Desde que Jotaro Kujo despertó su habilidad Stand, su vida fue condenada por el destino a no volver a ser la misma. Primero comenzando por encaminarse a un largo viaje de cincuenta días por todo el mundo con el fin de salvar la vida de su madre, y g...
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Después de que Kokabiel le haya informado a Rias que destruiría la ciudad, ella de inmediato comunicó el problema al resto de los miembros de su nobleza a excepción de Kiba, y se reunieron lo más pronto posible en las afueras de la academia Kuoh, en compañía de los demonios del consejo estudiantil, que pese a no estar de servicio en ese horario, era un problema en el que también estaban involucrados, ya que la escuela se vería afectada si el ángel caído lograse su cometido.
Sona y su nobleza se dedicó a hacer una barrera alrededor de toda la academia para impedir que cualquier daño saliera fuera de la escuela y afectara los hogares de personas inocentes. Era preferible que todo el daño se concentrara solo en la escuela y no en todo el territorio.
—Rias, mis esclavos y yo estaremos ocupados manteniendo la barrera para minimizar los daños. Intentaremos que la escuela reciba los menores daños posibles pero será imposible si se trata de uno de los líderes —informó Sona a su amiga.
—Gracias, Sona, nosotros nos haremos cargo de la ofensiva a partir de este momento.
Terminando de despedirse, Rias y su nobleza ingresó a la escuela y observaron que en el centro del patio principal, habían cuatro espadas flotando las cuales liberaban una gran cantidad de luz formando un enorme círculo mágico que cubría la mayor parte del suelo, en el centro de este se encontraba el viejo llamado Valper, quien estaba siendo el encargado de llevar a cabo ese ritual.
—¿Qué mierda es esto? —cuestionó Jōtarō mirando el campo de batalla que brillaba.
—Pienso juntar las Excalibur en una sola pieza —respondió el hombre usando un tono frívolo de voz, como si le resultara divertido.
—¿Cuánto tiempo va a tomar el proceso? —preguntó Kokabiel, quien estaba sentado en un trono flotante varias decenas de metros arriba del suelo. Como si estuviera observando a un grupo de hormigas, mantuvo una expresión arrogante.
—No pasará de los cinco minutos.
—Bien, te lo dejo a ti. —Luego de decir eso, fijo la vista en la joven de cabello carmesí—. ¿Y bien? ¿Quién vendrá está vez? ¿Será Sirzechs o Serafall?
—Nosotros nos haremos cargo de ti —respondió Rias llena de confianza.
Kokabiel extendió su mano haciendo aparecer una enorme lanza de luz que arrojó contra el gimnasio escolar, destruyéndolo hasta el punto de quedar completamente desintegrado. Generando una poderosa onda expansiva que hizo caer al suelo a la mayoría de la nobleza de Rias, que no podían creer lo superior que era a ellos.
—Si están tan sorprendidos por eso, será aburrido. Tengo una idea, les daré algo a su nivel para que me entretengan un poco.
El ángel caído chasqueó los dedos e hizo aparecer con un estruendoso sismo en el suelo, lo que parecía un perro monstruoso de tres cabezas, que medía aproximadamente diez metros de altura. el cual era conocido como Cerbero. Kokabiel planeaba usarlo para que sus enemigos se distrajeran peleando con él, de tal forma que Rias y Akeno decidieron hacerle frente a esa norme bestia.
