Capítulo 47

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Solo quería salir ya de aquí y fingir que nada había pasado, pero Christopher no me dejaría.

- No te estoy evitando y tampoco ignorando, Christopher hablemos en otro momento porque Zabdiel me debe estar esperando y Romina a ti - Pedí.
- No me importa, vas a decirme de una vez por todas que demonios te pasa - Afirmó.
- No me pasa nada, ya vámonos de aquí -.

Él se puso delante de mí cuando me vió con intención de irme.

- ___, deja de hacer ésto tan difícil y dime de una maldita vez que está pasando, deja de actuar como una niña y enfrenta las cosas - Exigió.

Cuánto me molestaba que Christopher me gritara, pero más molesta me sentía conmigo misma por toda esta situación.

- No voy a decirte nada porque no pasa nada, así que deja de gritarme y vámonos ya de aquí - Repetí.
- Maldita sea ___ - Grito.

Claro que se había enfadado y sus gritos bien podían escucharse al otro lado de la ciudad.

- ¿Quieres saber que diablos me pasa? Pues entonces vas a saberlo - Afirmé.

Ninguna persona debería reaccionar por impulso.

- Tengo la cabeza hecha un maldito lío por tu culpa, he intentado negarmelo mil veces pero al final ya lo acepté, me enamoré como idiota de ti, me vuelve loca verte con Romina, ¿Estás feliz ahora? - Solté finalmente con enojo.

Christopher me miró sorprendido, claro que no se esperaba algo como eso de mi parte.

- Me gustaría decirte que solo es una etapa, y tal vez lo es, siempre creerás que me falta mucho por vivir y estoy segura de que tienes razón, pero me enamoré Christopher, al menos ahora solo puedo sentirme así - Continué.

Él no decía nada, solo me miraba.

- Quiero alejarme pero tú lo vuelves complicado, así que por favor, di algo - Le pedí.

Christopher cerró los ojos un momento para después volver a abrirlos.

- No puedes estar enamorada de mí ___, eso no puede ser posible - Mencionó.
- ¿Por qué no? - Pregunté alterada.
- Porque yo tengo novia y tú estás en una etapa de tu vida en dónde no sabes realmente lo que quieres -.
- ¿Y por qué estas tan seguro de que es así? ¿En dónde dice que hay una edad para saber con quién quieres estar o de quién te vas a enamorar? - Cuestione.
- No puedo aceptar tu amor ___ -.

Claro que le había dado un golpe muy bajo a mi corazón, pero quizá tenía razón.

- En verdad me gusta estar contigo y tener el sexo tan divertido que teníamos, pero no cuando hay amor de por medio - Aseguró.

Amor que solo había de mi parte.

- Olvídalo ___, rechazame, hazlo ahora - Pidió mirándome a los ojos.

¿Qué podía decirle?

- Solo desaparece de mi vida Christopher - Mencioné nada más.

Sin mirar atrás caminé rápidamente hacia la puerta del baño y la abrí para salir y encontrarme con Zabdiel.

- ¿Estás bien? Tardaste demasiado - Preguntó preocupado.
- Sí, estoy bien, solo - Me quedé sin palabras - ¿Te molestaría salir conmigo un momento? - Pregunté.

Tenía que tomar aire o definitivamente las lágrimas saldrían de mis ojos.

- Vamos afuera - Aceptó.

Zabdiel tomó mi cintura y me guió con él hasta el jardín, en donde pudimos sentarnos sobre una banquita que nos dejaba ver perfectamente la fuente de agua iluminada con todas esas luces blancas.

- ¿Qué te pasa? Sé que recién nos conocemos pero antes de ir al baño tu semblante era de felicidad, ahora solo parece que viste un fantasma -.

Ésto había sido peor que ver a un fantasma.

- Creo que tengo que arreglar muchas cosas con mis sentimientos, debo darme tiempo a mí misma o seguro voy a colapsar - Dije.
- ¿Algo te lastima? - Inquirió.
- Supongo que sentimientos que no debería tener, o tal vez no por la persona equivocada -.
- ¿Entonces tienes novio? -.

Reí sin gracia.

- No Zabdiel, no tengo novio, estoy un poco confundida nada más - Expliqué.
- ¿Te puedo ayudar con eso? -.

Le sonreí sincera.

- Creo que me ayudaría muchísimo no dejar de verte, me gusta hablar contigo - Mencioné.
- En todo caso da por hecho que seguiremos saliendo, no me gusta nada ver tu carita afligida, así que hasta que te sientas mejor podemos quedarnos aquí -.
- Eres increíble Zabdiel - Aseguré.

(...)

Estando en casa lo único que tenía ganas de hacer era llorar, sin embargo mi orgullo herido no me lo iba a permitir, Christopher me había dejado muy claro que Romina era quien al final él ama, a pesar de que la engañó conmigo. De ninguna manera estaría en algo formal o estable con una chica como yo, no de mi edad, y quizá yo era egoísta por querer que él me mirara como yo lo veía, o quizá él era un idiota por sus estúpidos prejuicios.
Lo único que podía hacer era arrojarme a la cama y tratar de dormir un poco para olvidar toda esta situación, maldita sea la hora en la que había dejado que mi cabeza y mi corazón se dejaran llevar por lo que estaba viviendo con Christopher y se terminaran por enamorar de él, dejándome como una estúpida por confundir el trato que tenía hacia mí, sus besos y caricias eran como una vaga señal de que en verdad no era Romina el amor de su vida.

*En verdad lamento mucho que las cosas se hayan dado de esta manera, quisiera que todo siguiera igual entre nosotros...

¿Cómo diablos podría seguir igual todo? Estaba tan enojada por su mensaje, quería gritarle en la cara que es un idiota, un idiota por romper mi corazón como lo hizo.

*Vete al diablo, no me busques más, déjame tranquila.

Lo mejor que podía hacer era bloquearlo y continuar con mi vida, pero de alguna forma tenía que dejar salir lo que sentía.

*___, el amor no puede ser parte de nosotros, ¿Por qué te dejaste llevar sentimentalmente?
*Porque no soy de palo idiota, VETE DE MI VIDA.

Si de algo le servía, esperaba que en verdad fuera una etapa de la estúpida edad y yo pueda descubrir que en verdad no era amor lo que sentía, porque ahora aunque quisiera odiarlo, mi única verdad es que lo amaba como tonta.

|Rechazame| Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora