Epílogo

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28 de Diciembre 2010.

Después de entregada la caja con las cenizas de su hermano, no esperaron de más a preparar la despedida. Era un invierno diferente a dos años atrás, cuando organizaron la cena de nochebuena con una agradable cena. Hasta bebieron vino y encendieron el árbol. Con un padre accesible y amigable... En la mesa abundó la felicidad, en cada uno. Terminaron antes de las doce y se dieron las buenas noches.

Pero este Diciembre lucía... distinto, incómodo, tan repulsivo cómo el anterior, cuando le diagnosticaron la insuficiencia a su querido hermano Meindert. No tuvieron ánimos de cualquier tipo, pero bajaron al sótano a desempacar las decoraciones. Trataron de disimular un pedazo de ese dolor con cada esfera y luz de colores... Encender la esperanza, si es que pasaba la meta de llegar sano y salvo para el año entrante.

... Y terminó falleciendo en Junio y después otro integrante en Diciembre... Navidad no era especial como lo pintaban, y menos cuando es motivo de recordar a un ser amado que ya no está. Nada de regalos, cena, con la radio a todo lo que da con canciones referentes a la época, solo otro triste funeral en el invernadero. Un deprimente episodio de despedida. Lágrimas de por medio y silencio solemne.

... Y al padre con la mirada puesta, devuelta a la amargura, sobre el hijo mayor, al que le encargó la tarea de convencer al hermano enfermo de regresar a Suiza y evitar una segundo deceso, como el que ahora estaban viviendo.

30 de Diciembre.

Sacudieron el polvo y las telarañas. Acondicionaron  la recámara en una especie de mausoleo, un tributo a aquellos amantes... Lo convirtieron en un auténtico lugar para rendirles devoción en acogedor silencio. En momentos de vacío y reflexión. Cuando no pudieran hallar paz y aliento... Quisieron regresar a la nostalgia, a aquellos días. Volver a sentir su presencia en la casa, aunque fuese en esas cuatro paredes.

El instrumento fue colocado en una silla, y arriba de este, a la pared, el dibujo culpable de la controversia hacia su dueño. En una vitrina, para mantenerse lejos del deterioro y la humedad... Creyeron haber escuchado el violoncello, a altas horas de la noche, y la radio a un volumen demasiado bajo... Al abrir la puerta descubrían el engaño. Solo era producto de su imaginación, causado por la costumbre.

Dos asientos vacíos esperando ser ocupados en la mesa... Sirviendo dos platos extras en cada comida. Entre tanto atareo Theo olvidaba a los ausentes. Caía engañado por su subconsciente. Extrañaba interferir en aquellas discusiones y malentendidos... Obligarlos a hacer las paces. Josh en cambio encontró consuelo con pintarlos en autorretratos, para no tener que olvidar sus características físicas.

Margarito conservaba el dibujo, ese que Meindert le regalara de su hijo... Y los demás procuraban recordar cómo eran en carácter, tono de voz, forma de ser... Aunque eran diferentes, compartieron mucho en común. La homofobia no tuvo derecho de dividir sus sentimientos. Tampoco destruir con odio la fidelidad de muchos años. Si su padre no estaba de acuerdo, ese era problema suyo. Era incapaz de comprender la complicidad.

El perro poodle, Hermes, aullaba con inmensa melancolía. Insistía a no probar bocado, y cuando se mostraba dispuesto, devolver el estómago, causando inmensas preocupaciones. El veterinario dio un diagnóstico desalentador. Contra la tristeza no hay remedio. Tenían que prepararse para lo peor. Eso a la hermandad no les pareció convincente. Les llovía sobre mojado.

Un mal presagio era lo último que pidieran en una tormenta que parecía eterna.

Del mismo modo lo acabó por alcanzar la pérdida.

1 de Enero del 2011.

Declarado desaparecido.

Symphony [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora