|Rechazame| Christopher Vélez

Capítulo 2

- Te extrañé mucho hermano - Le dijo Lía.

El chico le respondió algo que no pude escuchar, cuando soltó a Lía de inmediato la señora Yenny lo abrazó, de nuevo impidiendo que yo pudiera verlo bien.

- Hijo, me alegra mucho que estés aquí -.

Luego de unos minutos la señora Yenny soltó al chico y entonces sí, mis ojos se encontraron con unos ojos claros que me miraban fijamente.
Me dí el tiempo de analizarlo, alto, fornido, con la piel blanca, el cabello castaño y alborotado, vestido con un traje negro que se entallaba muy bien a su cuerpo, labios carnosos y rosados, vaya, ¿Este hombre es el hermano de Lía?

- ___, te presento a mi hermano, Christopher Vélez, Christopher, ella es mi mejor amiga, ___ Tirbell - Lía por fin nos presento.

La verdad es que interrumpió mi análisis, pero eso no impidió que su mirada y la mía siguieran fijas una en la otra, yo me levanté de la silla y Christopher caminó hasta ponerse delante de mí y extender su mano esperando la mía, que de inmediato le dí para saludarlo.
El tacto de su piel con la mía había sido como una corriente eléctrica que recorrió cada espacio de mi cuerpo, Dios, que hombre.

- Por fin conozco a la mejor amiga de mi hermana, mucho gusto ___ - Dijo tras unos segundos.

Tenía una pequeña sonrisa en el rostro, su voz era tan varonil.

- El gusto es mío Christopher - Respondí del mismo modo que él.

Lentamente soltó mi mano, dejándome aturdida por las sensaciones que había experimentado.

- Que bueno que al fin se conocen, espero que vengas más seguido Christopher, porque ___ es una chica encantadora - Mencionó el señor Leonardo.

Christopher me miró y sonrió.

- Ya lo creo, y la verdad es que pienso tomarme algunos meses para trabajar desde esta empresa, los viajes quedarán suspendidos por un tiempo hasta que sean necesarios - Comentó.
- ¿Eso quiere decir que nos visitarás más seguido? - Preguntó Lía emocionada.
- Mientras no me aullentes, por supuesto - Respondió su hermano divertido.

Lía puso los ojos en blanco y yo solo me limite a no dejar de sonreír, ¿A ese hombre le llamaba amargado?

- ¿Tienes hambre hijo? Pediré que nos sirvan la cena, te quedas con nosotros, ¿Verdad ___? - La señora Yenny me miró.
- Bueno, yo - Me quedé callada por interrupción de Lía.
- Quédate ___, así Christopher y tú se conocen más - Sugirió.

Ambos nos miramos brevemente.

- De acuerdo - Acepté finalmente.

(...)

La cena iba de lo mejor, Christopher nos contaba que tal le había ido en el trabajo y los continuos viajes que hacía, tal parece que es un empresario muy importante y exitoso, le interesaba mucho su trabajo y no era hombre de salir a malgastar el dinero, vaya, que gran curiosidad había despertado en mí, solo que cuando mencionó a Romina, su novia, sentí que me estaban haciendo una broma, no sé la razón exacta, pero vaya que tenía ganas de conocer a la tal Romina, ¿Por qué? Tampoco lo sabía.

- ¿Por qué elegiste arquitectura ___? - Me preguntó.

Mi nombre en sus labios se escuchaba tan bien.

- Mi propósito es crear proyectos sustentables que ayuden a preservar los recursos naturales, tengo una visión muy clara de cómo voy a lograrlo, la arquitectura sin duda fue mi fuerte cuando puse sobre la mesa todas mis opciones - Respondí con firmeza.

Me mostraba segura al responderle, él me miraba fijamente, de algún modo me sentía pequeña bajo su mirada, pero nada que iba a demostrarle, yo no podía ser débil delante de ese... Monumento de hombre.

- Vaya, es admirable que una chica de tu edad tenga claras sus metas - Comentó.
- Tengo diecinueve años, la madurez tenía que llegar algún día, y afortunadamente a mí llegó justo cuando debía, aunque la edad no define tu madurez mental - Me atreví a decir.

No quería que pensara que soy una estúpida adolescente, tener 19 no nos hace a todos idiotas, aunque a la gran mayoría en la universidad sí.

- Ya puedo verlo y definitivamente lo confirmo, sigue así - Dijo simple.

¿Sigue así? ¿Eso es todo? Vaya.
Todos terminamos de comer mientras Christopher contaba algunas otras cosas respecto a su trabajo.
Miré la hora en mi celular y me levanté de la mesa seguida de los demás.

- Es un poco tarde y yo debo llegar a casa, la comida estuvo deliciosa, muchas gracias por todo - Dije.
- Encantados de tenerte aquí ___ - Dijo la señora Yenny.
- Definitivamente no tienes nada que agradecer, sabes perfectamente que eres bienvenida - La apoyo su esposo.
- No pude encontrar mejor amiga que Lía, creo que adoro más a tu familia - Dije mientras Lía me miraba con los ojos en blanco y su familia reía, incluso Christopher.
- Ya me lo habías dicho, gracias, vamos por tus cosas, anda -.
- Ahora los veo -.

Lía y yo nos fuimos del comedor hacia su habitación.

- Espera, llamaré a Darío - Dije.
- Bien, mientras termino de acomodar tus libros -.

Tomé el celular y sin más marqué el número de Darío.

- Señorita Tirbell - Dijo del otro lado de la línea.
- Darío, estoy lista para irme, ¿Podrías venir por mí? Por favor - Pedí.
- Claro que sí señorita, en unos minutos estoy afuera -.
- De acuerdo, gracias -.

Colgué la llamada y me acerqué a la cama de Lía para ayudarla con las cosas.

- ¿Conoces a la novia de tu hermano? - Le pregunté tratando de no verme muy intensa o entrometida.
- Pues, sí la conozco, pero no me llevo ni bien ni mal con ella - Respondió.
- ¿Ah no? - Que interesante.
- No, tiene casi la misma edad que Christopher y ya piensa como señora, aburrido amiga -.

Yo reí ligeramente.

- Ya lo creo, pero tal parece que con pensamientos de señora le gustan a tu hermano - Mencioné.
- Te dije que los tipos de su edad son amargados y aburridos - Me recordó.
- Deberíamos poder conocerlos mejor - Me encogí de hombros.
- ¿Te gustaría conocer mejor a esos hombres de treinta años? - Preguntó extrañada.
- Me gustaría conocer a un hombre que no sea tan idiota como los de nuestra edad - Aclaré.
- Son ancianos para ti, ¿Cómo te verías con un tipo así a tu lado? - Me miró obvia.
- En el amor todo se vale, la edad es lo de menos - Aseguré.
- No sabes lo que dices -.
- Claro que lo sé, aunque me gustaría confirmarlo - La miré inocente.
- ___, estás mal de la cabeza, sino le vas a hacer caso a Alex, al menos a uno de los que andan detrás de ti - Sugirió.
- Ni loca, me rehuso, no quiero más 'citas' - Dije haciendo comillas con los dedos - Tan horribles -.