Capítulo 2

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¿Qué diablos estoy haciendo aquí?

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¿Qué diablos estoy haciendo aquí?

En un traje y corbata. Usando unos lentes que son demasiado costosos para estar en mi cara, me siento como un maldito payaso. Johnson me hizo comprarlos porque dijo que los Krause querían asegurarse de que pudiera mantener una imagen adecuada a sus estándares. Dios no permita que Wyatt Krause sea fotografiado con un guardaespaldas que no esté llevando un maldito e incomodo traje. Aunque, si necesitan a un tipo que ande pulido y bien arreglado todo el tiempo, quizá es hora que sepan que han encontrado al tipo equivocado.

Gerald Krause es bastante agradable, sin embargo. Es a él a quien debo impresionar hoy, no al culo promiscuo de su hijo, que sale cada dos semanas en los noticieros por su promiscuidad y comportamiento extravagante.

Wyatt es una pesadilla de relaciones públicas para su equipo y han tenido que ponerlo en su lugar más veces de las que puedo contar para evitar que todos sus patrocinadores los dejen. Afortunada y desafortunadamente para Wyatt, lo que estamos tratando aquí no es algo de lo que él sea responsable.

Nos acomodamos en las bancas dentro del vestuario adyacentes entre sí.

Wyatt se adentra lentamente, sus abdominales apretados se ondulan con cada paso, y sus músculos son una puta obra de arte. Su sonrisa es presumida para ser el tipo cuyo papá acaba de sorprenderlo con una reunión porque no confiaba en él para presentarse a tiempo en el hotel.

Un tipo apuesto en vaqueros obscuros, y una camiseta de botones azul pálido, camina a su lado. Es más alto que Wyatt y tiene una expresión exasperada en su rostro. Debe ser extenuante ser el asistente de un idiota como Wyatt Krause.

El guardaespaldas de Wyatt, Dennis a quien todavía no conozco oficialmente, camina justo detrás de ellos, su expresión es estoica. Es probablemente más alto que yo, y el prototipo de un guardaespaldas con hombros anchos y ceño fruncido. Su cabello ha desaparecido totalmente de su cabeza, lo que me hace pensar que eso podría ser un requisito para ser el guardaespaldas de alguien famoso, quizá sea porque los hace lucir intimidantes.

— Siento el retraso, Gerald. —dice Wyatt mientras se acerca a una de las bancas y ofrece una educada sonrisa y asiente con la cabeza.

El agente Johnson esta frente a los armarios. Su cabello rubio está completamente peinado hacia atrás y su cara tiene el habitual ceño fruncido, la única expresión que he visto en el, desde que lo conocí hace tres semanas, cuando me recluto para este puesto. No soy el más calificado para el trabajo, pero soy el único con suficiente experiencia trabajando encubierto. Después de mi última gran misión en Miami, en una operación secreta para desmantelar un cartel de cocaína, no estoy precisamente ansioso por trabajar encubierto.

A partir de nuestras breves conversaciones en las últimas semanas, Johnson no está particularmente emocionado por ser responsable de la seguridad de un idiota de primera categoría como lo es Wyatt Krause. Pero a la mierda, al menos el no tendrá que estar a su lado las veinticuatro horas del día los siete días de la puta semana.

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