No Te Enamores De Mi✔️

Capítulo 37

—No puedo contener lo que mi corazón profesa. Desde el instante en que nuestros destinos se entrelazaron, tú has sido la luz que ilumina mi sendero.

—Oh, Mike, tus palabras siempre son un bálsamo para mi espíritu. Es un deleite compartir nuestra amistad.

—Pero, Octavia, mis sentimientos trascienden los límites de la amistad. Cada vez que estoy cerca de ti, mi corazón palpita con una fuerza que no puedo ignorar.

Mike se inclina hacia mí, y puedo sentir el roce de nuestros labios.

«Oliver...»

El nombre de Oliver irrumpe en mi mente y me aparto de Mike con premura. Sus ojos me miran con sorpresa, y me levanto de inmediato.

—Lo siento, Mike, tú y yo solo podemos ser amigos. Te aprecio y lo sabes... pero no creo que pueda verte como algo más... me agradas, pero... no sé ni como expresar lo que siento.

—Tranquila, O' —sonríe—. Te esperaré el tiempo que sea necesario —dice poniéndose de pie.

—Lo siento, Mike...

Mike decide escoltarme a casa. Durante todo el trayecto, el silencio nos envolvió, ambos nos sentíamos algo incómodos.

Al llegar a casa, Mike y yo descendimos del carruaje y entramos.

Levi y Chris se encontraban en las caballerizas, y al vernos llegar, sus miradas reflejaban confusión.

—¿Y Oliver? —pregunta Levi acercándose.

—Tuvo que partir a su hogar antes, Mike tuvo la gentileza de acompañarme —digo.

Levi me mira y luego a Mike con cierta suspicacia.

—Bien, gracias por traer a Octavia, muchacho.

—Es un honor estar en compañía de Octavia —dice Mike con una amplia sonrisa.

Mis mejillas se encienden y me siento algo nerviosa.

—Sí... bien, Mike, muchas gracias —digo en despedida.

—Te veo luego, O'. Con su permiso —se despide Mike con una reverencia.

Acompaño a Mike hasta la salida y luego me dirijo a mi habitación, donde me dejo caer sobre la cama. Un profundo suspiro escapa de mis labios.

Fue una noche muy peculiar. ¿Qué me sucede con Oliver?, ¿qué es esta sensación que me embarga?

definitivamente era algo que no podía expresar con palabras.

Me encuentro sumida en mis pensamientos, luchando con emociones que me confunden más de lo que estoy dispuesta a admitir. Desde el primer día en que conocí a Oliver, lo aborrecí y decidí odiarlo por el resto de mis días. Pero ahora, algo en su actitud y su carácter parece haber cambiado.

El temor a que mi hostilidad se transforme en algo más, en una emoción que no puedo permitirme sentir, me atormenta. ¿Cómo podría explicar a mi familia y a mí misma que los sentimientos que alguna vez consideré despreciables ahora se entremezclan con la confusión?

Y Mike... es un joven tan bueno, tan honesto y sincero conmigo... ¿por qué no puedo verlo como veo a Oliver?

Qué difícil es ser yo...

Suspiro y miro por la ventana de mi habitación, perdida en mis cavilaciones. La lucha interna entre el odio y el temor a sentir algo más por Oliver Thompson se ha convertido en una encrucijada que, por el momento, no sé cómo resolver.