Narra Roberta:
De más está decir que no tenía ni las mínimas ganas de ir con ellos a ninguna parte. Sobre todo por la forma en que se veían y cómo me miraban. Yo sabía muy bien que no debía juzgar a nadie por su apariencia, pero me era difícil teniendo en cuenta que ya conocía lo que acostumbraban a hacer.
No llegué a contestar, pero es que mi cara pálida y mi labio inferior que no paraba de temblar eran bastante claros.
Luz: No somos delincuentes. Solo quiero que veas algunas verdades.
Roberta: ¿Tiene que ver con Diego?
Luz: Cualquier tema que que podamos tener en común vos y yo va a tener que ver con Diego, siempre, niña fresa.
Roberta: No me digas así.
Luz: Pero si lo sos..
Roberta: Yo.. me voy, gracias por no ayudarme, voy a llagar sola..
Luz: Vos no te vas a ir.
Roberta: ¿Por qué? Me van a obligar a ir con ustedes?
Luz: No, vos vas a venir por tu cuenta porque sabes muy bien que lo que tengo para mostrarte te interesa y mucho.
Roberta: Si tiene que ver con Diego claro que me interesa.
Luz: Entonces, vas a venir?
Roberta: Si.
No estaba segura. Pero tal y como ella dijo, si tenía que ver con Diego, me era difícil irme haciéndome la que no me interesaba ni nada por el estilo.
Detestaba la forma en que ella y los demás tipos me miraban. Yo sabía que no eran delincuentes, y no sentía desprecio por ellos, pero ellos parecían si despreciarme a mi. Era como si por ser "Niña Fresa" como ellos me llamaban, inmediatamente me convirtiera en su enemigo.
Parecían culpable de la mala distribución de las riquezas en el mundo. Yo no tenía la culpa de que viviéramos en un mundo desigual. Solo nací en una familia con buena posición económica, nada más, pero no era mi culpa.
Tuve que subirme a la moto con uno de los tipos, porque de lo contrario tendría que haber ido corriendo detrás de las dos motos. Luz iba detrás del otro tipo, en la otra mano, y no dejaba de mirarme con aires de superioridad.
Yo sabía muy bien que ella se sentía dentro de su salsa y entonces, podía hacerme sentir incómoda y confundida a mi.
Roberta: ¿A dónde vamos? (medio grité, para que el tipo de adelante me escuchara)
X: Como te dijo Luz, vamos a mostrarte la realidad..
Roberta: Pero para este lado no vive Diego, de eso estoy bien segura.
X: No vamos hacia donde vive Diego, vamos a dónde vivía antes, cuando era un nene, mucho antes de que sus padres compraran el terreno enorme que ahora le pertenece a su hermano.
Roberta: ¿Pero para qué..?
X: Deja de hacer tantas preguntas, pelirroja.
Me quedé quieta y callada en mi lugar. Intentando comprender por qué ellos querrían llevarme a la casa de la infancia de Diego.
Tampoco podía comprender cómo había llegado ahí en primer lugar. Creo que nunca en mi vida me había imaginando viajando en una moto con un desconocido hacia un lugar también desconocido.
Uno nunca sabe hacia dónde nos va a llevar la vida.
Cuando el tipo dijo que ya estábamos llegando, comencé a mirar hacia mis costados, y me agarró una tristeza enorme al notar la pobreza que había en ese lugar. Era una villa, pero de las más humildes que había visto en mi vida.
Los chicos corriendo por las calles, con la ropa sucia y en algunos casos rotas, algunos descalzos, con la cara y manos sucias, con sus caritas inocentes tristes... era doloroso.
Antes de que pudiera darme cuenta, tenía los ojos cargados de lágrimas y solo quería ayudarlos a todos, aun sabiendo que no podía.
La moto se detuvo, y bajamos. Entonces yo me miré a mi misma. ¿Era justo que yo tuviera zapatos de diseñador y ropa de marca mientras esas personas a penas se vestían? No, claro que no era justo. Me sentí terrible y culpable, a pesar de no ser culpable de nada en realidad.
Sentí que alguien me tomaba de la mano, y miré hacia abajo, un poco confundida. Una nena con dos colitas caídas en el pelo y ojitos tristes me dedicó una sonrisa.
X: Que lindo es tu abrigo.. (murmuró) ¿Tenes algo para comer?
Luz: Deja Cami, la piba no puede darte nada..
Cami: Bueno.. chau..
Luz: Chau..
Roberta: Espera.
No me dí cuenta de que había hablado hasta que las palabras estuvieron fuera de mi boca. Solo fue un impulso y ahora tenía a la nena mirándome expectante, supongo que esperando que yo le diera algo.
Roberta: No tengo comida, pero ¿te gusta mi abrigo? Puedo dártelo.
Luz: Le va a quedar enorme.. sos hueca eh..
Cami: Si, yo lo quiero. Voy a guardarlo y lo voy a usar cuando sea grande y linda y como vos.
Roberta: Me parece perfecto. (me quité el abrigo y se lo di) Te va a quedar hermoso el color rosa..
Cami: Gracias. ¿Cómo te llamas?
Roberta: Roberta.
Cami: Gracias Roberta.
Roberta: De nada Cami.
Ella sonrió, y se fue corriendo feliz hacia una humilde casita. Una vez que ella entró, yo miré a Luz, esperando que soltara alguno de sus otros comentarios agresivos hacia mi persona.
Luz: ¿Terminaste tu buena acción del día? No vas a solucionar la vida de mierda que llevan estas personas con un simple abriguito eh..
X: Bueno pará un poco Luz, ella solo estaba..
Luz: Vos te callas, Nahuel! (exclamó)
Roberta: ¿Qué es lo que esperas que yo haga, Luz? Además, no tengo nada que demostrarte, lo hice porque me salió del corazón.
Luz: ¿Corazón? Vos no tenes corazón. La gente como vos solo piensa en billetes.
Decidí no seguir respondiendo a sus agresiones. No me parecía que fuera algo con sentido. Sería solo una pérdida de aire y tiempo, porque ella seguiría viéndome como la peor persona del planeta tierra.
Roberta: ¿Me van a decir para qué me trajeron acá?
Luz: Claro.. solo tenes que mirar a tu al rededor para comprender hacia donde queremos ir. Vos estás con Diego, tenes una relación con él, verdad? (yo asentí) ¿No te das cuenta de lo diferentes que son? Esta gente vive en un agujero negro y llevan esa marca para toda la vida, yo viví acá, ellos dos vivieron acá, Diego vivió acá... Mientras vos estabas comiendo papilla en bandeja de plata, nosotros revolvíamos cestos de basura para encontrar cartones, venderlos y juntar algunas monedas para darle a nuestros padres.
Roberta: Yo no..
Luz: Déjame terminar. Vos y Diego no van a ser compatibles nunca. Así que te voy a pedir de buena manera, que te alejes de él. Que dejes de volverlo loco y hacerle mal, queriéndolo convencer de que se termine de alejar de nosotros..
Roberta: Pero si y..
Luz: Le pediste que dejara la carreras. ¿O me lo vas a negar?
Roberta: No, no te lo voy a negar. (murmuré) Pero lo hice por su bien.
Luz: ¿Y vos quién te pensas que sos para decidir sobre la vida de él? Quién eh? No sos nadie para nosotros. Solo una niña fresa más que hace la buenita para subir una foto a las redes sociales haciendo una buena obra y después se olvida.
Roberta: Yo no soy así..
Luz: Todos son iguales. Después de este día, te vas a ir a tomar un relajante baño de espuma, mientras la mayoría de estos chicos, Camila sin ir más lejos, no saben lo que es tener una ducha. (se acercó a mi, desafiante) Escúchame bien, niñita, aléjate de Diego y déjalo en paz.
Yo a esta altura ya estaba llorando. Me sentía fuertemente agredida. Ella estaba simplemente culpándome de todo.
Di media vuelta y comencé a alejarme. No tenía idea de cómo llegar a casa de Diego, pero preguntaría todo lo que fuera necesario hasta lograr llegar.
Quería irme lejos de Luz y de sus palabras. No entendía por qué ella pensaba que yo era mala para Diego. Yo solo quería ayudarlo, le pedí que saliera de ese grupo de corredores solo para no perderlo, lo alentaba para que estudiara para que tuviera un mejor trabajo el día de mañana, hasta había intentando ayudarlo a recuperar los terrenos que su hermano le quitó. ¿Eso no era quererlo? Estaba bien segura que no tenía nada que ver la plata que tuvieran mis padres, o que fuéramos tan distintos. Yo lo quería. El me quería. No me importaba nada más y no me iba a alejar de él.
(...)
Preguntando, preguntando y preguntando, llegué a una calle en la que habían varios negocios, y como nunca en mi vida, fui a una remisería para pedirle que me llevara a la casa de Diego.
Le mandé un mensaje y le pedí su dirección. No me animaba a sacar el teléfono en la calle por miedo a que me lo robaran y tampoco me animaba en ese momento a llamar a Diego porque no quería que él notara que estaba llorando y comenzara a hacerme preguntas.
Lo cierto era que Luz me dejo muy angustiada, y el remisero no paraba de mirarme con cara rara por el espejo porque yo no paraba de llorar y sollozar lo más silenciosamente que me era posible.
Logré llegar al edificio en el que vivía Diego y toqué el timbre de su departamento, él bajó las escaleras y me abrió. Claro que a penas me vio se dio cuenta de que había estado llorando, esas cosas a mi se me notaban al instante.
Diego: ¿Qué te pasó? Te peleaste con tus papás?
Roberta: No Diego.. nada que ver con eso..
Diego: Veni, vamos a hablar porque no puedo verte así..
Me tomó de la mano y me dio un beso corto en los labios. Después, subimos hasta su departamento y yo me senté en el sillón, mientras intentaba limpiar mi cara llena de lágrimas con mis manos.
Entre la noticia que tenía que darle a Diego y lo que me acababa de pasar, me sentía en verdad muy angustiada.
Diego: Entonces... me vas a contar?
Roberta: Si...
Lo primero que hice fue contarle lo de mi viaje. Pensé que se lo tomaría mal o que se pondría un poco triste al menos, pero él se mostró contento y orgulloso de mi. Dijo que era una noticia maravillosa y que él no permitiría que la dejara ir. Según sus propias palabras "Yo era talentosa y el mundo debía saberlo". El era un novio perfecto. Realmente perfecto.
Luego de eso, comencé a contarle lo que había pasado con Luz y los demás y entonces.. su buen humor desapareció.
Diego: ¿Por qué te hizo eso? (exclamó) Es idiota esa piba..
Roberta: A mi no me molestó tener que ir a una villa, lo que me molestó fue la forma en que ella me hizo responsable a mi de todo eso. Me hizo sentir una porquería, entiendes eso? Hasta me hizo sentir ganas de no tener las cosas que tengo..
Diego: No mi amor, no es tu culpa.. la desigualdad existe desde siempre, y vos sola no vas a cambiar al mundo..
Roberta: Ella no parece entenderlo.
Diego: Yo creo que lo que quiere es verte lejos de mi y entonces optó por ir por ese lado. Por hacerte sentir mal y culpable. Pero no nos va a poder separar de ninguna manera.
Roberta: ¿Ni siquiera con mi viaje a Europa?
Diego: Ni siquiera con eso. Mira, mientras vos estás allá convirtiéndote en estrella, yo voy a estudiar acá y a trabajar para juntar el dinero necesario e ir a verte..
Roberta: Sos tan dulce..
Diego: Vos sacas lo mejor de mi.
Continuará...