Capítulo 45

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Me levanté de la mesa y busqué con la mirada a Lía, a quien encontré por suerte sola.

- Lí, me voy - Avisé.
- ¿Qué? ¿Por qué? - Preguntó sorprendida.
- No me siento muy bien, necesito ir a casa, mis padres se están despidiendo de los tuyos -.
- ¿Pero qué te pasa? -.
- Me duele muchísimo el estómago, estoy cansada Lí - Dije.
- Está bien amiga, no te preocupes, cuídate mucho, mañana iré a verte -.
- Bien, nos vemos luego, te quiero -.
- Yo a ti -.

Discretamente había comenzado a caminar hacia el interior de la casa, en donde estaban mis papás con los de Lía, me acerqué para despedirme y por fin salir de la casa de los Vélez, me urgía con desesperación.

(...)

Al llegar a casa mi mamá me había dado una pastilla que por supuesto no me tomé, tan solo me dirigí a mi habitación para poder quitarme el maquillaje, darme una corta ducha y meterme en pijama a la cama.
Que estúpida había sido, enamorada de Christopher, nueve años mayor que yo, quería gritar porque en verdad me sentía tonta, la persona más tonta del mundo, y sobre todo con novia, una novia casi de su edad.
Es que solo a mí se me ocurría.

*Muñeca, ¿En dónde estás?

Ay no, justo ahora no, lo que menos necesitaba era hablar con él.
Decidí ignorar su mensaje, total, no se daría cuenta.

*Nena, ¿Qué pasa? ¿En dónde estás? Necesito verte, ¿Nos reunimos en mi habitación discretamente?

Maldita sea, no, no más, no por este día, ya tenía bastante jodida la cabeza, después de verlo tan feliz y sonriente junto a Romina, ¿Quería verme?

*___, ¿Me estás ignorando? ¿Por qué no me respondes?

Puse los ojos en blanco y bloquee el celular para dejarlo a un lado.
Cerré los ojos tratando de buscar un poco de paz interna, pero el sonido de mi celular me hizo mirarlo nuevamente.

*¿Por qué te fuiste?
*Lía me dijo que te sentías mal, ¿Es cierto?
*Ni siquiera te despediste.

No podía dejarlo así, al menos le diría que estoy bien.

*Descuida, sigue disfrutando, estoy bien.

Bueno, con eso tenía que bastar.

*¿Cómo que estás bien?
*¿Seguir disfrutando? ___, ya no estás aquí.
*Vamos Chris, no es como que estuviera haciendo mucho, ni siquiera te habías dado cuenta de que ya no estaba.
*Solo me dolió el estómago pero ya tomé medicamento, ya estoy bien, tranquilo.
*Sé que no pude prestarte mucha atención pero creí que lo entenderías.

¿Entender que en todas las fotos y a todo momento Romina estaría entre sus brazos y tomada de su mano? Vaya mierda.

*¿Y eso qué tiene que ver? Lo entiendo, jamás dije lo contrario.
*¿Entonces por qué te fuiste?
*Ya te dije que me dolía el estómago, no estaba cómoda con ese dolor.
*¿Y por qué ni siquiera te despediste?
*Porque no me cruzaría delante de todas las personas para poder decirte adiós, pero ahora que ya todo está claro, debo irme y tú también.
*¿Qué tienes? ¿Ya no quieres hablar conmigo?

Claro que no, eso era lo que más deseaba al menos por este día, sentía que el cerebro y el corazón me estallarían en cualquier momento.

*No es eso pero intento dormir, necesito relajarme para que el dolor siga disminuyendo.
*Está bien, tienes razón, pero ¿Mañana hablamos?
*Claro, mañana.

Mañana también tendría dolor de estómago o algo.

*Bien, cuídate mucho nena, te mando muchos besos.♥️
*Claro, igual.

Tenía que conformarse con aquello, ya había hecho un esfuerzo enorme al responderle.

|Una semana después|

Durante los días siguientes Christopher me había estado llamando y mandando mensajes, pero para mi buena suerte había podido justificar que ignoro sus mensajes y no puedo verlo ya que estoy en casa de mis abuelos y casi no hay señal.
Nos quedaríamos por dos semanas, dos semanas que me servirían muchísimo para pensar en lo que haría al volver, no quería ver aún a Christopher, no después de que me había aceptado a mí misma que me enamoré de él, ¿Acaso alguna vez podría estar lista para decírselo? Lo dudaba mucho, pero sus mensajes y llamadas constantes me hacían muy difícil poder alejarme o al menos ignorarlo.

- ___, alista tus cosas hija - Dijo mi papá entrando a la habitación que mi abuela me dejó acondicionar para mí cada que vengo a su casa.
- ¿Qué? Pero recién es sábado, volvemos la otra semana - Dije confundida.
- Lo sé cariño, pero esta noche tenemos una cena muy importante con los ejecutivos, sabes que el camino de vuelta es un poco largo, volveremos aquí el lunes - Dijo.
- De acuerdo - Acepte finalmente.

Suspiré con pesar, me tocaba despedirme de mis abuelos.
Afortunadamente volvíamos el lunes y yo no diría nada acerca de que estaba en mi casa, al final no sería por mucho tiempo.

(...)

Había terminado de ponerme los zapatos para por fin salir de mi habitación, había optado por un vestido largo de color azul oscuro con algunas lentejuelas, mi cabello estaba atado en una coleta alta y bien peinada, el maquillaje adecuado para la noche.
Mis padres y yo salimos de casa y Darío nos llevó hacia el lugar donde se llevaría a cabo la cena.
Todo estaba perfectamente acondicionado para recibir a las personas, el ambiente estaba muy agradable así que no sería tan malo después de todo, aunque definitivamente prefería estar en casa de mis abuelos mirando películas mientras espero a que el abuelo llegue para salir a montar caballo.
Mi papá nos llevó a saludar a varios ejecutivos con sus esposas e hijos, hasta que finalmente nos encontramos con la familia de Jesús.

- Hernán, Noemi, buenas noches - Dijo mi padre.

Nos saludamos entre sí hasta que mi mirada se cruzó con la de un chico alto, castaño y de sonrisa muy linda.

- Señorita Tirbell, mucho gusto, Zabdiel de Jesús - Dijo tomando mi mano para depositar un beso en ella.
- Mucho gusto Zabdiel - Dije con un sonrisa.
- ¿Por qué no dejamos que los muchachos se conozcan? - Dijo el papá de Zabdiel llevándose a mis padres, claro, no sin la supervisión de mi papá.

|Rechazame| Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora