.
Aunque ella no dio muchos detalles ni pareció querer hacerlo, su insistencia fue tanta que terminó por aceptar los encargos de Ravel, como una "prueba" para ver si era apta para unirse, como hacerle realizar análisis de los juegos que tenían. De cualquier otra forma, tampoco era tan fácil incluirla, ya que tendrían que cambiar la formación de su equipo, por lo que tendrían que iniciar desde cero sus formas de moverse en grupo.
