Capítulo 63

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Al despuntar el alba, retornamos a Alexandria en compañía de Oliver y Alec. Mis hermanos, los padres de Oliver y mis amigos aguardaban ansiosos nuestra llegada. Chris se había encargado de organizar una "Bienvenida" en mi honor y para celebrar mi compromiso con Oliver Thompson.

Así es, Oliver Thompson me había pedido la mano en matrimonio la víspera, tras una agradable velada. Sus hermosos ojos azules me miraron con intensidad, para luego tomar mi mano con delicadeza y pronunciar: «Octavia Danvers, ¿me haría el honor de convertirse en mi esposa?.»

Sus palabras alcanzaron lo más profundo de mi corazón, intenté resistirme, pero fue en vano, y un "Sí, quiero" escapó de mis labios con presteza.

Jamás imaginé llegar a enamorarme de esta manera del muchacho al que tanto aborrecí, del que llegué a afirmar: «nunca me enamoraría de ricitos de oro.» El joven al que llegué a detestar sin motivo aparente «bueno, quizás mi única razón era que estaba obligada a desposar a alguien a quien no amaba.» Y mi espíritu rebelde me impulsó a odiar a aquel chico de cabello dorado con rizos perfectos. No pensaba en nada más, solo en hacerle la vida imposible, hastiarlo, para que así se arrepintiera de casarse conmigo.

Y por ironías del destino, aquí estamos, a punto de contraer matrimonio.

—¡Quédate quieta, Octavia!, si sigues moviéndote no podré ayudarte con el vestido —dice Dolores.

—Me vas a dejar sin aliento, Dolores, además... ¡ay! —me quejo.

—Eso te sucede por no quedarte quieta. La belleza requiere sacrificios, Octavia, así que si deseas lucir hermosa, debes soportarlo.

Pongo los ojos en blanco.

—Eres muy exigente cuando se trata de vestirme.

—Para eso estoy, señorita.

Sonrío.

—Gracias, Dolores. Aunque no voy a negar que es un fastidio el vestirme, confieso que eres la mejor en esto. Pero simplemente podría haber elegido un vestido más holgado, con el cual me sienta cómoda y me permita respirar mejor.

Dolores esboza una sonrisa discreta.

—Llevo años sirviendo en esta casa, te he visto crecer, te he instruido en modales «aunque a veces parecía que los ignorabas», te he enseñado a ser la mujer que eres hoy, por eso estoy tan orgullosa de ti, mi niña. Y en cuanto al vestido, es perfecto para esta ocasión tan especial, mi niña —sonríe con ternura.

—Lo sé y te lo agradezco, te estoy agradecida por todo y perdón por las pequeñas travesuras que hacía —digo con cierta timidez.

—¡Oh, Octavia, estás preciosa! —exclama Helena entrando en la habitación.

—¿Ya estás list... ¡cielos!, qué hermosa te ves, O' —dice Cami, quien también entra enseguida a la habitación.

Les dedico una sonrisa.

—Gracias, chicas...

—Luces radiante —expresa Noah entrando a la habitación.

—Bien, ya estás lista, querida —dice Dolores mientras me hace mirar al espejo. Su sonrisa de satisfacción por su trabajo lo dice todo.

—Gracias, Dolores —le doy un abrazo.

—Es hora de partir hacia la capilla. Chris y Levi te aguardan abajo —habla Camila.

Bajamos y salimos de casa para ver a Chris y a Levi junto al carruaje, observándome de pies a cabeza con la boca abierta.

—No puedo creer que mi hermanita menor se vaya a casar —dice Chris, dejando escapar una lágrima.

—Yo siempre anhelé este momento —dice Levi con una sonrisa.

«No puedo creer que estoy a punto de casarme.»

Respiro hondo antes de hablar.

—No voy a negar que estoy un poco nerviosa, me sudan las manos y siento que me falta el aire «aunque lo de la falta de aire puedo atribuirlo a lo apretado del corsé.» Espero que al llegar allí no diga algo inapropiado que pueda arruinarlo todo. Ya saben, cuando estoy muy nerviosa suelo decir cosas ridículas o hablar más de la cuenta...

—Ey, tranquila, O'. Todo saldrá bien, te casarás con el hombre que amas y vivirás feliz para siempre —me tranquiliza Chris.

«Al fin tendré mi final feliz...»

No Te Enamores De Mi✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora