Capítulo 25

688 89 177
                                    

Octavia Danvers.

Subo al carruaje, lista para partir hacia la feria del pueblo.

—Espero que te comportes como una dama —dice Levi con tono severo.

Pongo los ojos en blanco, hastiada de sus advertencias.

—Que te diviertas, Octavia —dice Chris con una sonrisa radiante.

—Eso está por verse —respondo con un dejo de incertidumbre.

Tras unos minutos, llegamos a nuestro destino.

—Bruno, puedes retirarte. Oliver no tardará en llegar y regresaré con él en su carruaje. Muchas gracias —le digo con una sonrisa amable.

—¿Está segura, señorita? ¿No desea que la espere hasta que el joven Oliver llegue?

—No, Bruno, no te preocupes. Puedes irte tranquilo.

—Como usted ordene, señorita —responde, inclinando la cabeza en señal de respeto antes de partir.

«¡Cielos, qué frío hace! Debí haber traído un abrigo.» Murmuro entre dientes, mientras busco con la mirada a Oliver, a quien no veo por ningún lado.

Una hora después.

¡Estúpido ricitos de oro! Me ha dejado plantada, esta no se la perdonaré. ¿Por qué me ha hecho esto? ¿Será una de sus crueles bromas?

Comienzo a caminar, alejándome de las miradas curiosas de la gente. No sé qué hacer ni a dónde ir, así que para evitar a las personas, decido caminar hasta encontrar un lugar solitario y oscuro.
En medio de esa calle desolada, con la oscuridad de la noche como única compañía, me siento vulnerable y atemorizada. Había esperado en vano a un hombre que, con total indiferencia, me había dejado plantada, exponiéndome al peligro.

«No debí aventurarme por estos parajes.»

Me dije a mí misma, girando sobre mis talones y cambiando de rumbo.

Maldije su nombre en voz alta, permitiendo que mi desprecio y frustración se manifestaran en palabras que resonaron en la noche. Ese cobarde, que había jurado estar a mi lado, me había abandonado a mi suerte.

—¡Lo aborrezco! ¡Lo aborrezco! ¡Lo aborrezco! —exclamé con vehemencia.

Sabía que era su manera de vengarse de mí, pero esto era ir demasiado lejos. ¿Dejar a una dama sola en medio de posibles peligros? Es un insensato, jamás se lo perdonaré.

Caminé abrazándome a mí misma, buscando algo de calor. Mis manos estaban heladas y mi respiración se entrecortaba.

Justo cuando decidí regresar, vi a un hombre que se acercaba hacia mí.

Al fin, alguien.

—¡Hola, buen hombre! Al fin encuentro a alguien que pueda socorrerme —dije con un hilo de esperanza en mi voz.

Aquella figura que se aproximaba era la de un hombre de barba negra, alto y de unos cuarenta años, según pude discernir en la penumbra de aquel lugar.

El hombre me dedicó una sonrisa lasciva.

—¿Qué hace una joven dama tan hermosa sola en este paraje? ¿Acaso necesita compañía, pequeña damisela? —dijo al acercarse a mí, mientras me agarraba del brazo con fuerza, haciéndome gemir de dolor.

—¡Libéreme! Me está lastimando, ¿quién se cree que es? —forcejeé, tratando de zafarme de su agarre, pero el hombre apretaba aún más.

—Creo que esta noche nos divertiremos un poco —dijo el tipo, tirando de mi brazo.

—¡Suélteme! ¡Auxilio!...

—Nadie te oirá, damisela —el hombre me empujó hacia un callejón aún más oscuro.

Lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos al ver a aquel hombre alzar mi vestido y comenzar a desabrochar sus pantalones.

Sus manos sucias tocaron mi piel, haciéndome temblar de miedo.

—No, por favor —imploré en súplica.

El hombre hizo caso omiso a mis palabras y luego comenzó a besar mi cuello desesperadamente, sus manos tocaron mis senos, masajeándolos y luego besándolos.

Me era imposible apartarlo, hasta que alguien lo tiró de mí, quitándomelo de encima.

Escuché unos golpes, el otro hombre, cuya identidad desconocía, golpeaba fuertemente al hombre que estaba abusando de mí.

Mi mente se encontraba en estado de shock ante lo sucedido, todo en mi cabeza daba vueltas. Me encontraba tirada en el suelo, llorando amargamente, asustada, llena de miedo y de pánico.

Volví en mí al escuchar la voz de aquella persona que me salvó.

—Lo siento, Octavia, lo siento tanto —sus brazos me rodearon fuertemente.

No Te Enamores De Mi✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora