Ha pasado bastante tiempo desde que Jōtarō Kūjō tuvo su bizarra aventura por Moriō y en Italia, tiempo en el que había ocurrido muchos sucesos, como el retorno a clases de la academia Kuō.
Para sorpresa de Jojo, aunque Ryōko dijo que iba a cursar su tercer año ahí, nunca se esperó que tuvieran la suerte de estar en el mismo salón; de cualquier modo, esto era más que bueno, ya que podrían estar más juntos para pasar el tiempo libre. Todas las personas estaban sorprendidas de que el inalcanzable Kūjō Jōtarō fuera tan amigable y cercano con una recién ingresada, aunque parecía conocerla de antes.
Claro, esto despertó los celos de las chicas del grupo Gremory que aún seguían dentro de las instalaciones de la academia, viendo sospechoso la peligrosa cercanía que mostraba Jojo con esa persona que para nada conocían. ¿Quién era ella? ¿Por qué era tan bien tratada por Jōtarō? No lo sabían y les carcomía la duda, ya que el joven se negó a contarles sobre Ryōko: su nueva mejor amiga.
Muchas de las cosas que habían ocurrido en ese lapso de tiempo fue que Jōtarō se dedicó a reclutar más miembros de su equipo para la Copa Azazel, así como planificar una estrategia junto a Ravel; sin embargo, había un pequeño detalle de la que su representante aún no era consciente, y es que Jōtarō mantuvo en secreto a sus sirvientes usuarios de Stand, ya que ellos eran la carta de triunfo que sorprendería a todos de último momento. Por supuesto, aunque no los presentó, también invirtió parte de su tiempo para entrenarlos y ponerlos al corriente para el torneo.
Gracias a los entrenamientos que tenía con los usuarios de Stand, Jōtarō tuvo una idea a la que podría sacarle mucho provecho, la cual consistía en aprovechar la velocidad que manejaban los Stands para volverlos mucho más efectivo en combate.
Aunque no era un experto en física, el concepto básico de la velocidad era algo que conocía de antemano y, tras repasarlo un poco, llegó a la conclusión de que los Stands de sus sirvientes podrían generar más daño si aplicaban esa velocidad a sus ataques. Por ejemplo, Jōtarō llegó a escuchar en alguna ocasión que Jōsuke decía que su Stand tenía la suficiente fuerza para ir a 300 km/h, casi como un tren bala, lo que para un humano, obviamente, sería letal por la fuerza de impacto que lleva.
¿Pero realmente esa era la velocidad total de un Stand tan fuerte y rápido como ese?
A causa de este cuestionamiento, Jōtarō se puso a pensar en los demás Stands de su conocimiento: Silver Chariot en definitiva era un Stand muy veloz, y más cuando se quitaba la armadura para conseguir mayor movilidad al volverse ligero, ¿pero era toda la velocidad que tenía? Incluso lo pensó con su propio Stand, Star Platinum. Siempre se limitó a usar la velocidad que ya tenía de base, ¿pero y si se esforzaba en ir más rápido?
Fue esta idea la que motivó a Jōtarō a poner en práctica el uso de la velocidad en sus ataques más que la fuerza física. Por esa razón, Jōtarō, a escondidas, decidió ir a las instalaciones de Grigori para pedir unos medidores especiales de velocidad, con los cuales iba a medir que tanto potencial tenían los Stands de sus sirvientes.
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Star Dragon
FanfictionDesde que Jotaro Kujo despertó su habilidad Stand, su vida fue condenada por el destino a no volver a ser la misma. Primero comenzando por encaminarse a un largo viaje de cincuenta días por todo el mundo con el fin de salvar la vida de su madre, y g...