Capítulo 24

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Oliver Thompson.

—Solo espero no lamentar esto. Y deja de esbozar esa sonrisa de idiota —le dije a Alec, quien me miraba con sorna.

—Amigo, te ves muy apuesto. Y cálmate, solo tendrás una cita romántica con tu futura esposa y madre de tus hijos.

Hice una mueca.

—No es una cita "romántica", Alec, y deja de decir tantas tonterías si no quieres morir soltero.

—Oliver, te conozco como la palma de mi mano. Y esa cara de tonto enamorado no te la quita nadie. Acéptalo, estás empezando a sentir algo por Octavia.

—No estoy enamorado, no seas ridículo. Solo quiero intentar que nos llevemos bien, tal vez así podamos pensar en una idea para evitar ese matrimonio. Dos cabezas piensan mejor que una, ¿no es así?

—Pues te comportas muy diferente a como lo hacías con otras damas... es como un odio encantador entre ustedes dos, un odio que en realidad es "amor" —Alec sonrió al terminar.

Hice una mueca y luego le di un golpe en el hombro.

—Estás loco, Alec, deberías dejar de leer tanta poesía de viejas.

Alec rió.

—La poesía no tiene género, hermano. Además, lo que te dije no fue poesía, más bien lo leí en un libro de romance.

—Si tú lo dices.

—Bueno, y volviendo a lo de antes... Deberías aprovechar esta noche y declararle tu amor por ella, ¿no crees que esta noche estrellada es perfecta para hacerlo en medio de la feria y todos los juegos? —dijo Alec mientras se paseaba a mi alrededor.

—Ahora entiendo de dónde sacas tanta cursilería. Pero de todos modos, eso no sucederá. Nunca podría entenderme con una mujer salvaje como Octavia Danvers, no tiene decoro, es como si hubiera crecido en la selva rodeada de animales. Solo me caso con ella por la familia, de lo contrario jamás lo haría. Por eso necesito que pensemos juntos en una solución —miré a Alec, quien me observaba con seriedad.

—Bien, entonces no te cases, querido amigo... mejor que se case con Mike, ese chico sí que la quiere, se le nota a leguas el amor que le tiene a Octavia.

Miré a Alec con el ceño fruncido.

—Mike solo es su amigo, jamás se enamoraría de él, jamás —dije y salí rápidamente de mi habitación.

Alec me siguió.

—Eso es lo que tú crees, Thompson, pero ese chico está logrando lo que tú no has podido.

Mi mandíbula se tensó y arrugué el entrecejo.

—Ese niñito pelirrojo no lo va a lograr... —miré fijamente a Alec, quien se detuvo en seco para verme asombrado—. Además, se casará conmigo sí o sí.

—Pero acabas de decir que planeas hacer algo al respecto para no casarte con ella, ¿quién te entiende, Thompson?

Alec tenía razón, ni yo mismo me entendía. Estaba realmente confundido, no tenía mis sentimientos realmente claros. Pero tampoco iba a permitir que Mike se interpusiera.

—Sí, pero lo más probable es que este matrimonio se lleve a cabo...

—Sin amor...

—Como sea, Alec, se casará porque es un matrimonio arreglado y fin de la discusión. Ahora, debo apresurarme o no llegaré.

Terminé de arreglarme y me senté en el sofá esperando la hora indicada para salir en mi carruaje al lugar donde había citado a Octavia Danvers.

Revisé el reloj.

7:30 pm. Es hora de salir.

Salí de casa para subirme al carruaje cuando la voz de mi padre me detuvo.

—Hijo, antes de que te vayas, necesito que me firmes unos documentos.

—Padre, ¿no puede ser mañana? Voy tarde y no pienso dejar esperando mucho tiempo a Octavia.

Tan considerado.

—Los necesito ahora mismo, Oliver. Sabías que tocaba firmarlos y aun así no lo hiciste con tiempo. Y deberás hacerlo ahora mismo.

Puse los ojos en blanco.

—De acuerdo, ya voy.

—¿Tienes pluma? —pregunté a mi padre, quien enseguida me extendió la suya. Eché un vistazo, la verdad no pensé que fueran tantos papeles.

—Debes ser más responsable con esto, Oliver. Te estás tomando muchas libertades. Recuerda que ahora tienes una gran responsabilidad, no me hagas arrepentirme de haberte dejado todo a tu cargo.

—Lo siento, padre, no volverá a pasar, te lo prometo.

No Te Enamores De Mi✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora