Capitulo 8:

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Narra Roberta:
Bajé del auto justo en frente de la casa de Mia y toqué el timbre. Diego se quedó mirando todos mis movimientos. Después de lo que me dijo, no le conteste. Solo miré hacia la ventana y lo ignoré.
Mia abrió la puerta con una sonrisa y rápidamente Diego arrancó el auto y se fue.

Mia: No llegué a verlo.. (se quejó)
Roberta: ¿Para qué querés verlo? Es un insoportable...
Mia: Pero capáz que es lindo..
Roberta: Mia, no te emociones, solo le importa su trabajo y además, jamás se metería con una nena de 16 años..
Mia: (sonrió) Pasá, y dejemos de hablar de tu chofer..
Roberta: (entré) ¿Y tus papás?
Mia: Tenían una reunión importante en su empresa...
Roberta: Genial. Estamos solas.
Mia: Si..

Estuvimos juntas por un largo rato. Como a las nueve llegaron sus papás y cené con ellos. A las diez de la noche, llamé a Diego para vaya a buscarme.
Llegó como diez minutos después, yo me despedí de Mia recordándole que al otro día debía ir a mi casa a hacer el trabajo práctico y me fui.

No sé en qué momento me quedé dormida. Solo sé que estaba en el auto y de repente ya no escuché ni sentí nada más. Después de eso, me desperté en mi cama, y aún era de noche.
Miré la hora, eran las dos la mañana. Seguramente Diego me había llevado  a mi cuarto.
Dí media vuelta y me volví a dormir.

Al Otro Día:
Escuché la alarma temprano pero la apagué. Ni siquiera tenía ganas de ir a la escuela. Y me hubiera quedado durmiendo toda la mañana, si no hubiera sentido como dos manos me quitaban las sábanas de encima y me tironeaban de las piernas hasta tirarme al piso.
Abrí los ojos asustada. Mi cabeza daba vueltas por el pequeño golpe que había sufrido. Ahí estaba Diego, con su media sonrisa y ojos burlones.

Roberta: ¿Pero que mier...??
Diego: Shh.. en esta casa no están permitidos los insultos.
Roberta: No sabía que ahora eras el dueño de la casa..
Diego: No lo soy. (sonrió) Ni pienses que vas a faltar a la escuela otra vez.
Roberta: Hacé lo que quieras. No podés obligarme.
Diego: Tus papás me pidieron que no permita que descuides tus estudios.
Roberta: Te dije que..
Diego: Vos me estás obligando. (me levantó en sus brazos)
Roberta: Bajame ya!!
Diego: No.. (abrió la puerta del baño y me metió adentro)
Roberta: No vas a obligarme a nada..
Diego: No me subestimes.. (me volvió a levantar y me metió dentro de la ducha, después la abrió, haciendo que me moje toda) ¿Despierta?
Roberta: Argh! Te odio..
Diego: Yo también. (sonrió) Te espero abajo, te quedan 20 minutos..

Después de eso se fue. Yo me quité la ropa y me dí una ducha rápida. Después fui a mi cuarto, me puse mi horrible uniforme, me peiné y maquillé y agarré mi mochila.
Bajé la escalera rápidamente porque solo me quedaban 5 minutos. Comí todo el desayuno que Nora había preparado para mi y salí de la casa corriendo.

Diego: Vamos?
Roberta: Ahora. Es tarde.
Diego: Si te huebieras levantado cuando sonó el despertador.
Roberta: No están mis papás, pero eso no te da lugar a vos para retarme.

No dijo ni una sola palabra. Abrió la puerta del auto y yo me subí. Después subió él y condujo hasta la escuela. Llegamos y yo bajé apurada porque ya todos estaban entrando.
Saqué rápidamente mis libros de Ingles de mi loker y corri hasta el aula. Entré y todos me miraron en silencio. ¿Qué nunca vieron llegar tarde a una persona?

Profe: Pardo.. es tarde...
Roberta: Si disculpe, se me hizo un poco tarde.
Profe: Entre. Le queda media falta.
Roberta: Si, como quiera.

Entré y ví que mi lugar junto a Mia estaba ocupado por una chica que no logré reconocer, por lo que supuse que era nueva. Miré a mi al rededor desesperada buscando otra silla vacía para sentarme y que todos dejaran de mirarme. Increíblemente, la única silla vacía que había, estaba junto a Paula. Si.. la persona más insoportable que habita el planeta tierra.
Dejé mi mochila y después me deslicé en el asciento junto a ella. Sus ojos me observaron atentamente. Ella tampoco me soportaba y eso ya lo sabia toda la clase. Saqué mis libros e intenté seguir el ritmo de la clase. De bien que estaba, sin decirle ni una palabra, ella suspiró como siempre hacía cuando estaba a punto de hablar y sacó su celular. Yo no esperaba que me hablara, pero extendió su celular frente a mi cara, y con un tono demasiado amigable, dijo:

Paula: Mirá Roberta... ¿no te parece una ternura??

Miré lo que tenía frente a mis ojos y no lo podía creer. Ella tenía de fondo de pantalla una foto besándose con Javier. Con mi novio.
La miré aguantando las ganas de escupirle la cara. No sabía qué carajo decirle.

Roberta: Esa foto está truchada..
Paula: Por supuesto que no. Es hora de que lo sepas. Tu novio siempre te engañó conmigo.
Roberta: Eso no es verdad!
Paula: Si.. si lo es. Si no querés aceptarlo, te entiendo. Pero tendrías que dejar de hacer el papel de tonta.. (sonrió, con maldad)

Yo me aguanté las lágrimas. Estaba a punto de explotar. Cerré el libro ignorando su pesada mirada de burla y me levanté.

Roberta: Profe por favor.. necesito ir al baño..
Profe: Pero Pardo acaba de entrar..
Roberta: Por favor. (mi voz se quebró)
Profe: Bueno, pero rápido..

A penas me dió permiso para irme salí de ahí prácticamente corriendo. Me metí en el baño y lloré en silencio. No podía creerlo. Quería salir corriendo lejos de todo y de todos.
Saqué mi celular mientras intentaba sonar lo más tranquila posible, pero era demasiado evidente que estaba llorando.

Roberta: Diego.. necesito que vengas a buscarme.
Diego: ¿Roberta estás bien?
Roberta: No.. por favor, sacame de acá.
Diego: Voy para allá.
Roberta: Gracias.

Corté el teléfono y lo guardé en mi bolsillo. Me lavé la cara y volví al salón. Junte mis cosas dentro de mi mochila y me senté a esperar. 5 minutos después entró el Director diciendo que habían venido a retirarme. Me levanté y le dije a Mia que más tarde la llamaba para hablar con ella, porque me miraba preocupada.
Salí del aula y no pude evitar volver a llorar. El director me ofreció agua, pero yo no acepté. Salí de la escuela y Diego me estaba esperando parado al lado del auto.

Diego: Roberta.. ¿Qué pasa?
Roberta: Quiero ir a mi casa Diego...
Diego: Entrá.

Abrió la puerta del auto y entré. Llegamos a mi casa rápidamente y yo fui directo a mi cuarto. Me tiré en la cama a llorar en silencio hasta que escuché el ruido de la puerta. Me giré y ví a Diego entrando preocupado.

Diego: Quiero que me cuentes qué te pasa Roberta...
Roberta: No quiero Diego..
Diego: Por favor Roberta, no te puedo ver así, quiero ayudarte...
Roberta: (aguanté las lágrimas) Javier me engañó.. me engañó todo el tiempo...

No pude aguantar más y lo abrazé, undiendo mi cara en su pecho. El me acarició la cabeza y me apretó más contra él, para que yo pudiera llorar y descargarme todo lo que sea necesario..

Continuará...

Don't Forget MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora