Capítulo 36

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Jungkook había ido a su apartamento a cambiarse y a preparar su maleta de trabajo y los permisos que necesitarían. Suspiró y se recargo mejor en la bañera, se sentía bien estar con Jungkook, pero a veces le preocupaba no ser suficiente, no conocerlo lo suficiente.


Se hundió hasta que su nariz estaba bajo el agua, mirando sus rodillas huesudas sobresalir del agua, intentando contener el aliento y olvidar un poco esa aplastante sensación de abandono.


Salió, inhalando con fuerza y gimiendo como llamado a su alfa, alfa que estaba solo a unos metros, se recordó, contestando su celular sin importarle que se mojara un poco.


"Bebé, estoy terminando, solo dame cinco minutos, ya voy" Hoseok se sentía ridículo, pero no podía evitar que su lobo gimoteara, y solo lloriqueó, escuchando un suspiro al otro lado "Termina tu baño, iré para allá, solo me falta llamar al trabajo ¿si, belleza? Solo dos minutos"


—Dos minutos


El alfa colgó y Hoseok solo soltó su teléfono en el borde de la bañera, escuchando como caía y resonaba en las baldosas del baño. Dos minutos, dos minutos, dos minutos...


La puerta se abrió, y el solo lloriqueo, pidiendo ser abrazado por su alfa. Jungkook rio, lanzando la sudadera sobre el lavamanos y aceptando el abrazo.


—¿Por qué creo que estas disfrutando esto?


—Por qué lo hago, nene


—Eres tan bobo...


Jungkook rio, acariciando su nuca —De todas maneras, ya te dije que no la hice tan profunda


—Si no la hubieses hecho tan profunda, no estaríamos vinculados, idiota —Hoseok gruño, palmeando su espalda, pero no se alejó, al contrario, suspiró y le aferro intentando acercarse más —Báñate conmigo


Jungkook suspiro —me encantaría, pero debo llamar al trabajo —se alejó, besando su frente y sonrió —¿No te encanta? ¡Por fin conocerás todos mis secretos turbios!


Hoseok rio, bufando —Hubiera preferido que controlaras a tu alfa, pequeño tonto, pero bueno... —se giró, dejando que el alfa comenzara a lavar su cabello —como diría Yoongi: no hay mal que por bien no venga


Jungkook rio, ayudándole ahora a tallar su espalda —Bueno, no podía dejar que te escaparas ahora que sé que me amas


—¡¿Y quién dijo que lo haría?! Además ¡¿Quién dijo que te amo?!


Jungkook rio, enjuagando el jabón de su nuca —tú lo dijiste, belleza —dijo sobre su piel, mordisqueando nuevamente la marca fresca y clara, haciendo temblar al omega.


Hoseok rio, negando —¿No tenías que llamar al trabajo?


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