Capítulo 27

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Octavia Danvers.

Al llegar a la hacienda, Levi y Chris aguardaban fuera de la casa, expectantes de nuestro arribo. Descendí del carruaje con premura y me dirigí hacia ellos, quienes me observaron con sorpresa y cierta alarma al verme bañada en lágrimas.

Con el corazón desbocado, aceleré el paso hasta alcanzarlos y los abracé con fuerza. Una tristeza abrumadora me embargaba y lloraba como alguien que se resiste a ser consolado.

Levi y Chris me estrecharon entre sus brazos, sin comprender el motivo de mi aflicción. Mientras tanto, Oliver se acercaba a nosotros con semblante preocupado.

Dolores apareció en escena, su rostro reflejaba una mezcla de inquietud y desconcierto.

—¡¿Qué sucede, mi niña?! —exclamó con angustia.

La abracé con todas mis fuerzas, sin poder contener el llanto. Las palabras se negaban a salir de mi garganta, me sentía devastada. Solo anhelaba que la noche transcurriera rápidamente y que al día siguiente pudiera olvidar todo lo acontecido.

—¿Qué ha ocurrido, Oliver? —inquirió Levi, visiblemente preocupado y con el ceño fruncido.

Oliver relató a mis hermanos y a Dolores los pormenores de lo sucedido, despertando en ellos una profunda indignación.

—¿Acaso ese hombre intentó algo más? —preguntó Chris con voz grave.

—...No —respondí con dificultad, luchando por articular la palabra.

Levi, consumido por la ira, no cesaba de caminar de un lado a otro, inquieto y alterado.

—Esto no puede quedar impune.

—Por supuesto que no, debemos denunciarlo —afirmó Oliver con determinación.

—No... Ese individuo debe sufrir por lo que le hizo a nuestra hermana.

—declaró Levi con severidad.

Abrí los ojos de par en par y miré a Levi por primera vez desde mi llegada.

—No, Levi, por favor... Deja que las autoridades se encarguen y que pague por sus actos —imploré, consciente de los peligros que podían acechar si Levi decidía tomar la justicia por su mano.

—Levi, debemos actuar con prudencia. No puedes tomar venganza por tu cuenta —aconsejó Dolores con sensatez.

—Nadie puede atreverse a lastimarte, O'. Eres mi hermana, mi responsabilidad —sentenció Levi con tono protector.

—Es mejor denunciarlo, Levi. Pagará con la cárcel, no debemos llegar a los extremos, no somos ese tipo de personas —intervino Chris, intentando reconfortarme.

—¡No! Encontraré a ese hombre y le haré pagar con dolor, para que sufra y comprenda que nadie lastima a los Danvers, y mucho menos a nuestra hermana. Chris, ¿acaso no lo entiendes? —Levi estalló, apretando los puños con rabia antes de abandonar la casa sin pronunciar palabra.

—Yo hablaré con él, O'. Lo haré entrar en razón, no te preocupes —dijo Chris, acariciando mi cabello con ternura.

—No permitas que cometa una locura, Chris, por favor —le supliqué con angustia.

—Tranquila, hermanita, yo me encargo. Vuelvo enseguida —Chris me besó la frente y luego se dirigió a Oliver—. ¿Puedes quedarte con ella?

Oliver asintió en silencio.

Nos pusimos de pie y Chris desapareció por la puerta, siguiendo los pasos de Levi. Dolores se dirigió a la cocina para preparar té para todos, mientras yo me encaminaba hacia mi habitación, acompañada por Oliver, quien me sostenía el brazo con delicadeza.

Al entrar en mi alcoba, me volví hacia Oliver y le expresé mi gratitud.

—Gracias.

Oliver me miró a los ojos con sinceridad.

—No tienes que agradecerme. Al contrario, soy yo quien debe disculparse.

—Ya lo has hecho muchas veces de camino hacia aquí... Y sé que no fue tu culpa.

—En parte sí lo fue —admitió Oliver, bajando la cabeza con vergüenza.

Sonreí levemente, aunque él no lo notara.

—Comprendo lo que sucedió, dejémoslo en el pasado, ¿de acuerdo?

Oliver alzó la mirada y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

—De acuerdo. Bien... Creo que no debería estar en tu habitación. Si necesitas algo, estaré abajo.

—Espera... ¿Podrías acompañarme? No quiero estar sola, al menos... hasta que me duerma, ¿sí? —le tomé la mano, sintiendo un ligero rubor en mis mejillas.

—Está bien —respondió Oliver con una sonrisa.

Entré al baño para cambiarme y al salir, encontré a Oliver contemplando el paisaje a través de la ventana.

—Es una vista hermosa —comenté, aclarando mi voz.

Oliver se giró hacia mí.

—Lo es. Debe ser maravilloso despertar y lo primero que ves es este paisaje increíble.

Me recosté en la cama.

—Imagino que tu habitación también tiene un gran ventanal con vistas al paisaje.

—Sí, pero me gusta más este —respondió con una sonrisa.

Le devolví la sonrisa y comencé a cerrar los ojos. Sin embargo, no tardé en abrirlos nuevamente y encontrar a Oliver sentado a mi lado, observándome fijamente.

—¿Qué sucede? —preguntó con preocupación.

—Cuando cierro los ojos, lo primero que veo es a ese hombre y...

Oliver se acercó a mí.

—Tranquila, solo duerme. Yo cuidaré tus sueños —dijo con dulzura, acariciando mi cabello.

Por un instante, pareció que habíamos olvidado nuestra mutua antipatía. En ese momento, no tenía fuerzas para pensar en ello, solo deseaba que amaneciera pronto y que esa noche de pesadilla llegara a su fin.

—Hoy estás siendo amable —murmuré con voz somnolienta.

—Solo un poco —respondió con una sonrisa apenas perceptible.

—Te diré un secreto. Ya no te odio tanto —confesé antes de cerrar los ojos y sumirme en un profundo sueño.

No Te Enamores De Mi✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora