|Rechazame| Christopher Vélez

Capítulo 36

- Tengo mucho que hacer por la tarde, pero después de las ocho podemos vernos aunque sea un ratito - Dije.

Bueno, al menos tenía que compensar con algo mis repetidos no hacia él.

- Perfecto, después de las ocho te veo afuera de tu casa, ¿Vamos por un chocolate caliente? -.
- Oh sí, claro, perfecto - Acepte.
- Bien princesa, te veo más tarde, te quiero -.
- Yo a ti -.

Mario me besó cerca de los labios y sin más se fue con Pablo a su salón.

- ¿Cuándo vas a decirle que no lo quieres como novio? - Preguntó Lía llegando a mi lado después de volver del baño.
- Cuando me deje hacerlo, tal vez hoy si es posible - Mencioné.
- Ay ___, mi novio dice que Mario cada día se enamora más de ti -.
- No me ayudas Lí - Me quejé.

Pablo y Lía ya llevaban un mes como novios, al parecer la sopresa que preparamos para Lía fue de más ya que ella moría por ser su novia aunque solamente se lo hubiera pedido incluso afuera de la escuela.

- Lo sé amiga y lo siento, pero estás muy afligida y debes ser honesta, o dime que te gustó el casi beso que te dió -.

Suspiré y negué levemente.

- ¿Sabes qué? Hoy mismo hablo con él, tengo que ser honesta ya - Aseguré.
- Será lo mejor para ambos -.
- Ya lo creo Lí -.

(...)

Después de clases Lía saldría con Pablo, así que afortunadamente no me cuestionó nada acerca de mi rápida salida de la escuela, su hermano ya me estaba esperando.

- ¿No tienes trabajo? - Le pregunté a Christopher una vez que me subí a su auto.
- ¿Entonces ya no me saludas? - Cuestionó cambiándome el tema.
- No, tienes babas de Romina, que asco - Le dije con una cara de desagrado, haciendo que él pusiera los ojos en blanco.
- ¿Pretendías que me negara? - Inquirió.
- Claro que no, yo tampoco puedo hacerlo con Mario - Respondí.

Christopher apretó las manos en el volante, claro que está molesto.

- ¿En serio vamos a hablar de ésto? - Preguntó serio.
- Tú querías verme, yo a ti no, la verdad no sé de qué más quieres hablar aparte de lo que por tu culpa tuve que pasar ayer - Dije frunciendo el ceño.
- ¿Te parece si mejor vamos a mi departamento? - Propuso.
- Me da igual Christopher - Aseguré.

Él dejó salir un suspiro para seguidamente encender el auto y avanzar con dirección hacia su departamento.

(...)

- ___, deja de portarte así conmigo, ya te explique que no sabía cómo decirte que saldría con Romina, ahorita no quieres darme ni un solo beso, ¿Qué debo pensar? - Dijo entrando detrás de mí a su departamento.
- Nada Christopher, no tienes que pensar nada, ¿En serio creíste que te armaría una escena si me decías que saldrías con Romina? Dudo que sea la primera vez que tienes que verla, pero justo cuando la llevarás con tus padres yo estoy presente, ¿No podías decírmelo? - Cuestione.

Traté de parecer bastante obvia una vez que pude mirarlo al quedarnos parados frente a la cocina.

- Bien, tienes razón, fui yo quien lo arruinó todo por no pensar antes de actuar, en serio lo lamento, ahora que ya hablamos sé que puedo comentarlo la próxima vez, pero por favor, para ya con esa actitud porque me estoy fastidiando mucho - Dijo con firmeza.
- ¿Cómo crees que estaba yo ayer? Y ahora solo tengo que ceder y hacer como que nada paso, ¿No te parece injusto? -.
- ¿Quieres golpearme y gritarme lo mismo durante mucho tiempo? Bueno, puedes hacerlo si quieres, pero prefiero que sea después de que al menos me dejes tocarte y darte un beso -.

Maldita sea, claro que me moría por un beso de Christopher, claro que me moría por tocarlo y sentir sus manos en mi cuerpo, pero ¿Ceder tan fácil? Enfrentarme a la intensa de Romina no había sido fácil ni lo que yo quería para mi noche.

- Ay claro que tengo ganas de llenarte el bonito rostro de golpes y gritarte mil veces lo horrible que la pasé por tu culpa - Afirmé.

¿Tenía que decirle que moría por besarlo y tocarlo?

- ¿Y solamente de eso tienes ganas? - Preguntó.

Puse los ojos en blanco cuando él se empezó a acercar a mí.

- Te juro que si algo como eso vuelve a pasar, da por hecho que no me vuelves a tocar en tu vida - Dije con seguridad.
- Tranquila nena, ya pasó -.

Christopher rodeo mi cintura con sus manos, yo giré el rostro dejando que besara mi mejilla para después bajar sus besos a mi cuello.

- ¿Ya puedo besarte? - Preguntó aún en mi cuello.
- Ya lo estás haciendo - Dije obvia.
- No hablo de ésto nena -.

Con una de sus manos me tomó por el mentón y giro mi rostro hacia él, de tal manera que por fin tuvo acceso a mis labios.

- ¿Te digo algo? - Me preguntó entre besos.
- ¿Qué cosa? -.
- Disfruto más tus besos - Dijo finalmente para volver a tomar mis labios en un ardiente beso que poco a poco nos llevó a sentir el cuerpo del otro completamente desnudos.

Y la verdad, la verdad es que yo me sentía satisfecha después de lo que dijo 'disfruto más tus besos'.

(...)

- ¿Tienes práctica hoy? - Preguntó acariciando mi espalda desnuda mientras estaba recostada en su torso pasando mi mano por su precioso abdomen.
- Sí, ¿Por qué? - Inquirí.
- ¿Qué te parece si voy por ti y vamos a cenar? - Sugirió.

¿Siendo de noche quién podría vernos? Solo que había un grave problema.

- Es que no puedo - Mencioné.
- ¿Tienes otra cosa que hacer? -.
- Mm, algo así -.
- ¿Puedo saber de qué se trata? - Cuestionó.

Claro que no podía saberlo, no quería verlo enojado.

- Tengo que resolver algunos problemas - Dije simplemente.
- ¿Puedo ayudarte? -.
- No, no hace falta - Aseguré.

Christopher se removió un poco de tal manera que pudo mirarme a los ojos.

- Sígueme mintiendo mientras me miras a los ojos - Dijo de repente.

Ay maldita sea, ¿Ahora qué?

- No te estoy mintiendo, realmente me gustaría cenar contigo pero en serio tengo algunos asuntos que resolver - Confesé.
- ¿Pero no quieres decirme de qué se trata? - Me miró expectante.