Capítulo 32

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Él se acerca a una mesa al otro lado de la piscina donde varios tipos llegaron hace unos minutos

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Él se acerca a una mesa al otro lado de la piscina donde varios tipos llegaron hace unos minutos. Todos ellos son hermosos con sus atuendos perfectamente seleccionados, algunos con insignias del arcoíris. Wyatt no ha tenido problema en seleccionar el paquete más gay de todo el puto hotel. Todos ellos parecen completamente inofensivos y dudo que lleguen más lejos de jugar en la piscina y tal vez de vuelta a la habitación de Wyatt.

Aunque, sinceramente, que uno de ellos vaya a la habitación con Wyatt es lo que me preocupa. Me encantaría poder fingir como lo he estado haciendo en los últimos días. Me sigo diciendo a mí mismo que puedo dejar que Wyatt haga su vida sin mí interfiriendo en ella. Pero la verdad es que mientras él se apoya contra la mesa de los chicos, claramente destaca por su impresionante físico, lo que hace que los chicos lo observen con interés.

Estoy irritado. No solo irritado, sino que quiero golpear toda su bella cara por el simple hecho de incluso considerar estar con otros chicos.

Saber que no deberíamos involucrarnos no me impide desearlo. Quiero volver a las noches donde nos abrazamos, donde nos reíamos de las malas actuaciones en las películas de terror y quiero volver a besarlo.

Debería estar encantado de que él siga adelante. Que esté considerando a otros chicos, pero algo en mí se niega a aceptar que no puede haber más entre nosotros. Soy un cabrón egoísta, lo sé.

— ¿El deber te llama? —me pregunta Howard, bajando sus gafas de sol y dándome una mirada seductora. Puedo decir que ha notado mi irritación con Wyatt. Probablemente crea que estoy molesto porque ahora debo de ir a seguirlo para asegurarme que su vida este a salvo.

— Y yo aquí disfrutando de unas vacaciones, demasiado bueno para ser verdad, ¿no? —bromeo. A pesar de los aspectos placenteros de estas pequeñas vacaciones, no puedo dejar de ser consciente de que tenemos ojos sobre nosotros. Dos nuevos agentes que están vigilándonos desde las habitaciones cercanas por si las dudas.

— Sí, —responde Howard—. Así me siento la mayor parte del tiempo. Me imagino que tengo al menos unos quince minutos antes de ir a conseguir condones y lubricante para él.

Un bulto se forma en mi garganta. Maldita sea, no debería afectarme así.

Hago un reconocimiento de la zona y me doy cuenta que algunos empleados del complejo están tomando fotos de Wyatt con sus teléfonos.

— Sera mejor que él tenga cuidado, —digo—. Shannen estará furiosa si él no es discreto y arruina toda la buena prensa que finalmente está logrando.

La expresión de Howard se vuelve seria.

— Oh, mierda. No había pensado en eso.

Incluso dudo que yo lo hubiese pensado si no estuviera buscando desesperadamente una excusa para que él no haga nada con ninguno de esos tipos.

Oigo el chapoteo del agua en la piscina y observo cuando Wyatt emerge a la superficie, pasando sus manos por la cara y su pelo, con el agua cayendo en cascada por sus abdominales. Es tan malditamente sexy que logra hacer que mi boca se seque.

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