📘 Capítulo 36 | Ojos Azules

2 1 0
                                    



MEINDERT



Bien o mal, poco importa cuando las promesas están hechas para romperse.

No puedo quitarles el recuerdo de aquel Meindert introvertido y sensible.... pero deben entender que las circunstancias me han cambiado.

La hermandad es muy importante y no quiero estropear la unión, es por eso que devuelvo la joya preciada, el anillo, porque quiero protegerlo, no lo deseo empeñar en momentos de complicación.

Sé que también he despojado a una pobre alma de su voz, pero el instrumento me ha servido de mucho para no ahogarme de nostalgia.

Me ha dado fuerza para seguir adelante y no echarlo todo por la borda.

Tengo una misión por cumplir y una vida por disfrutar...

Hasta nunca.

Atte Meindert.

Para Theo.

🍂🍁🍁🍁🍂


Quince días después, pasada la noche donde casi me pensé muerto, lo había encontrado con un sujeto que le doblaba la edad, dentro de la combi, manteniendo relaciones íntimas.

La sorpresa fue mayor, pues se trataba de Richard, hijo segundo de Frederick Cross. El enemigo dormía en el garaje, los viernes por la noche, además, ya no podía soportar la imagen de Luke, desde aquel ángulo.

En vez de hacer los preparativos para la venida de Holly, prefería pensar con los placeres. Este Luke era diferente del que conocí en Berlín, el que prometió amor en la pizzería, tan atento y discreto. Sin obtener a cambio nada. Honrado. Ahora nos la pasábamos discutiendo.

Toda pareja tiene diferencias, pero esto traspasa la raya.

La combi utilizaba para sus orgías, un hecho por el colchón usado. Imprudente, porque drogado hacía tonterías, no recordaba lo sucedido... Se paseaba desnudo y se masturbaba en los cojines de la sala. Compulsivo, enfermo por tal actitud...

Volviendo a la misma apariencia descuidada.

Sus ojos azules vagos.

En Mayo, tuvo una intoxicación con metanfetaminas. Los médicos lograron salvarlo de una muerte próxima. Y eso no fue todo, en los análisis detectaron síntomas de Herpes. Su hermana sospechó de mí, pero era falso. Luke lo desmintió, declarando que nuestra relación iba en declive. Por eso el desliz con otro hombre.

Puesto que lo nuestro había terminado, así nada más, planeé mi salida... Prefería esquivar mi mirada y esconderse tras la sombra de su hermano Jonathan. A esto ya no se le puede llamar vida, y si hubiera terminado muerto, estaría en prisión por un cargo injusto. No puedo creer que nuestra confianza aumentara cuando solo nos veíamos los domingos en "Berlín."

Estábamos compartiendo vivienda, hasta mentiras... Dijo que ingería alcohol, pero no otras sustancias. Dije que gustaba atreverme a nuevas experiencias, pero no a ese nivel de intensidad...

Justo el viernes lo descubro hablar con Mark. Apenas una semana y lo veo ya de pie. Sé que va a estar bien, pues su hermano Jonathan se encargará. Parecen discutir y va de largo. Los separo.

—¿Cómo te atreves?

Miento, por una causa buena. Miento que me llamo su hermano. Sé no soy moneda de oro ante sus ojos, pero puede contar conmigo a pesar del desastre. Seamos o no el hombre que creímos conocer... Mark no tiene palabras para defenderse.

Entiende que saldrá perdiendo, por eso termina yéndose.

—Lamento no ser honesto contigo.

—Los amores vienen y van, es normal a esta altura de nuestras vidas.

—¿Hay algo que pueda hacer por ti?

—Empezar a enlazar una relación padre e hija.

—Holly no merece tenerme como ejemplo.

—¿Sabes cuánto darían los padres por recuperar a sus hijos?

—¿Sabes cuánto daría por volver atrás y recuperar tu amor?

—Es incorrecto continuar con esta farsa.

—¡Si solo tuviera otra vida! Otra vida para casarme contigo y hacer un viaje sin retorno... Adoptar a Holly en nuestro corazón y dejar hábitos nocivos... Una vida para borrar ese dolor de haberte engañado.

—Calma, calma... A veces te das cuenta muy tarde, no basta otra vida para enmendar, sino décadas... Sobretodo, no te miento que la desesperación nos hace daño, por querer huir estamos engañando al otro, siguiendo con un show... Necesitas cambiar de tu voluntad y no esperar al azar por una respuesta.

Se lanza a darme un abrazo, muy fuerte. Mejor que anteriores. Odio las despedidas. Odio perder la misión, sentirme derrotado... Sin embargo, terminamos de buena forma, dando tregua a la guerra.

—Vete... Vete antes que pierda tu amistad, lo único que me queda de ti —implora.

—Suerte.

—Me hubiera gustado tener un hermano como tú... He notado que ya no eres el mismo.

—¿Quién dice que es tarde para cambiar?

Agacha la mirada. Vuelvo a recoger la maleta. Le agradezco infinitas gracias por haberme recibido en su techo. ¿A dónde iré? Seré improvisado. Ni un metro cuando me doy cuenta que ando descubierto de la cabeza. Cuando volteo atrás, noto que me ha quitado el sombrero.

—¡Una excusa para devolver! —afirma a lo lejos.







Symphony [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora