Después de hacer que la chica se enfadara por estar molestándola con mis poderes, vi su intención de comenzar a perseguirme para lo que ella dijo obtener mi merecido.
Era divertido ver como me perseguía por todo el lugar, mi risa llamaba la atención de algunos habitantes y negaban divertidos al ver lo que sucedía.
Éramos amigos, la primera persona que se acercó a mi con curiosidad por saber quien era y que hacíamos allí, regreso a las primeras dos palabras, tuvo la desgracia de convertirse en mi amiga y hasta confidente en estos cinco años que hemos estado aquí.
Cuando al fin pudo vengarse de mi, creyó que todo terminaría allí pero enseguida que notó mi expresión maliciosa, desapareció frente a mis ojos.
Volví a teletrasportarme de lugar yendo a otro sitio para que no lograra alcanzarme y aparecí en un pasillo donde muchas personas transitaban, algunos me los llevaba por delante por la rapidez con la que iba.
Mi escape iba bien hasta que mi cuerpo chocó contra otro haciéndome retroceder aunque su mano en mi cintura no dejo que fuera muy lejos.
―Mi dulce, dulce Kaiia ¿Qué travesuras estas haciendo hoy? ―su otra mano se posó en mi mentón elevando mi rostro para que le mirara.
Su sonrisa se dibujaba en todo su rostro, hasta en sus ojos, sus hermosos ojos que hicieron que quedara sin habla por... ya había perdido la cuenta de cuantas veces había sucedido. Sus ojos me miraban divertido examinando mi rostro en el cual estaba segura que había una sonrisa nerviosa y de picardía sana porque otra vez me había atrapado haciendo una de las mías.
―Ninguna. ―exclame con inocencia. Lo cierto es que estaba poniéndome nerviosa nuestra cercanía, algo parecía estar comiéndose mi estomago desde dentro, no sabia si amaba o odiaba la manera en que Duig me hacia sentir― Solo estaba dando una vuelta y te has atravesado en mi camino.
―¿Entonces por qué Lirah viene hacia aquí echa una furia? ―escuche una pequeña risa nasal de su parte y mire en la misma dirección.
―No lo se, quizá busque a su hermano, ahora se cree rebelde y se escapa a la otra aldea. ―en ese momento tomé el brazo del eterno y nos trasporte a otra parte para evitar a la chica.
Lo malo es que no especifique bien el lugar y los piel del chico quedaron por un instante sobre una raiz antes de caer y llevarme consigo cayendo sobre él.
Senti mi rostro arder por la poca distancia que separaba nuestros rostros y su fija mirada en mi.
―Lo siento, lo siento, lo siento. ―me levante con rapidez ayudándolo también a que estuviera de pie― No se suponía que eso pasara.
Él rio y tomo mis manos que parecían tener un sismo por como se movían sin saber donde posarse mientras miraba que estuviera bien. ―Esta bien Kaiia, no es como si fuera a morir por aplastamiento. ―se burló.
―Deja de burlarte de todo lo que hago o digo, esto es serio. ―no sabia que decia pero no queria parecer mas tonta aunque a su lado era imposible.
―Es que me pareces adorable. ―su dedo toco la punta de mi nariz y la aparte de un manotazo― La excusa de usar a Lirah para tener un momento a solas me parece muy interesante.
―No es cierto estabas tocándome por eso te teletransportaste junto conmigo.
―Extraño, creí sentir tu mano sobre mi brazo. Debo estar teniendo algún tipo de alucinación, creo que iré con Phastos para que me de un control rápido. ―fingió estar confundido e inquietado.
―Sabes muy bien que no puedes enfermar de nada, deja de hacerte el tonto.
―¿Entonces?
―¿Entonces... qué?
―¿Tienes algo que decirme o tengo que averiguarlo por mis medios? ―se acerco peligrosamente a mi y elevé mi rostro para ver él suyo, tuve que tragarme los nervios que de nuevo provocaba.
―Ni se te ocurra entrar en mi mente o ahí si necesitaras mas que un control de Phastos. ―amenace apuntando a su pecho con mi dedo índice.
Su mano atrapó la mi dejándola en su pecho, podía sentir su corazón latir, un poco acelerado, al igual que el mío.
―¿Cuanto tiempo llevamos con esto? Créeme que me resulta emocionante y me encanta pero quiero algo mas. ―confesó pegando nuestras frentes y por instinto cerré mis ojos, sus palabras me dejaron un poco ida pero también quería algo mas, me sentía de la misma forma― Kaiia puedo sentir que te sientes de la misma forma, puedo verlo en tus ojos cada vez que me miras y en como actúas, en todos nuestros juegos.
―Tienes razón y siento lo mismo por ti, solo que no estaba segura de como decírtelo o si a pesar de todo me corresponderías. ―me sinceré, me negaba a mirarle por miedo a no se que. Hice que nuestras narices se rozaran suavemente y sonreí, también escuche una pequeña risa de su parte― ¿Qué es lo que quieres?
―Quiero que seamos mas, que tengamos lo mismo que muchas de estas personas. El cariño y afecto ya nos lo tenemos, quiero que seas mi chica, pensar en casarnos y pasar una vida eterna a tu lado, eso se oye como algo que quiero de verdad.
Mi corazón pareció querer salir de mi pecho y mi cuerpo saltar de alegría.
―Creo que siempre he sido tu chica, mis ojos nunca se han fijado en nadie mas y mis sentimientos no son para nadie mas que no seas tu, Druig. ―ahora por fin me dignaba a separarme de él y mirar sus ojos, parecían brillar aun mas que de costumbre.
Sus dedos tomaron mi mentón y su mirada se posó sobre mis labios, sonrió. Fue acercándose cada vez mas a mi, sabia que iba a besarme y lo deseaba, sus besos en mis mejillas eran dulces pero jamás había tenido el gusto de probarlos.
Pero entonces tenia que hacer de las mías desapareciendo y dejándolo confundido.
Toque su hombro, estaba a su espalda, se volteo de inmediato y salte rodeando sus hombros con mis brazos para estampar mis labios sobre los suyos, al instante correspondió el beso con algo de torpeza y gracia.
Despacio fue dejándome apoyan mis pies sobre el suelo nuevamente sin dejar de besarme, nos separamos para tomar aire, ambos estábamos jadeantes pero las sonrisas tontas no se iban de nuestros rostros.
Volvió a besarme casi devorando mis labios, sus manos en mi espalda me hacían sumir en una burbuja donde solo existíamos ambos.
―También estoy enamorado de ti Kaiia, no tienes idea de lo mucho que te amo, mi lady. ―aquello fue algo increíble de escuchar pero entonces comprendí sus palabras.
―Crei haberte dicho que pasaría si husmeabas en mi mente. ―dije tomándolo de la oreja con fuerza haciendo que se quejara.
―Lo siento, es que piensas demasiado alto y algo me decía que escuchara. ―expreso quejándose un poco― Por favor suéltame, no lo volveré a hacer.
―Solo si me lo prometes con otro beso. ―no tuvo que decir una palabra mas para abalanzarse sobre mi para besarme de nuevo. ―Ahora ayúdame a esconderme de la ira de esa humana.
―Que bueno que tenga tiempo libre para estar solo para ti y protegerte de cualquier mal. ―exagero un poco sus palabras y sus gestos para luego tomarme en brazos y conducirnos a la zona boscosa por donde se podia apreciar el rio.
En realidad esta seria lo que los otros llaman, cita, me gustaba. Me gustaba quien me acompañaba.
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