05 - La bondad de un demonio

2.2K 271 158
                                    

Él aceptó retirarse con los demás y cuando el círculo mágico estaba listo, fueron teletransportados de vuelta al edificio escolar, precisamente en el club de investigación de lo oculto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Él aceptó retirarse con los demás y cuando el círculo mágico estaba listo, fueron teletransportados de vuelta al edificio escolar, precisamente en el club de investigación de lo oculto.

—Jojo, ¿conoces a esa monja?

—Sí.

—¿De dónde la conociste? —Rias continuó interrogando al muchacho enfrente suyo—. Como sea, da igual. No te vueltas a acercar a ella, es un enemigo.

Jōtarō la ignoró por completo y tomó su maletín que estaba en el sofá para irse a casa. Antes de salir por la puerta, sintió una mano sobre su hombro. Al girarse vio a su ama.

—Lo siento, no sabía que habría un exorcista en la casa del cliente. Puedes tomarte unos días libres, ¿te parece bien? —Sonrió tratando de aligerar las cosas.

—Muy bien, si es todo, me voy a casa.

Sin agregar nada más, abrió la puerta y se fue dejando a la pelirroja con un sabor de boca amargado, ya que no se sentía cómoda por su forma tan grosera de ser.

Al día siguiente, Jōtarō iba caminando tranquilamente por la calle mientras bebía una cerveza sin nada en mente, solo quería dar un paseo para relajarse de todo lo que había sucedido recientemente.

De tan solo pensar que tenía trabajos como repartir papeles o hacer contratos que no afectaban a su vida cotidiana a haberse enfrentado a un exorcista que maltrató a una chica ya era estresante. Era inevitable estar tranquilo cuando se preguntaba si ella estaría bien.

Tal vez su apariencia ruda y de alguien frío sin sentimientos decía otra cosa, pero en su interior no deseaba que algo malo le pasara a esa chica que parecía ser muy buena. Sin duda, era una víctima más.

Terminó de beber su cerveza y continuar su cambio pero como si fuera una casualidad jugada por la propia vida, se topó con la chica monja que estaba caminando a la dirección opuesta para que se toparan de frente.

—¿Jōtarō-san? —Asia fue la primera en hablar al ver al chico que se quedó en silencio—. ¿Quieres que caminemos un poco?

—Bien.

Con esa corta respuesta, el alto comenzó a seguir a Asia con su típica mirada. Él realmente no sabía como iniciar una conversación pero lo que si es, es una persona directa así que iría al grano en vez de perder su tiempo.

—¿Estás bien? ¿No te hicieron nada ayer? —preguntó Jōtarō con su típico tono serio bajando la mirada para verla a los ojos, ya que era considerablemente más baja que él.

—S-Sí, no me pasó nada. —Con su respuesta dada, sonrió tratando de convencer al chico pero él no pareció creerle—. Si te preguntas porque estaba por el parque, me dieron un tiempo libre.

—Deberías irte lo más lejos posible de este lugar.

—Es que no tengo a ningún lugar a donde ir... —confesó algo desanimada.

Star DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora