Capítulo 46

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Los días se habían deslizado como las hojas otoñales, y Alexandria se había vestido de blanco en numerosas ocasiones, pues varias bodas habían tenido lugar en la ciudad. Primero, la de mi querida amiga Helena y su amado Axel, y luego la de mi hermano Chris y Camila. Me sentía inmensamente feliz por Helena, ya que casarse y formar una familia siempre había sido su sueño más preciado. También me alegraba por Chris, pues formaban una hermosa pareja y, lo más importante, se amaban con un amor verdadero.

Camila se había mudado a nuestra casa, convirtiéndose en parte de la familia Danvers. Nuestra residencia, una mansión espaciosa, podía albergar felizmente a cinco familias.

Por otro lado, Oliver y yo disfrutábamos de nuestro amor mientras planeábamos el día de nuestra boda.

«Si así se siente el amor, deseo enamorarme de él cada día.»

—Quiero que sepas que después de casarnos, no te voy a atar como piensas que sucede en los matrimonios —comentó Oliver mientras jugaba con el agua.

Sonreí.

—Lo sé, y si lo intentaras, te sacrificaría primero.

Oliver rió.

—Te creo.

—Es bueno que lo tengas claro —bromeé.

Oliver y yo nos encontrábamos junto a un pequeño río, bajo la sombra de un enorme árbol que nos protegía del sol. Era un hermoso bosque que se había convertido en nuestro refugio favorito.

Recargué mi cabeza en el pecho de Oliver.

—Te amo, Oliver —dije sin pensarlo dos veces.

Oliver me miró a los ojos.

—Yo también te amo, Pecas, siempre, nunca lo dudes.

Sonreí.

—Eres lo que necesitaba en mi vida.

Oliver besó mi frente y luego acarició mi mejilla con su suave mano.

—El uno para el otro, eso es lo que tú y yo somos. Contigo aprendí que existe el amor verdadero... eres mi complemento, Pecas.

El amor era algo que nunca esperé conocer, no me interesaba en absoluto enamorarme, creía que si me enamoraba sería ser una persona débil, que el amor me volvería vulnerable... pero ahora entiendo que enamorarse no significa debilidad, por el contrario es algo muy fuerte, amar a una persona se requiere voluntad, decisión. El decidir amar a esa persona por sobre todo, y el saber que si algún día esa persona que tanto amas, te falla... no es el fin del mundo.

Llegamos a casa de Oliver y, para nuestra sorpresa, los padres de Oliver se encontraban en la sala de estar, sentados y muy serios. Noté que una joven delgada, muy pálida y de cabello dorado, también estaba con ellos.

Oliver y yo nos acercamos.

—Oliver, necesitamos hablar contigo —dijo el señor Abel con tono grave.

—¿Madre, padre, qué está sucediendo? —preguntó Oliver sorprendido, mientras su mirada se dirigía a la joven que estaba allí con ellos.

—Los dejaré para que hablen —les comuniqué, dándole un corto beso a Oliver.

—Discúlpanos, Octavia —dijo la madre de Oliver.

—No se preocupen —respondí con una sonrisa.

La joven que estaba allí con ellos me miró de arriba abajo y luego miró a Oliver con una sonrisa algo coqueta.
No sabía qué estaba pasando, lo único de lo que estaba segura era que algo muy delicado había ocurrido entre ellos.

Al llegar a casa, me dirigí a mi salón de arte. Comencé a pintar para relajarme. Hacer arte es todo lo que quiero, es parte de mí y es lo que me hace sentir libre y expresarme con libertad.

¿Quién era esa mujer?, ¿y qué hacía allí? Pensaba.

No Te Enamores De Mi✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora