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— ¿Cómo se siente Wyatt acerca de la renovación de su contrato para el próximo año, Sr. Krause? —una periodista empuja su micrófono a Gerald.
Estamos reunidos fuera del auditorio principal. Tengo que quedarme por un tiempo para responder las preguntas de la prensa, porque esta será una buena oportunidad de relaciones públicas para la fundación.
— Él está bastante confiado. —responde Gerald. — Fue un mal año, pero no solo para mi hijo, sino para muchos jugadores y entrenadores de la NFL. Pero sé que el equipo sabe que mi hijo es un buen activo para el equipo y un jugador clave por la cual ganaron la Super Bowl el año pasado.
Me alejo de la multitud de periodistas, no necesito a nadie que me recuerde de mi próxima temporada ahora mismo.
— ¿Dónde está Brandon? —pregunta Shannen, acercándose a mí con una copa de Martini en la mano mientras mira a su alrededor buscando entre la multitud.
— Tuvo que irse a hacerse cargo de unas cosas para el FBI.
— Oh, qué mal. Me hubiera gustado que la prensa los viera un poco más juntos.
— ¿Cómo está tu mamá? —pregunto.
— Lo está haciendo bien. —dice, y su mirada se desvía a algún punto muerto en la habitación. Como si estuviera recordando a su madre. — Aun está luchando contra la quimioterapia, pero el diagnostico mejora cada día.
— Me alegro de escuchar eso. —le digo. Ella estudia mi expresión, como si estuviera sorprendida por mi interés en su madre, o en todo caso en su vida.
— Hola, chicos. —dice Tristan, mientras se coloca entre Shannen y yo.
— Hola. Otra vez. —le digo, esperando que mi tono poco optimista trasmita el hecho de que no estoy entusiasmado con la idea de que él esté cerca de mí. ¿Quién demonios lo invito a este evento, de todos modos?
— ¡Oh, mira! —dice Shannen mirando su copa. — Necesito otro trago.
La miro fijamente, esperando transmitirle psíquicamente el hecho de que no quiero que me deje solo con él. Pero puedo ver que ella no está entusiasmada en servir como amortiguador entre una pareja de ex amantes.
Cuando Shannen se ha ido, la atención de Tristan se centra en mí. Puedo sentir su mirada de aprecio, y cuando mis ojos conectan con los suyos, una mirada de disculpa se desliza en su rostro. Es como si me pidiera disculpas por ser un novio de mierda, pero yo merezco más que una disculpa no pronunciada.
— Con permiso, necesito usar el baño. —digo, excusándome de su presencia.
Mientras camino en dirección a los sanitarios. Pienso en lo mucho que me hubiese gustado que Brandon se hubiese quedado aquí. Pero puedo decir que él no estaba completamente entusiasmado con la idea de esta aquí. Sé que él hace esto por mí, porque sabe que es importante para mí esta fundación. Pero sé que a él no le gusta estar rodeado de periodistas. Él no quiere esta vida, y yo no quiero obligarlo a tener que vivirla.
