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— ¡Esa fue la cosa más estúpida que has hecho en toda tu maldita vida!, —dice Gerald mientras se para junto a mi cama en el hospital.
Brandon está parado al lado de la puerta con los brazos cruzados, una figura imponente tapando la entrada, él es tan jodidamente alto. Las mangas de su camisa, —que todavía tienen un poco de sangre en ellas—, están enrolladas alrededor de sus brazos. Su saco ha desaparecido dejando solo un chaleco oscuro ajustado alrededor de su torso, marcando cada parte trabajada de él, resaltando la estrecha cintura. Su cabello está alborotado. A pesar de las tenues bolsas debajo de sus ojos y su apariencia cansada, él luce tan caliente como siempre. Siempre luce como la jodida cosa más atractiva donde quiera que esté. Él es como un maldito faro en la obscuridad de la noche, y yo soy el barco que navega hacia él, demasiado atraído hacia su luz como para poder detenerme y navegar lejos de la costa. Navegando hacia él sin poder detenerme aun sabiendo que voy a colisionar.
— Brandon podría estar muerto en este momento—, le digo.
— Y tú también podrías, idiota. El objetivo de su trabajo es mantenerte vivo. Simplemente no puedo imaginar la mierda que estaba pasando por tu cabeza al hacer algo tan imprudente como eso.
Su frente arrugada y enrojecida brilla con sudor.
— No creo que alguien hubiera hecho algo diferente en esa situación. —respondo.
— Obviamente, gracias a los medicamentos, no estás pensando en esto Wyatt, así que déjame ayudarte. Esta lesión te mantendrá fuera del campo. El campo es por lo que tienes patrocinadores. Pierdes el campo, pierdes patrocinadores. ¿Recuerdas? ¿Todo lo que necesitamos para estar en la cima este año? ¿La razón por la que hemos estado trabajando duro para evitar que tengas mala reputación?
— ¿Me disparan y te preocupa si estoy en el campo o no? ¿Ni siquiera te importa que la última familia que te queda pudiera morir hoy? —le pregunto a Gerald. — ¡Todo lo que te importa es si juego al futbol o no! —gruño.
— No, eso no es lo que yo-
— Eso es todo lo que a ti te importa una mierda.
— No es así Wyat-
— ¡Sal jodidamente de aquí! ¡Este no es el momento! No quiero verte por aquí.
No me di cuenta de lo fuerte que lo dije hasta que escuché el eco y veo que la expresión de Gerald cambia. Él no es más combativo. Él está sorprendido. Comienza a decir algo, pero se detiene.
Brandon se mueve de su lugar y se para detrás de él y apoya su mano en el hombro de Gerald.
— Solo dale un minuto, ¿de acuerdo?, —Pregunta Brandon en tono paciente. Como siempre, él es el único que tiene la cabeza fría entre todos nosotros.
Gerald toma aliento y se dirige a la puerta. Antes de salir, murmura:
— Te traeré algo de cenar, —le dice a Brandon—. Vuelvo pronto.
