Capítulo 1

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Los suaves gemidos impregnan la habitación mientras intentó que el hombre frente a mi guarde silencio

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Los suaves gemidos impregnan la habitación mientras intentó que el hombre frente a mi guarde silencio.

— Shhh, shhh, cariño no gimas tan fuerte o tendré que callarte.

— Mierda, es demasiado rápido. —dice en un gemido, volteando a mirarme. Sé que estoy entrando demasiado rápido en él, pero su agujero caliente y apretado se siente demasiado bien envolviéndome. Presiona su mano contra el armario frente a él mientras tomo sus caderas y me deslizó completamente dentro. Maldice con los dientes apretados, antes de gemir nuevamente, maldita sea, es tan jodidamente bucal. Me inclino contra su espalda y muerdo su oreja, mientras me hundo dentro de él una y otra vez. Su rostro comienza a volverse rojo bajo la iluminación suave del vestuario.

— ¿Quién es el culo apretado, ahora? —me burló de él y su maldita pregunta planteada en la puta conferencia de prensa cuándo se refirió a mí, como algunos fans han comenzado a llamarme.

El se ríe antes de responder y su agujero se aprieta a mí alrededor casi asfixiándome, es tan malditamente embriagador.

— Yo lo soy. —gimotea, sus labios se separan y aprovechó ese momento para meter mi lengua entre ellos.

Su cabello castaño está totalmente empapado de sudor y sus pantalones y ropa interior están enredados alrededor de sus tobillos. Empujó nuevamente en él y me permito recordar el momento cuándo hicimos contacto visual la primera vez, esta tarde. Él empujando su grabadora y micrófono contra mí, con sus ojos ardiendo de deseo, podría descifrar ese tipo de mirada en cualquier hombre, la recibo más de una puta vez al día. Así que decidí ofrecerle una entrevista corta detrás de "bambalinas". Y justo ahora, él no parece decepcionado de su decisión.

Empujó mi mano por su pecho, su cuello, hasta que mi mano encuentra su boca y meto un par de dedos en ella, es casi tan caliente como su culo apretado. Él chupa mis dedos animosamente mientras nuestras caderas se mueven en un ritmo violento y frenético. Mi otra mano se mueve a sus abdominales marcados, supongo que son un producto de buenos genes y horas en el gimnasio.

La presión en mis bolas amenaza con lanzarme al clímax, pero no me voy a venir antes que este chico. Cuando termine de follarlo él no se va a ir pensando que soy un jodido egoísta de mierda. Aunque si soy sincero, no me importa una mierda lo qué él pueda pensar después de esta jodida de mierda.

Muevo mis manos de sus abdominales a su pene. Se siente tan grueso como parecía cuándo tire sus pantalones abajo entre besos y roces contra el armario. Los vestidores son un jodido buen lugar para follar, ya que todo el mundo se va, y mi asistente es el encargado de cuidar la puerta para que nadie venga y joda esta experiencia.

Cuándo lo tomó en mi mano, me encargó de frotar su líquido pre-seminal sobre su erección para poder masturbarlo más fácilmente. Mi ángulo cambia sólo un poco para poder acariciarlo mejor y él suelta un sonido gutural.

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