Capítulo 38

660 82 222
                                    

1 año después.

Mis días de pupila habían llegado a su fin. Mis dieciocho primaveras estaban a punto de florecer, el tiempo se deslizaba inexorablemente y cada día sentía que mi corazón envejecía un poco más.

No anhelo cumplir dieciocho.

No deseo abandonar mi niñez.

Temo que, tras los dieciocho, los años se precipiten aún más rápido y mi juventud se desvanezca como la niebla al amanecer.

Los negocios de mis hermanos habían dado sus frutos, la exportación había sido un triunfo rotundo tras un período de incertidumbre. Levi había llegado a un acuerdo con el Señor Thompson y saldaron la deuda, por lo tanto, aquel matrimonio concertado ya no era una amenaza inminente.

Pero...

Siempre hay un "pero", ¿no es así?

Tras unos meses de haber saldado la deuda, mis hermanos adquirieron la parte del Señor Thompson, lo que convertía a la familia Danvers en los únicos propietarios de la fábrica Polis.

En ese aspecto, todo marchaba viento en popa.

Por otro lado... Oliver. El muchacho que tanto aborrecía. «Aborrezco
Comenzaba a despertar en mí sensaciones extrañas. No puedo describirlo con precisión, todo empezó a ser diferente. El trato que él tenía conmigo, aunque nos sigamos odiando y no nos soportemos al vernos, había algo que creaba una conexión entre nosotros, un algo que no puedo explicar con exactitud.

—Creo que deberías reflexionar con detenimiento y permanecer en Alexandria —dice Noah, mientras saborea su café.

—No lo sé, Noah, deseo quedarme, pero a la vez anhelo partir hacia tierras lejanas, al fin y al cabo es lo que tanto ansiaba, ¿no es cierto? —digo.

—Ser libre —responde Noah con una sonrisa.

Asiento.

—Octavia, no puedes partir sin antes asistir a mi boda —dice Helena.

—Por supuesto que no me perdería tu boda, aún no tengo planes de irme, aguardaré hasta tu enlace, Hel —sonrío.

—Es tan evocador todo esto, ¿no les parece? —dice Noah—. Recordar que hace poco éramos unos infantes, jugando, riendo, correteando de un lado a otro, metiéndonos en aprietos en la escuela por las travesuras de Octavia —ríe.

Helena y yo nos unimos a su risa.

—Es cierto... y ahora cumpliré uno de mis anhelos, que es contraer matrimonio con el hombre más romántico y apuesto que conozco —comenta Helena, embelesada.

Sonrío.

—Me regocijo por ti, Axel es un buen muchacho y se nota que te ama, no es un hombre retrógrado y por eso me agrada.

Mientras reíamos y conversábamos, alguien me cubre los ojos con sus manos.

Siento el calor de esas manos.

—¿Qué?, ¿quién es? —pregunto.

La persona retira sus manos y luego me da un beso fugaz en la mejilla.

Sonrío.

—Eres tú, mi caballero de cabello en llamas.

Mike me regala una sonrisa y me guiña un ojo.

—Supuse que estarían aquí y quise venir solo para ver a mi dama de cabellos castaños.

Todos sonreímos.

—Ustedes dos deberían desposarse —dice Helena de repente.

Abro mis ojos y siento mis mejillas arder.

—¡Deberías dedicarte a ser casamentera, ya que tanto te place unir corazones!

Mike me mira de soslayo y sonríe.

—Es un amor no correspondido... pero mantengo la esperanza de que algún día me correspondas. No tengo prisa, aguardaré el tiempo que sea necesario.

Guardo silencio y luego cambio de tema.

—Amigos, ¿qué les parece si vamos a la feria?

—Oh, sí, yo me apunto —dice Helena.

—También yo —dice Noah.

Mike asiente y sonríe.

Las ferias en Alexandria eran un espectáculo maravilloso. Recuerdo que todos los años venía con Noah y Helena a divertirnos. A veces solíamos venir con nuestros padres a disfrutar en familia.

Noah y Mike se adelantan en uno de los juegos mientras Helena se acerca a mí.

—A Mike se le ve que te quiere, O' —dice de improviso.

La miro.

—Lo sé, pero no puedo verlo como algo más que un amigo.

—Querida Octavia, me parece que deberías considerar la posibilidad de estar con Mike. Siempre ha estado enamorado de ti, y a menudo es difícil encontrar un caballero tan apuesto y leal.

—Hel, lo sabes muy bien, Mike y yo somos muy buenos amigos, pero no sé si podría verlo de esa manera. Siempre ha sido un apoyo invaluable, pero no quiero arriesgar nuestra amistad.

—Siempre supe que eras muy peculiar, pero no tanto. Mike es un buen muchacho, sabes que todas las jóvenes de Alexandria suspiran por él, todas desean comprometerse con él. ¿Por qué no puedes corresponderle? Sigues pensando en eso de ser libre, la libertad no significa que no debas casarte, la libertad también la puedes hallar dentro de un matrimonio, O'.

—Helena, yo no... no puedo amar a dos caballeros a la vez.

Los ojos de Helena se abren desmesuradamente ante mi confesión.

—¿Qué dices?

Suspiro.

—Hel, estoy experimentando sensaciones...

—Sensaciones... ¿Cómo cuáles?, ¿y hacia quién?

—Yo... bueno, es que... ni yo misma comprendo lo que siento, Hel, es intrincado... Es sobre Oliver Thompson. Durante todo este tiempo lo he aborrecido con vehemencia, y eso lo sabes, pero últimamente... Siento que mis sentimientos hacia él están transformándose. No sé si es odio lo que siento ahora.

—¡Oliver Thompson! ¡Eso es inesperado! Bueno, aunque yo lo venía sospechando, era algo que podía percibir, pero, ¿qué es lo que está provocando que tus sentimientos se confundan de esa manera?

—No lo sé con certeza. Ha habido momentos en los que su actitud y su carácter me han hecho dudar de mi propio juicio. No puedo comprenderlo, Hel, pero me siento más confundida que nunca.

—El corazón es un enigma en sí mismo. Tal vez haya algo en Oliver que has descubierto recientemente. Si sientes la necesidad de explorar esos sentimientos, sigue tu corazón y descubre a dónde te llevan.

—Sí, Hel, pero no creo que pueda...

—¡Octavia, Helena! —Noah nos llama.

—Hablaremos después sobre esto —le comunico a Helena. Para después ir tras los muchachos.

No Te Enamores De Mi✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora