Capítulo 35

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La suavidad de su cabello entre mis dedos es una sensación casi tan buena como la de su boca engullendo mi pene

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La suavidad de su cabello entre mis dedos es una sensación casi tan buena como la de su boca engullendo mi pene.

Wyatt me traga en su garganta mientras estoy de espaldas al colchón. Su ritmo lento es una tortura, pero la satisfacción que me entrega con cada movimiento suave mientras mueve su boca arriba y abajo a lo largo de mi longitud es mucho mayor. La sensación de su lengua caliente envolviendo la cabeza hinchada de mi pene mientras me traga nuevamente hasta su garganta me envía al límite mucho más rápido de lo que esperaba.

— Joder, Wyatt. —me quejo cuando el primer chorro de esperma sale disparado por su garganta.

Sus mejillas se hunden y su boca se aprieta alrededor de mi eje mientras me corro en su boca. Cuando me he vaciado en su garganta, Wyatt me libera con un suspiro.

Wyatt tiene una sonrisa maliciosa en su cara. Él está orgulloso de sí mismo. Él está familiarizado con mis gustos y mis intereses, así que no me sorprende el que hayamos retomado esto justo donde lo dejamos antes de que esa foto de nosotros besándose se filtrara en línea.

Wyatt trepa sobre mí, poniéndose de rodillas entre mis caderas y comienza a masturbarse. Sus labios entreabiertos jadeando por aire mientras su mano se mueve frenéticamente sobre su erección, prestando especial atención en su cabeza hinchada. Él gime escandalosamente mientras su cuerpo se tensa sobre el mío. Wyatt tira su cabeza hacia atrás y hace el gruñido más sexy que he tenido el placer de escuchar en mi vida. Entonces su pene comienza a lanzar chorro tras chorro de espeso esperma, derramando su carga sobre mis abdominales.

Floto el fluido tibio con un dedo sobre mi abdomen, disfrutando de ser bañado por él. Llevo el dedo a mi boca para saborearlo en mi lengua. Y la mirada de Wyatt se oscurece mientras chupo el dedo en mi boca. Él apoya una mano en la cama junto a mí y con la otra, barre con su pulgar mis abdominales, trazando perezosos círculos de semen en ellos antes de ofrecerme su dedo en mi boca. Cuando cierro mis labios alrededor de él, mi lengua rodea su dedo como haría con la cabeza de su pene mientras le doy una mamada.

Wyatt gime y se inclina hacia abajo tomando mis labios en los suyos, probando su propio venir en mi boca. Su lengua barre la mía mientras gime apreciativamente contra mis labios.

— Mierda, eres tan sexy. —gruñe antes de arrastrarse a mi lado. Él toma un par de toallitas húmedas de la mesilla de noche y limpia el desastre que ha causado en mi estomago. Después se mueve y se recuesta sobre mí, apoyando su cabeza en mi pecho.

Con la incorporación de Sadie y Ertz, nos resulta cada vez más difícil ocultar lo que estamos haciendo, pero de alguna manera hemos logrado evadir las sospechas, en parte porque somos buenos para mantener la calma cuando todos los demás están en llamas y en parte porque es fácil ser astuto cuando estás en habitaciones de hotel contiguas y algunas veces conectadas. Todos los días estoy cerca de Wyatt, y lo disfruto aún más que antes. Todos los días, estoy más preocupado por el hecho de que cada día podría ser su último día de este hermoso hombre si no atrapamos al psicópata que lo quiere muerto.

Su celular vibra en la mesilla de noche y él se da vuelta y lo revisa. Presiona en la pantalla y la voz de Shannen suena por el altavoz:

— Oye, Wyatt. He preparado todo con Howard, así que deberían estar bien sin mí, las próximas dos semanas.

Ella y Wyatt han coordinado algún tipo de vacaciones para ayudar a que Shannen tenga tiempo libre para que ayude a su mamá a mudarse a unas instalaciones donde formara parte de un estudio experimental contra el cáncer.

— ¿Cómo está tu mamá? —pregunta Wyatt.

— Bien. Solo necesito llevarla a Toronto para que se instale en el hospital, pero quiero asegurarme por mi misma de que esté todo listo y ella este comod-...

— Sí, sí. —interrumpe Wyatt, poco interesado. — ¿Cuándo vuelves?

— En dos semanas. Pero si necesitas algo, no dudes en llamarme, voy a responder siempre.

— Bien. De acuerdo. Gracias Shannen, por ordenar todo. —dice y cuelga.

— Es una suerte que su madre lograra entrar a ese estudio, ¿no? Sé que no es fácil entrar en ese tipo de cosas, pero ella lo logro. Espero que todo salga bien para ambas.

— Supongo. —dice Wyatt, condescendientemente.

— Estoy seguro de que ella tiene mucho con que lidiar en este momento, —le digo, dándole otra oportunidad para que reconsidere esta actitud desdeñosa sobre la dura situación que está viviendo Shannen.

— La vida es dura algunas veces. —Responde sin interés—. Shannen es una chica dura. Va a superar esto.

Él parece más preocupado por sus relaciones públicas que por la madre enferma de Shannen. Y teniendo en cuenta que él no le deseo suerte a Shannen ni pregunto un poco más, sino que la corto, él no parece interesado en lo absoluto sobre su agente fuera de su vida profesional. Me hace preguntarme si Wyatt realmente puede ser así de egoísta. ¿Realmente no puede simpatizar un poco con las demás personas que lo rodean?

Aunque, teniendo en cuenta que este sábado su equipo jugara en los playoffs, el debe estar muy estresado. Incluso aunque últimamente ha sido una buena racha para el equipo de Wyatt, su entrenador no ha dejado de presionarlos hasta el límite. Quizás esa es la razón por la cual ha sido tan desdeñoso con Shannen ahora.

Sé que no debo dejar que el que estemos follandonos nuble mi juicio nuevamente. Pero me niego a creer que Wyatt es en realidad el idiota cabeza hueca sin sentimientos que va mostrándole a todo el mundo. He vislumbrado por breves momentos el chico brillante que puede llegar a ser, solo se necesita romper esa dura coraza que ha construido alrededor de sí. 

RENDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora