Me quedo fuera del vestuario, esperando a que Wyatt y sus compañeros de equipo salgan a su práctica. Me inclino contra la pared, respirando hondo mientras hecho un vistazo al reloj que adorna el otro lado del pasillo.
Desde nuestro primer encuentro hace dos días, él ha estado evitándome. Ni siquiera ha hecho contacto visual. A pesar de que sabe que necesita un guardaespaldas, no planea hacer este trabajo más fácil para mí. Él tenía razón antes, yo tampoco puedo imaginarme a alguien que este deseoso por ser seguido todo el tiempo. Pero también sé que nunca me pondría en el centro de atención como Wyatt. Nunca he deseado toda esa atención... todos esos ojos sobre mí, observándome. Juzgándome. Mirando cada movimiento que hago. Cada decisión.
Su asistente Howard está a mi lado, hablando por teléfono con un restaurante para que la cena sea entregada justo cuando Wyatt termine sus ejercicios. Cuando termina la llamada, desplaza su teléfono dentro de sus vaqueros y me mira como si quisiera iniciar una conversación, pero no sabe cómo hacerlo. Puedo decir por la mirada en sus ojos que él quiere hacer conmigo algo más que charlar. No tengo un problema con eso, pero ya que creo que estaré un largo tiempo en este trabajo, no es como si tuviera prisa por apresurar las cosas.
Su cabello castaño obscuro esta peinado en una ola hacia atrás, tiene una mano dentro de sus vaqueros, y sus ojos se mueven como si estuviera estresado por algo. Me imagino que ese es el aspecto que suele tener diariamente.
— Así que... parece que has estado haciendo esto por mucho tiempo. —dice.
Todavía no hace contacto visual conmigo. Hay algo encantador en su actitud sumisa. Me hace querer ayudarle a perder sus miedos. Aunque, considerando su buena apariencia, parece más una actuación que una inseguridad genuina. Dios, debí haber follado a alguien antes de comenzar este trabajo.
— Seis años. —le respondo.
— ¿Cómo te engañaron para tener que trabajar para un idiota como Wyatt?
—Puedo hacerte la misma pregunta. —digo con una sonrisa.
— Sí, supongo que puedes. Era solo un chico estúpido tomando decisiones estúpidas, tenía veintidós, y acababa de terminar la universidad. Llevo ya tres años.
— ¿Es un buen trabajo?
Su mirada se tambalea mientras parece estar escogiendo cuidadosamente sus palabras.
— Conozco a mucha gente. —dice, mirándome a los ojos de una manera que despierta totalmente mi interés. Mi entrepierna sin duda está interesada.
— Entonces, ¿Dónde está tu arma? —pregunta.
Abro mi chaqueta solo lo suficiente solo para revelar la funda de mi cinturón y le muestro la glock 45.
Él silva.
— Esto no es una broma, ¿verdad?
— No, un arma nunca es una broma.
— No estaba hablando del arma, —dice.
No puedo disimular mi interés, un hecho que me hace aún más consciente de que su mirada se mueve hacia la protuberancia en expansión dentro de mis pantalones.
Él me mira de nuevo, y su expresión es mortalmente seria.
— Entonces... ¿Conoces a mucha gente nueva? —le pregunto.
Él asiente con una sonrisa traviesa.
— Bastante para saber cómo ser un buen anfitrión.
— Apuesto a que sí, —le digo impresionado con esta nueva agresividad. — Ha pasado un tiempo desde que he sido huésped de alguien, así que no estoy seguro de que podría ser muy bueno en ello.
— Es trabajo del anfitrión hacer que su huésped se sienta bien donde está. Y como asistente personal, he desarrollado una habilidad especial para intuir las necesidades de las personas.
Al parecer tenía razón acerca de que esa actitud mansa no era más que solo una actuación. Él tiene que dejar de hablarme así, porque cuanto más charlamos, me cuesta demasiado trabajo controlar la protuberancia dentro de mis pantalones.
Para mi fortuna o desgracia, la puerta del vestuario se abre y comienza el desfile de chicos en almohadillas, camisetas y cascos. Wyatt choca cinco con Howard y me golpea agresivamente el hombro antes de salir a la práctica.
— Supongo que será mejor que salgamos. —le digo a Howard, más que un poco decepcionado por no poder pasar más tiempo a solas con él. Aunque es altamente improbable que la persona que ha amenazado a Wyatt intente cualquier cosa durante su entrenamiento, ambos estamos oficialmente contra el reloj.
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RENDICIÓN
RomanceRENDICIÓN: Acción o resultado de rendir o rendirse; someterse al domino o a la voluntad de alguien.