Capítulo 3

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- No puede ser tan malo, además, seguro encuentras a alguien de nuestra edad que cumpla tus expectativas -.
- La verdad es que no lo creo, y no es como que ya esté planeando mi futuro con un hombre de treinta años, solo digo que no sería malo conocer a un hombre con esa edad, no pierdo nada - Afirmé.
- ___, esos hombres buscan solo sexo con chicas jóvenes como nosotras, además, no creo que puedas tener a uno para algo serio -.
- ¿Y quién dijo que yo quiero algo serio? - Cuestione con una sonrisa ladina.
- Ay, no es cierto, ¿En serio andarías con un tipo de treinta años para experimentar? - Preguntó sorprendida.
- Mm, tal vez - Dije.

Lía me miró horrorizada y yo reí.

- Relájate Lí, claro que no lo haría - Mencioné para su tranquilidad.

La verdad es que tal vez sí, pero en secreto porque Lía seguro se infarta.

- Estás loca ___, en serio - Aseguró.
- Amiga, no creo que mi suerte sea tan buena como para que un hombre de esos se pare delante de mí y me diga ___, quiero hacerte mía, estaría muy crazy que eso pasara - Dije divertida.
- ___, deja de decir tonterías, mejor vuelve a repasar los temas porque con esa calentura tuya seguro ya se te olvidó todo -.

Comencé a reír a carcajadas.

- ¿Cuál calentura? Mi querida Lía, tú sí que alucinas, así que mejor me voy porque después me acusarás de pervertida y quiero evitarlo -.
- Es que te falta poco para llegar ahí -.

Puse los ojos en blanco y tomé mi mochila una vez que Lía me la entregó con mis cosas dentro.

- Eres increíble, gracias - Le mandé un beso.
- Lo sé, de nada -.

Ambas salimos de su habitación y bajamos las escaleras, en el borde estaban sus papás.

- Oh no, Lía olvidé tomar mi cuaderno de ecuaciones y mañana tenemos clase - Mencioné quedándome estática.
- ¿Quieres que vaya por él? - Inquirió.
- Descuida, iré yo -.

Dejé mi mochila en una de las escaleras y subí rápidamente.
Busqué mi cuaderno en el cuarto de Lía, cuando lo tuve en mis manos pegué un pequeño brinco al escuchar una voz a mis espaldas.

- Creí que ya te habías ido - Dijo con esa voz suya tan intensa.

Una pequeña sonrisa apareció en mi rostro que me fue imposible no morderme el labio inferior.
Puse cara seria pero con una sonrisa coqueta poco notable y me giré para quedar de frente a él unos cuantos metros más lejos.

- De hecho estaba por irme, solo que olvidé un cuaderno y regresé por él - Comenté.

Comencé a caminar hacia él como un ser inocente y sin pensamientos raros acerca de los hombres de su edad.
Me paré unos cuantos centímetros más cerca de él sin quitar mi sonrisa.

- Fue un verdadero placer conocerte Christopher, hasta luego - Dije.

Me incliné un poco y besé su mejilla, entonces pude sentir atravesar en mis fosas nasales su delicioso aroma, Dios.
Me alejé de él y pasé por su lado para salir de la habitación de Lía.

- ¿Lo encontraste? - Preguntó cuando llegué a su lado.
- Sí, aquí está -.

Tomé mi mochila y me despedí de la señora y el señor Vélez.

- Gracias por todo, la comida estuvo deliciosa, nos vemos luego, buenas noches -.
- Que te vaya muy bien ___ - Mencionó la señora Yenny.
- Cuídate mucho, nos vemos - Concluyó el señor Leonardo.

Lía me acompañó a la puerta y ahí nos despedimos.

- Te veo mañana amiga -.
- Claro, hasta mañana, y ya deja de pensar en cosas locas - Pidió.
- No te prometo nada cariño - Dije riendo.

Ella puso los ojos en blanco pero no pudo decir nada más puesto que yo comencé a caminar hacia la camioneta, en donde me esperaba con la puerta abierta Darío.

- Señorita Tirbell - Saludó.
- Hola Darío -.

Me subí sin más, Darío cerró la puerta y caminó hacia la parte del piloto.
Antes de partir pude ver que en el balcón de Lía estaba Christopher, mirando casualmente hacia donde estaba la camioneta, no pude evitar sonreír pero todo quedó ahí puesto que Darío dió marcha.

|Al día siguiente|

- ¿Cómo te fue en el examen? - Me preguntó Lía una vez que salimos de la aplicación del examen.

Por suerte era viernes, habíamos tenido las dos primeras clases antes del examen, después quedábamos libres así que podíamos descansar un poco antes de tener que estudiar otra vez para el que se nos aplica el lunes.

- Estoy segura de que bastante bien, estaba fácil, ¿A ti? -.
- Amiga, habernos matado estudiando ayer sin duda me ayudó muchísimo, creo que también me fue bien - Aseguró.
- Estoy segura de que fue así, por lo pronto ¿Qué dices si vamos a la fiesta que dará Mario en su casa? Podríamos bailar un poco, desestresarnos, beber poquito, amiga la vamos a pasar cool - Propuse.
- ¿Crees qué sea buena idea? - Preguntó no muy convencida.
- Ya sé que Mario es un idiota, pero sus fiestas se ponen con buen ambiente - Insistí.
- Le gustas ___, ¿Tampoco te interesan los de último año? - Me miró confundida.
- Ay ya sé que le gusto pero él a mí no, tal vez estaría con uno de último año, pero no es Mario, te repito, es un idiota, le gustan los pechos y el culo, ¿Crees qué tendrá tiempo de mirar solo mi dulce carita? No amiga, paso, pero no puedo decirle que no a sus fiestas - Comenté.
- Mm, ya entendí, y tienes razón, así que está bien, vamos a su fiesta - Aceptó finalmente.
- Esa es mi amiga -.

Celebré mientras caminabamos hacia la cafetería, sin embargo de quién tanto huía apareció.

- Hola chicas, ¿Cómo están? - Preguntó con una sonrisa.

Alex se paró delante de Lía y mío impidiendonos pasar, muy bien, me tocaba poner la mejor cara.

- Hola Alex - Mencionó Lía.
- Hola Alex, muy bien, gracias -Dije con la sonrisa más falsa del mundo.
- Genial, oye ___, ¿Qué harás en la tarde? - Inquirió mirándome.

Que los planes salgan ahora, tengo la tarde ocupada, muy ocupada.

- Oh, esta tarde Lía y yo tenemos clase de patinaje y después iremos de compras, tenemos una fiesta más tarde - Respondí.
- Oh, entonces estarás ocupada -.
- Sí, un poco - Dije del mismo modo que él, solo que yo sí fingía pesar.

|Rechazame| Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora