Capítulo 31

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—¡Oh, Octavia Danvers! ¡Qué grata sorpresa encontrarte en este lugar! —exclamó Mike, con una sonrisa que iluminaba su rostro.

—¡Mike! —respondí, sorprendida y un tanto turbada—. Yo... esto...

—Veo que ahora has decidido adoptar el atuendo de un caballero —dijo Mike, con una sonrisa divertida que me hizo sonrojar.

Mis mejillas se encendieron como brasas y bajé la mirada, avergonzada.

—Debo irme —murmuré, recogiendo mis pertenencias con prisa.

Pero antes de que pudiera dar un paso, Mike me detuvo con un suave gesto.

—Espera, Octavia. No hay necesidad de huir. No te preocupes, guardaré tu secreto. Y no tienes por qué darme explicaciones.

Suspiré, aliviada, y le dediqué una sonrisa amable.

—Gracias, Mike. Eres un verdadero caballero.

Juntos, nos dirigimos a la cafetería más concurrida del pueblo y nos sentamos en una mesa apartada, donde pudimos conversar tranquilamente mientras disfrutábamos de dos tazas de humeante café.

—Así que estás vendiendo tus cuadros para saldar la deuda que tus padres tienen con los Thompson y evitar ese matrimonio indeseado —dijo Mike, pensativo, acariciando su barbilla—. Es un plan admirable, Octavia, pero... para reunir esa suma de dinero tendrías que vender más de mil cuadros.

Suspiré, apoyando mi rostro en mis manos.

—Lo sé, Mike. ¿Tienes alguna idea mejor?

Mike reflexionó por un momento.

—Por ahora, no se me ocurre nada. Pero no te preocupes, encontraremos una solución.

—No dispongo de mucho tiempo, Mike —dije, preocupada.

Mike levantó mi mentón con delicadeza.

—No te atormentes, mi querida Octavia. A veces, las soluciones aparecen cuando menos lo esperamos, sin necesidad de planearlas.

Sus palabras me reconfortaron y no pude evitar sonreír.

—Gracias por tu apoyo, Mike.

—Y permíteme añadir —continuó Mike, con una mirada llena de admiración—, que eres una joven de extraordinaria belleza y gracia. Desde el primer instante en que te conocí, tu presencia ilumina mi mundo como un rayo de sol.

Sus palabras me ruborizaron aún más, pero también llenaron mi corazón de una cálida esperanza.

—Oh, Mike, tus palabras son como un bálsamo para mi alma. Es un verdadero placer escuchar tales elogios de un caballero tan distinguido como tú —respondí con una sonrisa sincera, sintiendo un leve rubor en mis mejillas.

—Pero, Octavia, mi admiración va más allá de tu belleza exterior, que es innegable. Tu inteligencia y tu noble carácter son igualmente cautivantes. En tu compañía, encuentro un tesoro más valioso que cualquier riqueza material.

Sus grandes ojos grises me miraron fijamente, y su rostro se acercó al mío, haciéndome sentir un cosquilleo en el estómago.

—¿Sabías que eres la doncella más hermosa que han visto mis ojos?

Me sorprendí ante su atrevimiento y sentí cómo mis mejillas ardían.

¿Qué estaba sucediendo? ¿Acaso Mike...?

Antes de que pudiera responder, una voz interrumpió el momento.

—Lamentablemente, esta dama ya está comprometida.

No Te Enamores De Mi✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora