Desde que Jotaro Kujo despertó su habilidad Stand, su vida fue condenada por el destino a no volver a ser la misma. Primero comenzando por encaminarse a un largo viaje de cincuenta días por todo el mundo con el fin de salvar la vida de su madre, y g...
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En la tarde del día siguiente, Jojo se encontraba en el gran salón de la residencia Gremory descansando sobre un sofá apreciando el gran silencio que había.
Se supone que esa noche sería la fiesta de los jóvenes demonios que el Maō había organizado antes de los partidos, por lo que debían arreglarse, así que por esa razón todas las chicas fueron llevadas por las sirvientas a prepararlas.
En el caso de Jōtarō, él tan solo iría con su uniforme escolar que tanto añoraba, aunque sentía que su camiseta le quedaba más ajustada que antes, lo que permitía ver sus abdominales bien definidos a través de la tela.
—¿Kūjō?
—¿Qué haces aquí? —cuestionó el muchacho, viendo que Saji se encontraba caminando por el pasillo y le hablaba a él.
—Kaichō iba a acompañar a Rias-senpai para prepararse para la fiesta, así que la seguí pero me perdí y terminé vagando alrededor de la mansión —contestó Saji, tomando asiento a lado de él—. El juego se llevará a cabo muy pronto, ¿sabes?
—Sí.
—He entrenado muy duro para ese día desde la reunión de jóvenes demonios, ¿recuerdas el evento?
—¿Qué pasa con eso?
—En ese momento, íbamos muy en serio, porque mi sueño es convertirme en profesor —confesó Saji un tanto avergonzado.
—¿Profesor de qué? —Jojo levantó la vista para observarlo con mayor detenimiento, y aunque no fuera alguien muy conversador, le dio curiosidad.
—Kaichō intenta establecer una escuela de Rating Games en el inframundo, pero no cualquier escuela, una abierta para cualquier persona independientemente si es de clase baja, alta, noble o plebeyo. Por lo que sé, la discriminación se ha reducido poco a poco, pero aún queda cierta parte que se niega a los cambios. ¿Sabías que las actuales escuelas solo permiten entrar a los demonios de clase alta de familias prestigiosas?
—No sabía, pero ahora ya sé.
—Bueno, ella me ha dicho que quiere hacer algo al respecto para permitir que incluso los demonios de clase baja puedan participar en los juegos, por eso quiere hacer la escuela. Kaichō incluso estudió en el mundo humano para aprender de su estilo de enseñanza, ¿sabías? Es por eso que quiero convertirme en un profesor para enseñarle a las personas. Sé que he hecho muchas estupideces en el pasado, pero quiero hacerlo. El sueño de ella, es mi sueño.
—Yare yare daze... —Jōtarō suspiró antes de que una pequeña sonrisa se dibujara sobre su rostro—. Es una buena meta. Más te vale convertirte en un buen profesor o te patearé el culo.
—¡Entonces por el bien de esa meta, los venceremos el próximo juego! —declaró Saji completamente motivado.
