Todo se ha ido a la mierda en estas dos últimas semanas.
Después de que mi foto fue filtrada en línea, mis jefes se han vuelto locos, decidiendo si debería continuar o si deberían sacarme del caso. Aun no lo han resuelto, así que mientras deciden, sigo siendo el guardaespaldas de Wyatt.
Él ha intentado hablar conmigo durante estas últimas dos semanas, pero no quiero escuchar nada de lo que él tenga que decirme. Nada va a hacerme sentir mejor, y sobre todo no borrara el hecho de que todo el jodido mundo haya visto mi maldita erección.
Lo extraño. Lo extraño tan malditamente tanto. No quiero admitir lo mucho que me gusta estar con él y lo mucho que me gusta dormir a su lado. En estas dos últimas semanas he descubierto que no puedo dormir bien si no estoy acurrucado contra él. Y es una mierda, porque no sé en que estaba pensando cuando me permití acercarme tanto a él. Sobre todo teniendo en cuenta que ambos sabemos que esto algún día debe de terminar.
— ¿Qué clase de pregunta es esa? —escucho la voz irritada de Wyatt al otro lado de la habitación, mis ojos lo buscan y lo encuentro sentado en una silla alta bajo las luces brillantes.
— Wyatt, no tienes que pone-...
— Creo que deje bastante claro que ese era un tema del que no quería hablar.
— Pero las personas quieren saber de tu pasado. —dice la reportera.
— Esto no es sobre mi pasado, lo que quieres que te responda es si culpo o no a mi padre de la muerte de mi madre y mi hermano. Quieres crear un gran espectáculo de mierda sobre eso, pero no voy a participar en esto. —gruñe, bajando de la silla de un salto.
— Wyatt no tienes qu-...
— ¡Reprograma una entrevista con Shannen cuando tengas preguntas reales que hacerme! —dice, arrancándose los micrófonos antes de dejarlos en la mesa y salir por la puerta como un torbellino de energía.
— Dale un momento, ¿de acuerdo? —le digo a la reportera cuando veo que camina hacia la puerta para seguir el camino de Wyatt. — Haz lo que él dijo, reprograma una entrevista con Shannen más tarde.
Salgo de la habitación y sigo a Wyatt a través del pasillo, sé a dónde se dirige antes de que él llegue a su destino. Él entra a su habitación y puedo decir que él sabe que lo estoy siguiendo, porque cuando entra, deja la puerta abierta de par en par. Cuando he traspasado el umbral, Wyatt está al otro lado de la habitación solo usando un par de calzoncillos ajustados antes de deslizarse en su ropa de gimnasio. Permanezco en la puerta, porque no hay necesidad de entrar si él no va a permanecer aquí.
Wyatt termina de atar sus zapatillas deportivas y camina en dirección a la puerta sin dirigir siquiera una mirada en mi dirección. Su lenguaje corporal esta gritando por todas partes su enfado y frustración.
Cierro la puerta de su habitación y camino detrás de él hasta el gimnasio del hotel. Wyatt sube a una caminadora y comienza a trotar sin dejar tiempo para calentar un poco, y conforme los segundos pasan, va aumentando la velocidad gradualmente hasta que empieza una loca carrera. Su cuerpo comienza a sudar y solo un par de minutos y el esta sudando como un loco. Lo que me hace preguntarme si esa es la forma en la que está buscando huir de toda esta locura mediática.
La velocidad de la maquina comienza a disminuir poco a poco y yo camino al otro lado del gimnasio sorprendentemente vacio hasta encontrar una máquina expendedora de bebidas. Deslizo el billete y espero pacientemente a que la maquina me entregue una botella de agua mientras escucho los pasos de Wyatt en la cinta corredora como una melodía de fondo constante.
Puedo ver cuánto le ha afectado la pregunta que le han planteado. Desearía poder haber estado un poco menos sumergido en mi miseria y haberla escuchado. Pero la verdad lo único que me saco de las aguas de mi miseria fue su tono molesto. Tengo una idea de lo que pudo ser lo que le molesto tanto después de escuchar su pequeña discusión, pero si quiero saber lo que realmente le molesta, creo que tendré que preguntarle directamente a la fuente.
Wyatt baja de la cinta y se limpia el sudor con su camiseta, lo que no puedo imaginar que ayude mucho dado que esta empapada. Sé que el solo necesita un momento para respirar. Todos lo necesitamos. Demasiado ha sucedido en tan poco tiempo.
Le entrego la botella de agua y sus ojos se encuentran con los míos. Veo la gratitud en ellos, pero también veo otra cosa a la que no puedo ponerle nombre. Él luce cansado. Derrotado. Vulnerable e indefenso.
— Gracias. —dice casi tímidamente, tomando la botella de mi mano. Él la destapa y bebe más de la mitad de un solo trago.
— Wyatt, —le digo—. Lo siento.
Es todo lo que tengo que ofrecer ahora mismo. Aunque he estado molesto por la mierda de la foto, estoy dispuesto a olvidarlo todo solo para consolarlo.
Quiero preguntar acerca de la entrevista. Sobre esa pregunta que evoco una respuesta tan poderosa de él. Pero puedo ver por su expresión que él no quiere hablar de eso ahora mismo.
— ¿Por qué? —pregunta, suavemente. Él toma el resto del líquido de la botella y se mueve al otro lado a dejarla en el cesto de la basura.
— Por todo. —respondo, caminando detrás de él. — Por ser un idiota contigo las dos últimas semanas, por culparte cuando no tienes la culpa de ello. Por no darme cuenta que tienes tus propios demonios que enfrentar. Es obvio que no disfrutas de esta mierda de la fama y el estrellato más que yo.
— Gracias. —responde, con una expresión agotada en su rostro que sospecho que no es por su entrenamiento. Wyatt camina a la pared de cristal y mira a la ciudad. La luz dorada del sol baña la ciudad. Las luces de los rascacielos comienzan a encenderse conforme el sol deja se besarlos. El horizonte comienza a oscurecerse y a pesar de que es una gran vista, no logra ser más hermosa que él hombre que tengo delante de mí.
— ¿Estás bien? —pregunto.
El sacude la cabeza. Luego se gira, cubre mi mandíbula con sus manos y me besa.
Estoy sorprendido por su acción. Hemos tratado de ser muy cuidadosos acerca de lo que estamos haciendo. Y estando aquí, en el gimnasio del hotel donde cualquiera puede entrar en cualquier segundo no es exactamente el movimiento más inteligente. Pero no voy a negarle esto ahora mismo, si es lo que él quiere. Sobre todo no después de la forma en la que me está besando. Su beso lento me desconcierta un poco, porque no estoy acostumbrado a ellos fuera de la cama, y debo decir que se sienten bastante bien fuera de ella. Nuestras bocas se unen para crear algo que convierte toda mi frustración y enojo de las últimas dos semanas en algo hermoso, cálido y totalmente inesperado.
Todo mi cuerpo se relaja contra el suyo mientras me fundo contra sus labios. Mis manos se apoyan en su estrecha cintura y el beso eleva el calor entre nosotros cuando me mete la lengua en la boca acompañado de un gemido tan fuerte que lo siento en los dedos de los pies. Bebo de ese sonido masculino.
Wyatt mueve una de sus manos a mi nuca y me sostiene en mi lugar mientras su beso regresa a su ternura inicial. Él deja de besarme y sus brazos se envuelven alrededor de mi cuello, y acurruca su cabeza en mi hombro.
Lo sostengo cerca y beso un lado de su cabeza mientras mi mano cepilla su cabello. Esto es lo que él realmente necesita en este momento. Alguien que esté aquí para él, especialmente porque siente que nunca lo ha tenido salvo con su hermano.
Me duele saber cuánto dolor ha acumulado a lo largo de los años y que no puedo hacer nada para ayudarlo.
— ¿Te quedas conmigo esta noche? —pregunta, saliendo de mi abrazo. Sus ojos azules se clavan en los míos. — No para el sexo. No tenemos que hacer nada si no quieres, solo te quiero conmigo. —agrega rápidamente.
— Claro, —respondo con una sonrisa. Todo su rostro se ilumina y sus manos ahuecan mi rostro antes de besarme nuevamente.
Una ola de energía surge a través de mi cuerpo, un sentimiento mucho más satisfactorio que cualquier experiencia sexual que hayamos compartido antes. Y con esto también viene una advertencia mental que me recuerda que lo que sea que está pasando entre nosotros, no puede durar.
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RENDICIÓN
RomanceRENDICIÓN: Acción o resultado de rendir o rendirse; someterse al domino o a la voluntad de alguien.