Desde que Jotaro Kujo despertó su habilidad Stand, su vida fue condenada por el destino a no volver a ser la misma. Primero comenzando por encaminarse a un largo viaje de cincuenta días por todo el mundo con el fin de salvar la vida de su madre, y g...
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«Yare yare... No pensé que esa mujer hablara en serio» pensó el muchacho de ojos verdes mientras se veía obligado a prestarle atención a un tutor privado.
Al día siguiente después de la cena con los Gremory, Venelana había traído un tutor personal al dormitorio de Jōtarō con el fin de que aprendiera todo sobre la alta sociedad demoníaca, así como la historia completa de la familia de Rias. Incluso se le estaba enseñando a escribir el alfabeto del inframundo desde cero, ya que no conocía en absoluto ni una palabra básica puesto que jamás había necesitado aprenderlo.
Un detalle a resaltar, es que también estaba estudiando el pequeño niño del día anterior que había saludado a Rias con cariño. Era difícil no percatarse del parentesco entre la familia, porque de las primeras cosas que se explicó en sus tutorías, fue que él era el hijo de Sirzechs y Grayfia, llamado Millicas Gremory. Por supuesto, de esa forma Venelana se encargaba de enseñarles a dos.
Kūjō estaba fastidiado de estudiar demasiado. Se supone que las vacaciones eran para descansar de lo escolar, pero terminó siendo arrastrado a un lugar al que no quería ir solo para estudiar la historia de una familia que no le importa, así como la función de la alta sociedad en el mundo infernal.
Él no es precisamente alguien perezoso pues es alguien responsable en sus obligaciones, pero le era ridículo cargar con más trabajo extra. Lo peor de todo fue cuando se enteró que su ama y los demás estaban de turismo por el inframundo mientras que él estaba ahí encerrado como idiota estudiando. Si al menos fue llevado a ese sitio en contra de su voluntad, por lo menos podía aprovechar un poco para conocer ese mundo, pero no sucedió.
Antes de mandar todo a la mierda, la puerta de la habitación se abrió y entró Venelana con su habitual sonrisa gentil, siendo bien recibida por su nieto. A simple vista, era difícil procesar para Jojo que esa mujer fuera abuela, pero al ser un demonio era obvio que podía mantener la apariencia que quisiera.
Era bizarro.
Por un momento, Jōtarō se imaginó a sí mismo varios años después con una familia y mantener la misma apariencia que tiene en ese momento. Imaginarse a un hijo o hija con una apariencia mayor a la de él, sin duda era bizarro.
—Jōtarō-san, por lo que veo, parece que tus estudios están progresando —comentó la castaña con buen ánimo al observar los apuntes del adolescente—. A pesar de que empezaste hace poco, ya conseguiste tener una linda caligrafía. Como sea, Rias regresará pronto ya que tiene que prepararse para la reunión de los jóvenes demonios.
El tiempo pasó, y la reunión entre los jóvenes demonios a los que se les daba la bienvenida oficialmente en el mundo de los Rating Game sucedió. En dicha reunión, no fue nada que fuera del interés de Jōtarō, ni siquiera el conocer a otros de clase alta como su ama, pues todo ese asunto le causaba indiferencia.
Detalles a resaltar eran que habían conocido a un pariente cercano de Rias, el cual era el primo materno de ella, llamado Sairaorg Bael, quien era el número uno entre todos los jóvenes demonios.
