Capítulo 18

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Con una sonrisa volvimos a unir nuestros labios en un apasionado beso.

- ___, ¿Adivina qué me dijo? - Gritó Lía antes de salir completamente, por lo que rápidamente me separé de golpe de Christopher y me tiré en el suelo jalandolo de la mano, obligándolo a tocarme el pie, puse cara de dolor mientras él estaba confundido y nervioso, entonces Lía entró - ¿Qué pasa aquí? - Preguntó acercándose a nosotros.
- Salí para beber un poco de agua pero no me di cuenta de que las sandalias estaban aquí, así que me resbale y me torcí un poco el pie, por suerte Christopher llegó y me dió un masaje - Respondí.
- ¿Pero estás bien? - Preguntó preocupada.
- Claro, solo fue una pequeña torcedura, ya no me duele tanto - Aseguré.

Sentí la mirada y la sonrisa de Christopher sobre mí pero no dijo nada, sabía que nos había salvado.

- Gracias por ayudar a mi amiga Chris -.
- No fue nada, ¿Segura que estás bien ___? ¿Quieres que te lleve adentro? - Me preguntó Christopher fingiendo preocupación, que buenos somos para mentir.
- Sí ___, descansa un poco, y si ya no te duele volvemos aquí, ¿Te parece? - Propuso Lía.
- Pero no quiero mojar la ropa de tu hermano - Mencioné preocupada.
- No te preocupes, puedo cambiarme después - Afirmó ese guapo hombre.
- Bien, vamos adentro - Dijo Lía.

Christopher se puso de pie y me cargó entre sus brazos, sus manos se sentían tan bien sobre mi cuerpo, maldita sea, ¿Acaso ésto estaba bien?
Entramos sin más a su casa y fuimos directo a la habitación de Lía, Christopher me depositó en la cama mientras Lía me ayudaba a acomodarme.

- Gracias Christopher, de no haber llegado a tiempo nada de ésto habría salido tan bien - Mencioné.

Claro que no lo decía por el pie que no tenía lastimado.

- Descuida, afortunadamente llegué en el momento preciso, ahora las dejo solas para que descanses -.
- Gracias hermano -.

Christopher y yo nos miramos por última vez hasta que él salió de la habitación, mierda, había encendido fuego en un territorio que no conocía, sin embargo mi sonrisa no se hizo esperar, estaba más que feliz y satisfecha, había probado sus deliciosos labios, había sentido el contacto de sus manos en mi piel, ¿Qué más podía pedir ahora?

- Te caíste y sonríes, estás demasiado loca amiga - Dijo Lía sacándome de mis pensamientos.
- Es que mi caída fue tan estúpida Lí, de haber estado ahí te habrías reído, yo no sé cómo Christopher no se burló de mí -.
- Te dije que los de su edad son demasiado aburridos - Aseguró.

No lo creo mi querida Lía.

- Seguro tienes razón, pero al menos me ayudó y te juro que ya no me duele tanto, pero mientras esperamos un poco cuéntame qué te dijo Pablo -.
- Bueno, me dijo que está encantado del tiempo que hemos salido y que pasamos juntos, entre más cosas lindas que obviamente me hicieron gritar en silencio - Claro que estaba más que emocionada - Y también me dijo que el celular de Mario se le cayó esta mañana pero ya lo llevó a reparar, por eso no te ha llamado, pero que mientras espera a que se lo entreguen hasta mañana, hará una fiesta en su casa y tú y yo somos las invitadas más esperadas -.
- Oh, vaya, vaya, yo sí quiero, ¿Qué le dijiste? - Pregunté.
- Obviamente que sí, quiero pasar tiempo con Pablo y sé que tú con Mario -.

Yo no estaría tan segura, quiero pasar tiempo con alguien más.

- Hiciste bien amiga mía, tenemos que ver qué vamos a usar, debemos vernos divinas esta noche -.
- Aquí tenemos todo lo necesario, puedo prestarte algo de ropa -.
- Mejor vamos a mi casa por ropa y nos arreglamos aquí, es que compré un atuendo nuevo que quiero estrenar, que mejor que con Mario, puedes elegir algo de mi closet si quieres, digamos que eres más conservadora que yo - Dije.

Lía rió.

- Bueno, vamos a tu casa por ropa -.

(...)

Había llegado la noche y por lo tanto la hora de la fiesta, así que Lía y yo terminábamos de arreglarnos, ya habíamos pedido permiso a nuestros padres, quienes al parecer seguían juntos.

- ¿Tacones negros o dorados? - Preguntó.
- Dorados, resaltará más tu atuendo - Aseguré.

Ella asintió y se puso los zapatos mientras yo daba los últimos toques al maquillaje.

- Tú de verdad quieres sorprender a Mario, te ves increíble - Mencionó.
- ¿En serio lo crees? -.
- Claro que sí, y que bueno que fuimos a tu casa, de otro modo no habría quedado tan sexy como con este vestido -.
- Pablo no dejará de verte, te comerá con la mirada, ya lo decreto -.

Ambas reímos y seguimos con lo nuestro hasta que terminamos, Marco nos llevaría a la fiesta e iría por nosotras.
Salimos de la habitación de Lía cuando Christopher también salía de la suya, ambas lo miramos y él a nosotras, su mirada me recorrió de pies a cabeza sacándome una sonrisa, aunque después se puso muy serio.

- ¿Van a salir? - Preguntó.
- Sí, nuestros padres ya nos dieron permiso así que no puedes oponerte - Dijo Lía.
- Bien, entonces yo las llevaré e iré por ustedes - Dijo seguro.
- Claro que no, otra vez no, Marco hará eso -.
- Lía, ya hablé - Mencionó firme.
- Christopher yo no me entrometo cuando tú sales - Se quejó Lía.
- Porque eres la menor y yo tengo que cuidarte, así que ¿Quieres salir? Bien, yo las llevo -.

Miento si digo que a mí me molesta, por eso mantenía la boca cerrada.

- ___ no quiere que tú nos lleves, ¿Verdad? -.

Ambos me miraron esperando una respuesta.

- Miren, no quiero meterme en problemas de hermanos, estaremos seguras con Marco, Christopher no te preocupes - Dije.

Debía apoyar a Lía, de otro modo me haría preguntas que no sé cómo responder.

- Exacto, así que puedes volver a tu habitación - Aseguró Lía.
- Lí, tranquila, tampoco está mal que tu hermano quiera llevarnos, estoy segura de que no interferirá, ¿Verdad Christopher? - Lo miré.
- Solo las llevaré e iré por ustedes, como la última vez - Aseguró.

Lía puso los ojos en blanco pero no le quedó de otra mas que aceptar, Christopher había ganado.

|Rechazame| Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora